MAURICIO BOTERO CAICEDO

Un aniversario insólito

En el curso de los próximos años se van a celebrar los 100 años de haberse iniciado los estudios de la construcción del túnel de la Línea, obra que uniría el occidente colombiano, incluyendo Buenaventura (el principal puerto del país por donde transita cerca del 60 por ciento de las exportaciones e importaciones) con el centro y el oriente de Colombia.

Mauricio Botero Caicedo, Mauricio Botero Caicedo
21 de agosto de 2019

La firma norteamericana Hitchcock & Tinkler, subsidiaria de la Raymond Concrete Pile de los Estados Unidos, hizo una propuesta el 1de junio de 1928. Según un documento histórico, “el  trazado de este primer túnel, diseñado  entonces a 2.777 metros de altitud, se proyectó con una  longitud de 3.526 metros, pero la perforación de la galería de base solo  se  comenzó el 1 de agosto de 1929”.

El diario El Tiempo, en un artículo del 2016 escrito por Juan Martín Caicedo Ferrer, hace un recuento de la viacrucis de este túnel: “Todo se remonta a la década del 20, cuando el Gobierno, en una suerte de inventiva revolucionaria, barajó la posibilidad de hacer un túnel férreo para conectar el tren del Pacífico con el tren de la región central. Tanto eco llegó a tener la iniciativa que, incluso, un batallón de obreros se adentró en la base de la cordillera Central para iniciar, con picas y palas en mano, las excavaciones de las llamadas bocas de túnel.

Con el paso del tiempo, la visionaria idea se convirtió en flor de un día y los gobiernos subsiguientes dejaron el proyecto en los anaqueles del olvido. A finales del 60, se revivió la posibilidad de construir un túnel en la base de la cordillera Central...Ya entrada la década del 70, las buenas intenciones del Gobierno se vinieron a pique por cuenta de una batería de argumentos… por expertos japoneses que sugirieron que el túnel debía hacerse a 2.600 metros sobre el nivel del mar. Grave error, dados los costos enormes que en materia de competitividad genera un túnel en el pico de una montaña, así su ejecución demande menos recursos.” Pasarón los años, cada vez más dilaciones, demoras, y enredos a causa de serios errores en planeación, contratación y ejecución de dicha obra. 

Y mientras que el país mira atónito cerca de 100 años de desatinos, de desidia, de incompetencia, y de abierta irresponsabilidad del Gobierno central respecto al túnel de la Línea, el jueves de la semana pasada los paisas -con inocultable orgullo- pusieron en funcionamiento el túnel de Oriente, que conecta a Medellín con el aeropuerto de Rionegro en 18 minutos. El Tunel de Oriente fue concebido hace 22 años cuando Álvaro Uribe era gobernador de Antioquia. De acuerdo con el actual gobernador, Luis Pérez, en tres años y medio se completó el 87 por ciento de las obras, al haber recibido el 13 por ciento de avance de la administración anterior, quienes iniciaron las intervenciones en enero del 2015.

La obra se posiciona como un ejemplo para el sector de infraestructura en Colombia. Se espera que lo utilicen 17.000 vehículos cada día. Según informes de prensa, “La manera como se desarrolló esta obra, que incluye dos túneles –uno de ellos de 8,2 kilómetros de largo, con tres viaductos y seis puentes ha demostrado una vez más que la ingeniería colombiana puede hacerse cargo, con lujo de detalles, de obras de enorme envergadura que requieren técnicas de vanguardia. También, que desarrollar un proyecto con recursos públicos, sin sobrecostos ni traumatismos es, por supuesto, factible.”

Lo que es una lástima es que a los paisas no se les hubiera encargado el túnel de la Línea. Muy seguramente lo hubieran terminado en 1936.

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