CLAUDIA VARELA

Un alma Sexy

El alma de emprendedor se tiene desde antes. Tal vez se forma en la infancia con la educación de los padres, el tipo de colegio, el ambiente y demás factores externos en la conducta de un niño.

Claudia Varela, Claudia Varela
13 de mayo de 2018

Hablando con mis hoy much@s amig@s emprendedores he descubierto que hay una chispa especial en ellos que hace que desde niños se hayan destacado por su interés de crear. No se empieza un emprendimiento por falta de empleo o por la razón que he escuchado mil veces “yo no nací para tener jefe”, según he entendido y sentido, los motivadores son diferentes.

Las ideas están ahí, vigilantes, atentas a que tomes decisiones. Los humanos tendemos a acomodarnos en una zona de confort económico que no nos deja pensar. Si estás empleado y tienes un ingreso que te permite vivir con lujos, la excusa es que hasta no atesorar lo suficiente no vas a poder emprender. Creo que falta en la mitad un tema serio de planeación y decisión donde al menos yo mitigue el riesgo y luego sepa si me lanzo bien o mal a las torrenciales aguas del emprendimiento.

El miedo al fracaso es lo que más sufre la gente hoy. Supongo que por un tema de que la vida actualmente es pública y fácilmente se pasa a estar en el escenario de las redes sociales sin empleo, con un negocio quebrado, un matrimonio dañado o lo que sea que la gente siente que es el ‘no éxito‘.

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Pero cuando pienso en los emprendedores, en los de verdad, en los que no les asusta quedarse sin salario fijo un tiempo, en los que tienen que pagar sus aportes al sistema, en los que tienen que caminar buscando mejores precios, en los que tienen que ver cómo hacer rendir la plata… me quito el sombrero y siento que ya vienen con algo adentro que no todo el mundo tiene.

Los emprendedores son seres con un espíritu libre, pero con una gran capacidad de ejecución. Creativos, innovadores, con un empuje increíble y definitivamente enfocados en lograr resultados. No entienden a veces lo visionarios que alcanzan a ser con sus sacrificios de hoy. Es como si lo hicieran intuitivamente.

He encontrado a algunos que son soñadores, pero solo soñadores. Arman grandes ideas en la cabeza, las forman, las escriben, hasta las critican y las comparten, pero cuando tienen que aterrizarlas se quedan super cortos y no hacen nada. Esos necesitan socios ejecutores.

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He encontrado a otros que son como carros chocones. Intuitivamente quieren comerse el mundo y corren y se dan duro con todo lo que se les atraviesa, sin embargo, su resiliencia es tan alta que se paran rápido y siguen en su carrera desenfrenada por lo que ellos se propusieron como sus metas.

También he encontrado a los que son pacientes. Que analizan y esperan a que las cosas pasen, midiendo el riesgo y tomando la iniciativa cuando ven un ambiente más controlado.

No importa su estilo de liderazgo ni su personalidad. Al final todos somos diferentes. Lo que sí encuentro son algunas variables en común en todos los emprendedores, mi lista que seguro es restrictiva, la describo a continuación

  1. Innovadores
  2. Decididos
  3. Valientes
  4. Ansiosos
  5. Visionarios (aunque no lo sepan)
  6. Tienen almas libres (no les gusta que les digan siempre que hacer)
  7. Son desordenados
  8. Hablan mucho
  9. Son empáticos
  10. No tienen plata al principio, pero tienen mucha después
  11. Se sienten felices
  12. Tienen un nivel agudo de intuición

Concluyo entonces que el alma de emprendedor se tiene desde antes. Tal vez se forma en la infancia con la educación de los padres, el tipo de colegio, el ambiente y demás factores externos en la conducta de un niño. Pero la chispa se tiene o no se tiene. Y no es que sea malo no tenerla, es que hay que ser consciente de que el emprendimiento no es para todo el mundo. Tal vez haya maneras de participar, invertir, asesorar… pero el que emprende tiene una chispa especial que se le ve en los ojos. Para mi es un alma que nace y quiere ser… un alma con un lado muy sexy.

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