RAÚL ÁVILA FORERO

Una acertada adición presupuestal

Esta inyección de recursos al presupuesto, que llega en un contexto de perspectivas bajistas en materia de crecimiento e incertidumbres en plano local y externo, generará sin duda, un estimulo importante en materia de confianza y certidumbre.

Raúl Ávila Forero, Raúl Ávila Forero
19 de junio de 2017

Recientemente  se aprobó el proyecto de ley para modificar y adicionar rentas y recursos de capital a la vigencia fiscal del gobierno nacional para 2017. Dicha iniciativa del ejecutivo, que tuvo su respectivo tramite en el legislativo, encontró oxígeno en el recaudo adicional derivado de la última reforma tributaria, lo que incrementó el Presupuesto General de la Nación y amplío la distribución y asignación de recursos.

Más alla de que esta adición cumpla con los límites de la regla y el marco fiscal de mediano plazo, lo que es importante resaltar es que esta medida de incremento del presupuesto llega en un momento apropiado, entre otras cosas porque apunta a reforzar los esfuerzos contracíclicos, robustecer el presupuesto social y garantizar el financiamiento del posconflicto.

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La economía colombiana necesita medidas que apoyen la reactivación del aparato productivo y de allí que esta adición luzca acertada. Es una respuesta oportuna a la frágil dinámica de la actividad productiva, la cual se visibilizó con flojos datos de crecimiento, que vislumbraron una magnitud del ajuste mayor a la anticipada meses atrás, y que se materializó, en medio de unos bajos niveles de confianza. Este tipo de medidas, sin duda bienvenidas, contribuirán a fortalecer la dinámica de recuperación, no sabemos eso sí, qué tan rápido.

De acuerdo con la postura oficial del gobierno en la aprobada ley, los recursos adicionales se dirigen hacia tres grandes rubros. Primero, otorga continuidad a los esfuerzos contracíclicos desarrollados hasta ahora por medio de la puesta en marcha del Programa Colombia Repunta para fomentar el crecimiento económico y la generación de empleo. Adicionalmente, amplia el presupuesto disponible para el gasto de índole social –Familias en Acción, servicios educativos, alimentación escolar y otros similares. Finalmente, en el mismo nivel de importancia, consolida el soporte financiero para abordar los requerimientos del posconflicto durante este año.

En efecto, dicha inversión tendrá un alto impacto en el bienestar de los hogares, con efectos positivos sobre la dinámica de la demanda agregada de la economía. Se garantizan recursos para los segmentos más vulnerables en el  país en la medida en que permiten darle continuidad a programas como Familias en Acción, alimentación escolar, subsidios al servicio de energía eléctrica y gas en los estratos 1 y 2, entre otros. Fortalece también muchos programas de proyectos productivos y muchos otros asociados a los procesos para  la legalización de tierras.

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Asimismo, esta adición destina cerca de $0,8 billones al sector salud, unos recursos que contibuirán a fortalecer la red hospitalaria y a complementar el financiamiento del plan de vacunación.

Asimismo, se resalta que, por vía de esta adición presupuestal, el gobierno también garantiza el pago pensional de los antiguos empleados de Telecom. Una medida ciertamente acertada y que brinda tranquilidad a aquellos pensionados que ya veían riesgos en el pago de sus pensiones. Con esto, el país contribuye a aliviar el pasivo pensional y ratifica su compromiso con los pensionados, a compromisos adquiridos, se debe responder y punto.

Esta inyección de recursos al presupuesto, que llega en un contexto de perspectivas bajistas en materia de crecimiento e incertidubres en plano local y externo, generará sin duda, un estimulo importante en materia de confianza y certidumbre. En efecto, el grueso de pronósticos, nos habla hoy de un crecimiento en 2017, que, con alta probabilidad, se ubicará por debajo del registro de 2016, unas proyeciones que de llegar a materializarse señalarían 4 años de desaceleración sostenida. Esto, desde luego, señala la importancia de generar políticas de estímulo que le den impulso a la dinámica en una fase del ciclo económico como la actual.

Hay que destacar, sin embargo, que debido a la debilidad de la demanda interna, el déficit en cuenta corriente se ha cerrado más rápido de lo esperado, lo que permitió que el Comité Consultivo de la Regla Fiscal aprobara un incremento en el déficit fiscal máximo permitido de 0,3 puntos básicos, pasando de 3,3% a 3,6%, un hecho que habilita la política contracíclica del Gobierno y a su vez cumple los requisitos del marco fiscal de mediano plazo.

Es importante también resaltar que, dentro de los cerca de $8,6 billones de la adición hay un enérgico componente de inversión, la cual crecerá 7,0% frente a la vigencia fiscal del 2016. El consumo del gobierno, que tuvo un desempeño favorable en el primer trimestre, se verá influenciado positivamente por esta adición y la mayor ejecución de los gobiernos locales, lo que seguramente permitirá que el crecimiento del gasto del gobierno alcance niveles cercanos a 3% en 2017.

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En síntesis, mucho se ha dicho en las últimas semanas sobre la necesidad de incrementar la confianza de los hogares y los empresarios, un factor determinante para reactivar la economía. La adición presupuestal, en este contexto, es sin duda una acertada decisión, políticamente difícil, pero económicamente necesaria, que sumada a una política monetaria que ya hace su tránsito hacia terreno expansivo y a otras medidas recientemente anunciadas en materia de vivienda y construcción, permitirán tener hoy “vientos” favorables que contribuirán a darle celeridad al crecimiento de la actividad productiva de cara al cierre de 2017 e inicios de 2018.