ALEJANDRA CARVAJAL

Una oportunidad de oro que no podemos perder

La teoría de Keynes basada en aumentar el gasto público para salir de la crisis económica tendría ahora un componente adicional: las inversiones sostenibles y económicamente amigables como factor fundamental para la recuperación.

Alejandra Carvajal, Alejandra Carvajal
7 de julio de 2020

Un estudio reciente publicado por el Oxford Smith School of Enterprise and the Environment de la Universidad de Oxford confirma una vez más cómo invertir en economía verde nos ayudará a salir más rápidamente de la crisis ocasionada por la covid-19. Los autores de esta investigación, dentro de los que se encuentran destacados economistas como Joseph Stiglitz o Nicolas Stern (autor del Stern Report, uno de los documentos más significativos en materia ambiental del siglo 21), lo corroboran, demostrando, además, que aumentar el gasto público en el desarrollo de proyectos verdes que requieran un número importante de mano de obra dinamizará, sin lugar a duda, la economía mundial.

Los autores del documento afirman que la crisis provocada por la covid-19 muy posiblemente tendrá consecuencias dramáticas para el calentamiento global y el cambio climático, pues los paquetes de recuperación fiscal podrían afianzar o desplazar parcialmente el uso intensivo de combustibles fósiles. La investigación se basa en una encuesta realizada a 231 funcionarios de ministerios de hacienda, así como a bancos centrales y expertos económicos de 53 países, incluidos todos los del G20, y analiza la recuperación económica bajo 4 dimensiones: velocidad de implementación, multiplicador económico, impacto climático potencial y deseabilidad general.

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Luego de hacer un barrido a todas las respuestas de los expertos, se concluyó que habría de manera clara cinco políticas con alto potencial económico y relacionadas con el cambio climático que podrían sacarnos de esta crisis: 

  • Inversión en infraestructura física limpia.
  • Modernización de la eficiencia de las construcciones y edificios.
  • Inversión en educación y capacitación para abordar el desempleo inmediato producto de la covid-19 y el desempleo estructural producido por la descarbonización.
  • Inversión de capital natural para la resiliencia y regeneración del ecosistema.
  • Inversión limpia en I + D.

En este mismo sentido, Alicia Bárcena, directora de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, junto con Leo Heileman, director regional del Programa de la ONU para el Medio Ambiente en América Latina y el Caribe, manifestarían que nuestra región requiere de marcos legislativos y regulatorios coherentes, así como una política pública clara en materia de economía sostenible, con el fin de dar certeza a los inversionistas que quieran impulsarla.

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Las energías renovables y la eficiencia energética pueden ayudar a la sustitución de importaciones; el transporte público eléctrico de fabricación regional puede propender por ciudades más eficientes, aumentando la calidad de vida de sus habitantes; las soluciones basadas en la naturaleza para la producción agrícola y ganadera pueden además liberarnos de futuras pandemias, pues dos tercios de la zoonosis se originan por el contacto humano con la fauna silvestre, y la restauración de ecosistemas con orientación científica y pagos por servicios ecosistémicos fomentan la creación de empleo. Estas alternativas, dadas por Bárcena y Heileman, deben con carácter urgente irrigarse en la realización de políticas públicas en esta parte del continente.

La postura del Banco Central Europeo

El Banco Central Europeo se dirige en la misma dirección, pues Christine Lagarde afirma con contundencia que la pandemia va a acelerar el camino hacia la economía verde, y que Europa está en una excelente posición para hacerlo. En un simposio económico, que tuvo lugar el sábado pasado, afirmó que esta disrupción va a provocar una evolución hacia un modo de vida más sostenible y ecológico.

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De hecho, el euro es la primera moneda en la que se emite deuda verde, utilizada para financiar proyectos que apuntalan a la mitigación del cambio climático, así como a la protección del ambiente. Europa alberga los sectores más grandes de economía circular y de innovación ecológica del mundo.

La recuperación de la actual crisis económica para América Latina deberá cimentarse sobre bases sólidas en materia de economía verde. Invertir en ella hará que salgamos de la recesión, y que se garantice la supervivencia de la especie humana por un tiempo más largo, pues, tal como están hechas las previsiones, el planeta Tierra no aguantará mucho más los abusos que hemos cometido. El futuro de la raza humana depende enormemente de cómo los gobiernos y las empresas enfrenten esta fatídica circunstancia, pues de continuar haciendo de lado el desarrollo sostenible, nuestra casa común ya no podrá albergarnos; es algo absolutamente inviable.

Aprovechemos, entonces, esta oportunidad de oro: la solución de la actual problemática económica depende en gran medida de las acciones que se emprendan ahora mismo en materia ambiental y climática.