ALEJANDRA CARVAJAL

¿Trump se reelige?

El coronavirus, el hambre y la violencia que se vivió este fin de semana en Estados Unidos pueden ser decisivas para las próximas elecciones. Algunos sectores lo comparan con Hitler y temen una Tercera Guerra Mundial

Alejandra Carvajal, Alejandra Carvajal
2 de junio de 2020

El sábado en la mañana, en medio de esta cuarentena que parece interminable, recibí varios mensajes de amigos de distintos lugares del mundo: ellos estaban pegados al televisor viendo el lanzamiento del SpaceX, pues querían ser testigos de primera mano de lo que sucedía en aquel momento en Cabo Cañaveral. Un hecho histórico sin duda, que nos alegra a todos los seres humanos. La conquista del espacio siempre será un hito importante en la vida de nosotros, terrícolas que divisamos todas las noches las estrellas y queremos saber que hay más allá.


En medio de la guerra fría, la conquista del espacio se convirtió en un reto para Rusia y Estados Unidos, no sólo por lo que significaba para la humanidad, sino como un factor determinante de poderío y desarrollo tecnológico. Incluso, llegó a decirse que las imágenes de Neil Armstrong pisando la Luna habían sido hechas en un estudio de televisión. Ahora la guerra fría parece que empieza a gestarse entre dos superpotencias, siendo la tecnología de nuevo protagonista ya que el destino del mundo parece cimentarse bajo la sombra del 5G, el Big Data y la robótica.


Al buscar más datos sobre el lanzamiento, ya que realmente no sabía nada de él, consulté el New York Times, el Washington Post y el Financial. Para mi sorpresa, las alusiones a nuestra última odisea espacial eran mínimas. Las primeras páginas se centraron en una historia macabra: un afroamericano había sido asesinado a manos de un policía en Minneapolis.


Los tiempos del Ku Kux Klan parecen no haber terminado aún; la segregación racial es todavía una realidad no solamente en Estados Unidos sino en otros lugares del mundo, solo que en esta ocasión miles de personas en Estados Unidos y en varias ciudades del planeta se volcaron a las calles, no sólo por este atroz acto sino por lo que significa en el fondo: el resago, la falta de inclusión de algunos sectores de la población, los abusos de la policía, la difícil situación económica y porque no decirlo también la cuarentena. Hordas de estadounidenses hambrientos se abalanzaron sobre los supermercados hurtando alimentos, un hecho impensable hace un par de meses.


Ciudades como Nueva York no terminan aun de enterrar a sus muertos cuando de manera intempestiva la violencia se recrudeció en sus calles, siendo quizás uno de los peores momentos de la capital del mundo desde los atentados del 11 de septiembre. Enfermedad, contagios, violencia y hambre parecen ser los componentes de una ecuación perfecta para que Donald Trump no sea relegido en las próximas elecciones.


Estas, son determinantes para el porvenir del mundo, siendo las protestas no sólo sinónimo de descontento social, sino también una manifestación en contra de las políticas del Presidente Trump. En Beijing por ejemplo, los chinos no desaprovecharon la oportunidad para potencializar las imágenes de edificios quemados, comercios con ventanales rotos, agresiones de policías a ciudadanos norteamericanos, etc. Difundieron estos contenidos en todas sus redes sociales, mostrando a Trump como un Presidente débil.


En Vancouver, Montreal, Berlín, Siria e incluso en Addis Abeba en Etiopía personas inconformes se reunieron para protestar, lo cual si bien es válido, debería tratar de no hacerse, porque justamente las autoridades sanitarias, muy especialmente en los Estados Unidos advierten que un segundo rebrote de coronavirus puede darse fruto de estas aglomeraciones.


Circuló esta semana una falsa tapa de la revista Time, en la que a Trump se le dibuja con el bigote de Hitler; mentira o no, refleja el sentir de millones de personas a lo largo del mundo y el temor a una Tercera Guerra Mundial por cuenta de las decisiones del Presidente de los Estados Unidos. Esta portada también refleja que para muchos el simboliza la segregación racial, lo cual percibe muy especialmente la comunidad latina en ese país. Nadie quiere que regresen esos tiempos.


Aun así, millones de norteamericanos le siguen apostando a la reelección de Trump; tengo conocidos colombianos que viven en Estados Unidos que aportan mensualmente a su campaña. Para ellos al igual que para buena parte de los estadounidenses que fueron sus electores, el está manejando de manera adecuada la política interior y exterior del país.


El efecto George Floyd en Colombia y América Latina


Antes del coronavirus América Latina presenció desmanes terribles, muy especialmente Chile, Colombia y Ecuador. La situación social, que ya era tensionante, con el coronavirus muy posiblemente se complique más pues el nivel de insatisfacción de la población en su mayoría es de descontento, ya que la cuarentena a diezmado sus finanzas y su bienestar.


Preparémonos para vivir en unos meses escenas como las que actualmente se registran en los Estados Unidos. Desafortunadamente, en momentos como este, en los que se necesita la unión de todo un país para salir adelante, políticos oportunistas que sueñan con triunfar en las elecciones de 2022 avivarán el descontento social con tal de lograr su objetivo.


A los que desde ya están planeando esas protestas quiero desde hacerles un llamado a la cordura, pues todos necesitamos un país unido, y definitivamente las manifestaciones violentas perjudicarán aun más a la población. La violencia del año pasado dejó pérdidas billonarias para toda Colombia. Es momento de aunar esfuerzos, no de destruirnos unos a otros. Es momento de salir adelante, no de centrarse en egos propios y aspiraciones personales.