LUIS ALBERTO RODRÍGUEZ

TLC con EE.UU: a cuidar la amistad

Este mes se cumplen 6 años del TLC entre Colombia y EEUU. El acuerdo buscaba mantener y extender los lazos comerciales con quién ha sido nuestro principal socio.

Luis Alberto Rodríguez, Luis Alberto Rodríguez
10 de mayo de 2018

El 15 de mayo de 2018 se cumplirán 6 años del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos. Dicho acuerdo buscaba mantener y extender los lazos comerciales con quien ha sido nuestro principal socio durante décadas, más específicamente, el primer beneficio era la consolidación de las preferencias arancelarias que teníamos con el acuerdo conocido como ATPDEA por sus siglas en inglés (Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga).   

De la respectiva evaluación, sin duda, saldrán buenas y no tan buenas noticias. Sin embargo, es innegable que estos años de implementación han dejado lecciones aprendidas sobre los mecanismos y tareas pendientes para promover la necesaria inserción de nuestro país en los mercados internacionales y especialmente en sus cadenas de valor.  

Estados Unidos es nuestro principal socio en el comercio internacional, en 2017 cerca del 30% de las exportaciones de Colombia tuvieron como destino el mercado de ese país. Adicionalmente, este país ha sido un aliado para Colombia en políticas públicas importantes sobre asuntos militares, defensa y especialmente en lucha contra uno de los mayores flagelos de nuestra historia: el narcotráfico. Incluso, en ocasiones necesitamos al país del norte para que encarcele a criminales colombianos que, al parecer, estarían libres si no es por Estados Unidos. Por ejemplo, el reciente caso de Santrich.

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Algunos analistas, principalmente críticos de los acuerdos comerciales internacionales, han señalado que el TLC con Estados Unidos ha sido un fracaso. Esto lo sostienen básicamente esgrimiendo que las importaciones - y el déficit de la balanza comercial- de Colombia desde Estados Unidos han crecido durante el periodo de implementación del tratado.

No obstante, esas afirmaciones olvidan hechos como la sustitución del origen de esas importaciones, no es que estemos importando más, obedece a que las compras que antes se hacían en Canadá y Argentina ahora se hacen con mayor preferencia en Estados Unidos. Adicionalmente se debe señalar que cuando entró en vigencia el acuerdo, el país vivió particularidades exógenas. Primero, estaba en un periodo de revaluación y aún más determinante, los precios del principal producto de exportación, el petróleo, cayeron a partir del segundo año del TLC.

Es una lástima que se haga política y se promulgue el rechazo a un principio fundamental de la economía en la era de la globalización: la necesidad del comercio internacional. Por otro lado se debe señalar que afortunadamente esa visión pesimista no ha calado completamente. Por ejemplo, según la encuesta Gallup en abril de 2018 el 66% de los colombianos estaba de acuerdo con firmar tratados de libre comercio con muchos países.  

Ahora, no se puede negar que el sexto cumpleaños del TLC con Estados Unidos se da en una coyuntura de vientos proteccionistas impulsados por el presidente Donald Trump. En particular, aparentemente Colombia se vería afectada por las medidas sobre el mercado de acero y metales que el gobierno estadounidense ha anunciado. Sin embargo, ese hecho debe resaltar lo importante que es un acuerdo comercial que garantice estabilidad en el libre mercado de algunos productos.

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El país tiene retos no solo para aprovechar el TLC con Estados Unidos sino otros mercados internacionales. Hay posibilidades con los países que pertenecen al Mercado Integrado Latinoamericano (Mila), igualmente estrechar lazos con China y otras economías de Asia.

Para finalizar, es imperativo superar el nivel de discusión sobre las relaciones económicas internacionales del país. Muchas veces enteramente politizada como en el caso del TLC, otras solo de moda como el ingreso a la Ocde o la exageradamente tradicionalista que solo pide subsidios vía tasa de cambio. Se necesitan políticas de desarrollo productivo que estén como piedra angular de la estrategia de conquista de mercados externos. Si no tenemos mejores bienes públicos, consolidación de redes empresariales, conocimiento de los mercados, avances en logística, transferencia tecnológica  y otras medidas estructurales, no solo no aprovecharemos al máximo el mercado de Estados Unidos sino ningún mercado.

PD: Que bien le haría a las costas, tradicionalmente rezagadas en indicadores de desarrollo, que el país tomara decisiones que corrijan fallas de mercado y Estado que impiden competir en mercados internacionales.

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