ADRIANA MOLANO

¿Tienen derecho a renunciar los líderes?

A mayor nivel jerárquico, mayor el conflicto interno por saber si se está haciendo lo correcto y si ha llegado el momento de partir: historias desde Tesla, Lego, Burger King y Twitter.

Adriana Molano, Adriana Molano
13 de septiembre de 2019

Ella es una especialista en talento humano, enfocada en preparar a los equipos para enfrentar los contextos más volátiles y acelerados; él segundo de nuestra lista es un publicista con la capacidad de entender el negocio y proyectarlo; el tercero, tiene alma latina y estándares de ejecución norteamericanos, trabajando en un negocio donde la velocidad es parte de la oferta de valor; el cuarto es conciso y sabe de los desafíos de crecer en digital para América Latina. Los cuatro provienen del mundo digital y dos de ellos dijeron adiós a los roles que marcaron un hito en su desarrollo profesional.

Días atrás se realizó en Cartagena la más reciente edición del Congreso Internacional de TIC – Andicom, donde la tecnología y los negocios se encontraron para conversar sobre las perspectivas que se vislumbran en nuestro incierto mundo.

Cuatro participantes llamaron particularmente la atención de algunos por su brillantez en tarima y captaron la mía por su honestidad al enfrentar preguntas sobre liderazgo y sus propios temores en el contexto digital.

Beth Davis es la exdirectora de talento humano de Tesla, la afamada compañía que hoy representa la innovación global; Lars Silberbauer es el exdirector digital de Lego, quien decidió cambiar de sector y de continente; Fernando Machado es el actual director global de marketing de Burguer King y ha dado el todo por el todo con arriesgadas apuestas digitales; Martín Jaramillo es el líder de estrategia de marca para Twitter en América Latina y tiene la responsabilidad de pensar en las audiencias y de crecer el negocio.

¿Por qué optar por irse cuando se ocupa la silla deseada por tantos? Porque lo digital también tiene su costo emocional.

La respuesta de Beth a esta pregunta fue simple: a su llegada Tesla sumaba 300 empleados, a su salida, más de 30.000. “Me siento más cómoda en compañías pequeñas y proyectar su crecimiento, que en gigantes donde el día a día es consumido por lo corporativo”.

En el caso de Lars, su salida de Lego fue sonada y hasta cuestionada, pero se puede resumir en una idea: necesitaba cambiar.

Ser buen líder implica saber cuándo hacerse a un lado para permitir que otros refresquen con ideas a la organización y que la propia mente se refresque con el cambio.

La industria digital es bien conocida por los altos niveles de presión que se asocian a ella, forzando a sus líderes no solo a responder asertivamente sino a ejecutar sobre la marcha, aunque viviendo en la proyección del futuro soñado para el negocio.

Machado habla de liderazgo digital sin ponerle más adjetivos de los que se usarían para describir a un líder en general: centrado en lo humano y orientado hacia los objetivos del negocio.

No fue fácil para Davis y Silberbauer tomar la decisión de renunciar a los cargos que, hasta ahora, parecen haber sido los más significativos de su carrera. Tesla y Lego les abrieron las puertas y ellos aprovecharon la oportunidad para marcar las formas de ser y hacer en ellas, pero llegó el momento de partir:

Al cierre de su etapa en Lego y arrancando como director digital de MTV, Silberbauer hizo públicas las preguntas que marcaron su decisión: ¿sigo siendo desafiado por mi trabajo?, ¿sigo desarrollando habilidades que pueden ser útiles fuera de esta compañía?, ¿sigo aquí porque es seguro y conveniente?

Con un sí rotundo Beth Davis respondió a la pregunta de si los líderes tienen derecho a renunciar – y aunque suene retórica, realmente abre las puertas a un dilema desde lo ético y lo profesional para los profesionales y las industrias –. “Sí pueden, e incluso deben renunciar si sienten que su papel podría dejar de ser significativo”.

En paralelo, Jaramillo, con los 280 caracteres de Twitter y una visión amplia sobre lo humano y lo digital, expresó su gran miedo frente al liderazgo en esta industria: “Perderse en el negocio y no tomar riesgos”.

Ser líder no implica un cargo, sino la construcción de una visión compartida que hace crecer personal y profesionalmente a los equipos de trabajo y no solo a los indicadores de una tabla de control.