GUILLERMO VALENCIA

Turquía, la puerta a un nuevo problema europeo

En un escenario hipotético, un cliente y un banquero hablan sobre una posible crisis en Turquía y el efecto dominó que esta tendría en Europa.

Gustavo Valencia Patiño, Gustavo Valencia Patiño
20 de febrero de 2018

—¿Es hora de comprar o ves un riesgo? En EE.UU me dicen que los fundamentales de Europa, China y EE.UU van a toda marcha. También, que las compañías con más peso en el Dow Jones aún están baratas. Hasta me hablan de grandes emisiones de acciones que se avecinan por parte de Uber, Palantir y Aramco, en Arabia Saudita. Muchos me dicen que los mercados emergentes son la gran oportunidad del año.

El cliente termina de decir la última frase y mira a los ojos a su banquero. Ambos están en un café de Bahnhof Strasse, en Zürich (Suiza).

—¿Ves algo que los demás no están viendo? —prosigue el cliente.

—Aquí en Europa la gente también está optimista —responde el banquero—, pero algunos administradores de grandes fondos creen que el verdadero enigma en el mercado es la debilidad del dólar frente a casi todas las monedas.

—¿De cuáles monedas estamos hablando?

—Durante todo 2017, el euro se valorizó un 15% frente al dólar y el 2018 inició con un yen fortalecido un 6% respecto a esa moneda.

—Sí, algo he leído. Me han dicho que hay un miedo al gasto de Trump y a los datos de inflación en EE.UU.

—Sobre esto no sé cuál será la causa, pero sí la que sería una posible consecuencia.

Lea también: Caerán o subirán las acciones de EE.UU

El banquero abre su portafolio y le enseña a su cliente la siguiente gráfica:

—A mí me preocupa Turquía —dice el banquero— porque es el único de los países emergentes que mantiene una devaluación continua de su moneda frente al euro desde 2014 —dice mientras señala la gráfica.

—No es el único. Algo similar ocurre con Sudáfrica y hay un escándalo en torno al primer ministro, Jacob Zuma —responde el cliente.

—No, Turquía es otra cosa porque sus corporaciones tienen una deuda cercana a US$150 mil millones.

—Es un número relevante, pero ese país solo pesa el 1,07% en el Índice Ishares de países emergentes. Nunca generará un riesgo para la economía mundial.

—El problema no es su peso en los mercados emergentes, sino que son muchos los bancos europeos que le prestan a las corporaciones turcas. Entre ellos el BBVA, BNP Paribas, UniCredit y HSBC.

—¿UniCredit, el banco italiano?

—Sí, ese es el mayor problema. La banca italiana no es sólida en este momento y la economía de ese país tiene tres componentes que no podemos ignorar: el PIB creció en enero apenas un 0,3%, el nivel de deuda/PIB es del orden del 132,6%, las tasas de los bonos europeos están subiendo y se avecinan unas elecciones presidenciales.

—Además, hay un movimiento populista que tiene posibilidad de llegar al poder —responde el cliente.

Puede interesarle: Las dos caras del petróleo para 2018

—Sí, es el Movimiento de las 5 Estrellas. Aún así, el motivo por el que estoy preocupado es que estamos en un ambiente de contracción de liquidez —el banquero bebe su café y continúa la idea—. En un escenario así un problema de deuda corporativa en Turquía tendría efectos inmediatos en el sistema financiero italiano.

—Sí, Italia es la décima economía mundial. ¿Entonces qué puedo hacer? ¿Me quedo quieto?

—Alguien ya formuló una respuesta: Ray Dailo, el gestor de inversión activa más grande del mundo, está apostado aproximadamente US$700 millones en contra del sistema financiero italiano.

—Entiendo, creo que habrá que está alerta a ver si el riesgo se materializa. Por ahora, los problemas salen de Estambul y conducen a Roma.