ALEJANDRA CARVAJAL

Venta de mujeres en medio de la pandemia

Las mujeres, sin duda alguna, somos clave en la reactivación de la economía. Como jefes de Estado lo hemos hecho inmejorablemente frente a la actual crisis. Sin embargo, somos la población más violentada y diezmada en materia de empleo durante la cuarentena.

Alejandra Carvajal, Alejandra Carvajal
26 de mayo de 2020

Escandalizados quedamos buena parte de los colombianos al ver el video en el que Fabio Zuleta, locutor de radio en Valledupar, hablaba con un hombre que se identificó como palabrero wayuu, sobre la compraventa de una mujer de esta etnia. La llamaron “chinita” y le pusieron un precio de $5 millones. Busqué en MercadoLibre y descubrí que una vaca lechera vale más, por lo que puedo afirmar que ni siquiera fue tratada como ganado. La “chinita” pudo ser cualquiera de nosotras o de las madres, hermanas o novias de usted, que me lee en este momento.

Este es el reflejo de la situación de muchas mujeres no solo en Colombia, sino en América Latina y el mundo. La de sus hijos no es muy distinta: pareciera que están condenados a la pobreza eterna.

Entre enero y marzo de 2020 se han registrado, a nivel nacional, más de 15.000 denuncias por casos de violencia intrafamiliar, siendo mayoritariamente víctimas las mujeres. En Bogotá hubo un incremento de denuncias de 230% durante el periodo de pandemia, si se le compara con el mismo periodo del año anterior.

Mujeres y PIB

La caída del PIB y las cifras de desempleo, producto de la cuarentena, fueron datos que todos avizoramos alarmados en el más reciente informe del Dane. Un dato que, no obstante, paso desapercibido fue el desempleo femenino, pues las mujeres han sido las más diezmadas durante el primer trimestre del año: el 16,4% del total de desempleados son mujeres. Esto abre una brecha en puntos porcentuales del -6,5% frente a sus pares masculinos. En al menos 23 ciudades y áreas metropolitanas este número se incrementa, llegando a casi el 20%. 

De acuerdo con Onu Mujeres, si todas nosotras pudiéramos participar en la economía en igualdad de condiciones, el PIB mundial podría aumentar un 26% o el equivalente a US$12 billones para el año 2025. ¿Queremos una verdadera reactivación económica? Entonces, empecemos por dar mayores garantías a las mujeres, que, entre otras cosas, como dirigentes de Estado hemos mostrado una enorme eficiencia frente a la pandemia a lo largo del mundo: Angela Merkel en Alemania, Tsai Ing-Wen en Taiwán, Jacinta Ardem en Nueva Zelanda, Sanna Marin de Finlandia y Katrín Jakobsdóttir de Islandia son ejemplos claros de gestión y de cómo una acción temprana y eficaz lograron evitar miles de muertos en sus países.

Menos de la mitad de las mujeres en Colombia tienen alguna ocupación laboral fuera del hogar. De acuerdo con el informe Women in Work, publicado por la Price Waterhouse Coopers (PwC), si la tasa de desempleo tan solo en los países OCDE coincidiera con la de Suecia (país que tiene las mejores cifras en materia de empleo femenino), el PIB de este organismo podría aumentar en US$6 billones.        

Alicia Bárcenas, secretaria ejecutiva de la Cepal, advierte que “las desigualdades de género son un obstáculo para el desarrollo sostenible, y los cambios en el escenario que enfrenta la región son una manifestación de la urgencia de avanzar decididamente hacia estilos de desarrollo que contemplen en sus cimientos la igualdad de género y la autonomía de las mujeres”.

Empoderamiento y aumento de penas

La salida frente a esta problemática no es otra distinta que el empoderamiento, labor en la que se viene trabajando arduamente en Colombia, a nivel público y privado. Aumentar los esfuerzos dirigidos a mejorar las condiciones de todas será vital para la recuperación de la economía en el escenario post-pandemia. Sé que en estos momentos debe primar la austeridad en el gasto público, así como la disminución de la burocracia, pero la creación de un Ministerio para la Mujer sería fundamental para atender la problemática subyacente de esta población.

Entre tanto, deben aumentarse las penas a todos aquellos que, como el señor Fabio Zuleta, intenten vulnerar los derechos de las mujeres en nuestro país. Hasta ahora no veo que haya recibido ninguna sanción, más allá de comunicados de prensa por parte de distintas autoridades; en mi concepto ya debería estar arrestado. Es urgente que personas como esta sean judicializadas, pues no basta con someterlas al escarnio público. Por el momento, como mínimo, debería prohibirse su participación en medios de comunicación y redes sociales; definitivamente nada aporta a la sociedad.