Una romería de emprendedores

La nueva apuesta en materia de crecimiento económico ha sido denominada por el Presidente como economía naranja, haciendo alusión a los subsectores que conforman la industria creativa, desde el diseño (de todos los tipos) hasta la producción musical y audiovisual e incluyendo los oficios artesanales como el tejido, la madera, la cerámica y la pintura.

El concepto “naranja” es tan amplio que muchos de los emprendedores se preguntan qué es finalmente la economía naranja, si el carpintero que produce muebles está dentro de ese espectro o está dentro de la fabricación de muebles y manufacturas.

Por el momento, más importante que la discusión semántica es que en Bogotá y varias ciudades del país ya le cogieron la caña al presidente Duque y viene creciendo un movimiento de personas vinculadas al diseño, la artesanía, la orfebrería y la creación, quienes son una verdadera romería de emprendedores.

Muestra de ello es que hoy y mañana en el sector de Galerías en Bogotá se está llevando a cabo La Romería, una feria de diseño creativo donde confluyen los tejidos, la artesanía, la pintura y la música. La feria tiene más de 21 marcas de diseño, algunas con trayectoria de cinco años o más y otras nacientes.

Como no todo es feria y los emprendedores saben que los números cuentan, y mucho, tienen expectativas de generar negocios que van entre los $200 mil y $2 millones por cada expositor y por los más de 500 asistentes que esperan visiten La Romería, en La Capital Ecosistema Creativo, que es el lugar donde se lleva a cabo el encuentro. Ver link de La Romería.

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Además del naciente ecosistema de redes de diseñadores, creativos y artesanos que empiezan a enlazarse en espacios como el mencionado, Bancoldex ha lanzado una línea de crédito para emprendedores de la industria y también ha emitido los llamados bonos naranja, que es que un instrumento financiero con el cual se busca recaudar dinero para financiar las actividades de emprendedores y empresarios que llevan a cabo actividades dentro de la economía naranja.

Aunque hay todo un movimiento y ecosistema de empresarios nacientes que están apostando por su cuenta en el desarrollo de productos de diseño, software, pintura, música etc. el reto de la política pública para lograr que la apuesta por la industria naranja sea jugosa es materializar objetivos de formalización, financiamiento adecuado, acceso a mercados, así como una adecuada red de proveedores, para que esa llamada economía naranja gane tracción y pueda convertirse en un sector económico que genere empleos más allá del autoempleo de quienes apuestan por ella y se convierta en un catalizador de tecnología aplicada. Por ejemplo, el uso de materiales de aleación, la impresión 3D, la animación, el desarrollo de software etc.

Algo esencial, igual que para toda industria, es el acceso a financiamiento con costos adecuados teniendo en cuenta las particularidades de la industria. Por una parte, la etapa de producción consume recursos, pero durante ese tiempo no se vende o genera ingresos, solo se trabaja para producir el producto creativo. Por otra, muchos de los nuevos emprendedores puede que no tengan historial de crédito o garantías para ofrecer como respaldo de un crédito. Así mismo las ventas son riesgosas porque no se conoce si el fruto de un proceso creativo terminará siendo un producto comercial exitoso o no.

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Es muy importante que los mecanismos de financiamiento que se diseñen tengan en cuenta esas particularidades de los procesos creativos, el sector al que va dirigido, la capacidad económica de sus prestatarios (nacientes emprendedores) y adaptarse a una industria que es muy diversa y por lo tanto requiere soluciones diferentes en cada segmento. Lo que no debe pasar es que las solicitudes de financiamiento se aborden bajo los mismos esquemas tradicionales, de historial de pago, garantías o colaterales, proyecciones de ingresos y flujos de caja con cartas de intención de compra etc.

En países como el Reino Unido la industria de la moda (diseño, confección, textiles, mercadeo) mueve cuatro veces más dinero que la industria automotriz, algo así puede suceder acá, pero sin duda serán las cifras de crecimiento y empleo las que revelarán si la economía naranja es un carro que viaja rápido o un coche que es halado en solitario por los emprendedores creativos que siempre han apostado por ella desde mucho antes que se acuñara el nuevo término economía naranja.

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