RAÚL ÁVILA FORERO

Vuelve a crecer la economía mundial… ¿será sostenible?

A casi una década de la crisis económica internacional que dejó en declive a varias economías del mundo, y que llevó a la quiebra a centenares de empresas, finalmente se prevé, aunque tímidamente, una época con repunte en el crecimiento mundial.

Raúl Ávila Forero, Raúl Ávila Forero
26 de febrero de 2018

Es axiomática la expansión de las principales economías orbitales, pero aún se mantienen enormes retos dentro de las economías en desarrollo para lograr una mayor movilidad social, mayores inversiones, un consumo más alto, más creación empresarial, una mayor inserción dentro de los mercados internacionales, entre otros aspectos que resultan vitales para encaminarse hacia una senda de crecimiento medianamente sostenible.

Se estima que el producto mundial aumento 3,7% el año pasado, en donde los mejores dinamismos se registraron en Alemania, Corea, China, India y Japón. Cabe resaltar que Estados Unidos también se llevó parte de la torta del crecimiento, por su tamaño económico. Sin embargo, no hay una sola explicación generalizada acerca del cómo se logró sobrepasar la recesión mundial de finales de la década pasada. Lo que sí se tienen, son proyecciones de cómo se moverá la economía mundial para los próximos años, estimándose un incremento de hasta el 3,9% por el Banco Mundial y el FMI, y algunos sucesos trascendentales que contribuyeron al alza en 2017, pero alejados de la realidad de crecimiento de Colombia que tan sólo bordearía un 3%.

Por ejemplo, el impulso en Estados Unidos se debe al gasto gubernamental que se dio durante el gobierno de Barack Obama, al reciente recorte de impuestos por USD$1.500 millones y puede saberse, por anticipado, que en el corto plazo la respuesta de los recortes a las tasas impositivas para las empresas dará muy buenos frutos. En Europa, finalmente se sintieron los efectos de que el Banco Central emitiera, y se han reconocido las bondades de los riesgos geopolíticos que amenazaron buena parte de la región. Asimismo, el alza en precios del petróleo, en Rusia, Medio Oriente y el resto de países petrolerodependientes ha dado un aliento a las finanzas territoriales de estos países.

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Pero, bajo una perspectiva más objetiva, según datos de Deutsche Asset Management, se tiene que en 2017 el 6% de las economías cerraron el curso en recesión y el 72% de los países crecieron por encima del 2%. Si bien Colombia no hace parte del grupo de recesión, tampoco hace parte de los países con un gran repunte de crecimiento; ni siquiera alcanzamos la mitad de la proyección del alza del año pasado, dado que cerramos con un crecimiento del 1,8%.

No obstante, las proyecciones se mantienen optimistas, y no sólo a nivel nacional sino también regional. Cuando se fija el análisis sobre la región latinoamericana, se tiene en primera medida un escenario de recuperación para Brasil repuntando con un 2%, aspecto que resulta contundente ya que representa el 40% del PIB de América Latina. Esto se dará gracias a una mejora gradual en el precio de productos básicos y una menor incertidumbre en materia política y económica, lo que impulsará positivamente la inversión futura; este aumento de confianza también servirá para el repunte en las exportaciones regionales.

Por ahora, las proyecciones arrojan que los mejores crecimientos se darán en el centro de la región. Estimaciones del Banco Mundial afirman que el país que más crecerá en el 2018 será Panamá (5,6%) gracias a las cuantiosas inversiones en infraestructura y a las exportaciones de servicios. El segundo país en crecer sería República Dominicana (4,9%) debido a que el consumo doméstico se muestra sólido y al aumento del turismo extranjero. A este le sigue Nicaragua (4,4%) por su demanda interna robusta.

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Asimismo, dentro de los países que tendrán el más bajo desempeño se muestra a Venezuela (-XX% no es fácil hare una proyección por su alta destrucción de valor, pero puede ir del -5% al -12%) gracias a sus constantes y futuros problemas macroeconómicos, Ecuador (0,8%), por la dificultad que experimenta en la adaptación a los bajos precios del petróleo y El Salvador (1,8%) por tener una débil inversión, tanto extranjera como fija.

Ahora, para evaluar el caso de Colombia, debe tenerse en cuenta la incertidumbre a la que se enfrenta por las elecciones presidenciales que se avecinan, situación en la que también están Costa Rica, Paraguay, México, Brasil y Venezuela. Este es un elemento clave que tiene fuertes repercusiones sobre la proyección en los desempeños económicos, a los cuales ya han empezado a pronunciarse las calificadoras de riesgo.

Hoy día tenemos un reto enorme ante la situación socioeconómica en la que nos encontramos hoy día. Incluso, si se logra afrontar con éxito los retos, venideros, podríamos  estimar un crecimiento para 2019 de hasta el 3,4%, que depende como manejemos hoy día el tema del crecimiento regional enfocado al ámbito rural, el manejo fiscal, y el uso adecuado que le demos a todo el tema minero energético.

Si bien no es algo fácil de lograr, dentro de las recomendaciones para Colombia emitidas por el Banco Mundial para aumentar el crecimiento se destacan cuatro fundamentales: i) el desarrollo de infraestructuras de las vías 4G; ii) obtener más beneficios de la reforma tributaria de 2016; iii) invertir más en el fortalecimiento productivo del sector minero-energético (lo que no excluye el esfuerzo por una economía más diversificada),  y iv) seguir trabajando en el ajuste fiscal. Todas estas muy retadoras ante el escenario tan complicado en materia de ejecución de obras, negociación con comunidades, licenciamiento ambiental, evasión fiscal, entre muchos otros problemas.

Nuestro panorama económico involucra muchas más exigencias y, como ya se ha visto, los pronósticos tienden a sobreestimarse. Mucho se habla de crecimiento, pero si no trabajamos en lograr para ser un país mucho más competitivo y productivo, con un sector público y privado que le apueste al crecimiento y desarrollo con generación de empleo sostenible, sólo tendremos promesas firmadas en mármol una vez más.

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