CLAUDIA VARELA
Vive y deja vivir
El mundo necesita más amor y menos economistas. Más entendimiento, menos juicio, mas contexto y más carácter colectivo.
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Encuentro divertido cómo cada ser humano se siente súper buena persona. Cuando usted le pregunta a alguien si es buena persona siempre dirá que por supuesto lo es. Sin embargo, creo que yo (y la mayoría de los que están leyendo) sé que hay muchos personajes alrededor que realmente no tienen corazones, intenciones y sentimientos tan dulces como para pensar que todo el universo es “buena persona”.
¿De dónde salen entonces estos seres maquiavélicos que quieren acabar con los demás, si cada quien se siente un dechado de virtudes? Empecemos por el ego y la doble moral. El ego en sicología es la instancia psíquica a través de la cual el individuo se reconoce como yo y es consciente de su propia identidad. El ego, es entonces el punto de referencia de todo lo que ocurre alrededor y media entre la realidad del mundo exterior, los ideales del superyó (basado en la moral y las reglas que el individuo respeta de la sociedad) y los instintos del ello (los deseos y los impulsos).
No pretendo hacer un análisis Freudiano, pero es importante ver la importancia de las creencias y de la convicción que cada quien tiene desde su ego de qué es lo correcto y lo incorrecto.
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Sumemos a este nivel de dificultad de manejo individual que en una organización hay reglas y culturas adicionales que seguir. Valores que se supone rigen el deber ser y líderes e influenciadores que al final se creen los dueños de la verdad y juzgan los comportamientos y si los demás son “buenas personas”.
En un estudio que vi hace poco sobre los valores que más se exigen corporativamente de un líder, aparece en primer lugar la ética. En últimas, ¿la ética sería la integralidad?, ¿ser “buena persona”?, ¿no mentir?, ¿no desear la mujer/hombre del prójimo/a?, ¿vestirse bien?, ¿hacer caso?, ¿no llevar la contraria?, dejarse tratar mal del jefe?, ¿permitir que hablen mal de otros mientras yo me quedo callado y protejo mi status quo?... no sé si ética es no ser corrupto únicamente, pero la verdad es que eso no es una habilidad, es algo que debería darse en automático de un ser humano que pretende ser buen líder.
Mi razonamiento solo pretende entender quién puede juzgar que alguien es buena o mala persona. Cada quien tiene su propio lente y su propia inconsistencia humana. Así que lo básico que es respetar a los demás en su diferencia, se trata de manera arbitraria si entro a juzgar a los demás.
Hay que entender algo, el mundo corporativo está lleno de errores de forma y fondo. No lo critico, lo acepto. Pero debo reconocer que en una época de mi vida no lo aceptaba, así que sufría mucho. Ahora me preocupo más por entender la naturaleza humana y no entrar a caer en el juicio eterno de los buenos y los malos.
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Lo que sí creo es que el mundo esta lleno de doble moral. Juzgo a los demás por sus acciones sin conocer la diferencia de los contextos, opino que los demás son egoistas y no me miro a mi mismo, critico a los demás porque son malas personas… y si yo soy la que estoy destruyendo con la crítica, entonces, ¿eso sí me hace a mi un mejor ser humano?
Siento que en algún momento un líder estaría obligado a estudiar seriamente antropología, sociología, sicología o cualquier rama que ayude a entender la naturaleza humana y la dificultad de la interacción del ego propio con los demás.
El mundo necesita más amor y menos economistas. Más entendimiento, menos juicio, mas contexto y más carácter colectivo. ¿De dónde salen las malas personas, si todo el mundo parece tan perfecto? ¿Qué tal un poco de autoreflexión y notar la inconsistencia? No juzgues más, no acabes con los demás, demuestra tu clase… vive y deja vivir.
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