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Tips para revitalizar al equipo

Como líderes siempre nos enfrentamos a momentos difíciles. No es solo falta de motivación sino realmente de argumentos que logren mostrar que puedes motivar a los demás.

Claudia Varela
28 de agosto de 2016

Desde la experiencia entiendo que lo más difícil es no encontrar los argumentos propios, es decir, si no se está convencido es muy difícil convencer a los demás. Desde esta perspectiva, comparto algunos tips con base en la experiencia y algunas lecturas interesantes que nos pueden ayudar.

1. Diagnóstico oportuno. Lo más relevante es entender la situación que causa el nivel de baja energía o desmotivación del grupo. Muchas veces creemos tener claridad de lo que está ocurriendo pero en realidad no sabemos qué produce el malestar. Algunas razones pueden ser extremada presión, mucha carga laboral, poco reconocimiento, frustración y otras ocasiones sucede que el aburrido es el líder y termina desplegando mala vibra al resto del equipo. Hay varias formas de tener este diagnóstico, lo más importante es no hacerlo solo, pedir ayuda a Recursos Humanos, a otros líderes del equipo o a sus principales influenciadores. Algunas entrevistas en profundidad alrededor de un café pueden dar muy buenos datos. También es importante observar mucho el comportamiento de todos durante las reuniones y el trabajo del día a día.

2. Discusiones abiertas. Es bueno centrar al equipo (después de un diagnóstico) en qué creen que está pasando y asumir que todos tienen la responsabilidad en el ambiente y las decisiones. No todo lo debe decidir el líder solo, es bueno empoderar a los demás y hacerlos responsables de su ambiente también.

3. Vaso medio lleno. Los grupos diversos normalmente tienen diferentes enfoques y formas de ver las cosas. Algunos son perfeccionistas y pueden ser muy negativos, si su personalidad es recia tienden a llevarse por delante lo que piensan los más callados. Vale la pena centrarse en lo positivo, en lo bueno de cada situación. Hasta la situación más negativa tiene siempre algo de positivo y bueno, hay que encontrar ese lado para mostrar que nada es tan dramático y que después de la tempestad bien la calma.

4. Espacios de auto reflexión. Si cada uno de los miembros del equipo evalúa internamente la situación y se compromete a un cambio en la visión del equipo el objetivo puede cumplirse. Tener un objetivo compartido, un propósito es lo que hace que los equipos apunten al mismo lugar. Es bueno dar un espacio fuera de la oficina, un día con facilitadores que nos lleven a hacer un alto en el camino y a re-pensar si se va por el sendero correcto o hay que desviar el rumbo para corregir.

5. Celebra cuando hay ganancias. Cada cosa pequeña o grande hay que celebrarla. Cada logro de equipo hay que reconocerlo. Eso hace que el grupo se identifique como tal y se sienta co-responsable de avanzar y generar un buen ambiente, revitalizarse.

A veces las cosas son más simples de lo que parecen. Las empresas se llenan muchas veces de procesos y controles que solo ayudan a hacer seguimiento, así el seguimiento sea al salto por la ventana del 15 piso. Hay que meterle simplicidad a la dinámica de los equipos manteniendo siempre firme y claro el propósito que se debe alcanzar. El buen líder debe conocer a su equipo para trabajar en armonía y entender además que todos los seres humanos somos diversos y por tanto no vamos a estar del mismo ánimo a la vez el mismo día.

Pero la cultura y el buen ambiente es un buen ejemplo que debe dar el líder. No solo en momentos de crisis hay que revitalizar al equipo. Si el equipo está cohesionado y convencido de su propósito siempre estará listo para recibir una crisis. Una invitación para revitalizarse y llevar al equipo a que encuentre su energía óptima para lograr su alto desempeño.