ÁNGEL PÉREZ MARTÍNEZ

El tiempo de aprendizaje de los estudiantes en Colombia

Al sistema educativo le debe interesar las condiciones de aprendizaje de los estudiantes, la permanencia, la felicidad y el apoyo a quienes tienen problemas especiales.

Ángel Pérez, Ángel Pérez
24 de julio de 2017

Preguntas claves en la política educativa de un país: ¿Cuánto tiempo deben permanecer los niños y adolescentes en las instituciones escolares? ¿Cuánto tiempo deben trabajar fuera de la institución escolar en actividades de aprendizaje con intención educativa?

Las anteriores preguntas tienen relación directa con: la calidad de la educación; las condiciones de aprendizaje, la felicidad y el bienestar de los estudiantes; la jornada laboral de los docentes y los salarios y; las condiciones de las familias, nivel educativo y trabajo de los padres o responsables de los estudiantes, así como el tipo de apoyo al proceso educativo que ellos brinden a sus hijos.

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La jornada escolar que cumplen los niños y adolescentes en la institución escolar y las denominadas tareas que se realizan en casa de manera planeada se constituyen en el tiempo diario dedicado al aprendizaje escolar. Este aprendizaje se caracteriza porque hace parte de una escuela o colegio que cuenta con un proyecto educativo institucional, un currículo que lo desarrolla y las acciones pedagógicas en el aula y de acompañamiento de los maestros. También se considera que el tiempo que se dedica dentro de la institución escolar a descanso, recreo o alimentación hace parte del tiempo de aprendizaje.

La Ocde señala que países como China (en 4 provincias:Beijing, Shanghái, Jiangsu, y Guangdong), Qatar, Tailandia, Túnez y los Emiratos Árabes Unidos, los estudiantes pasan al menos 54 horas por semana aprendiendo en y fuera de la escuela. En países como Finlandia, Alemania, Suecia, Suiza y Uruguay, los estudiantes pasan menos de 40 horas estudiando. En Colombia los estudiantes están cerca de 46 horas a la semana estudiando, 26 en las instituciones escolares y 20 fuera de la escuela (OCDE, Pisa In Focus #73).

En Colombia, la Ley 115 de 1994, Artículo 85, estableció una sola jornada escolar en los establecimientos educativos, diurna. sólo cuando las necesidades del servicio educativo lo requieran, los colegios podrán ofrecer jornada nocturna. La jornada nocturna se destina a la educación de adultos. Este artículo no se cumple en la educación oficial de Colombia, según el Ministerio de Educación sólo 512.184 estudiantes asisten en jornada única (6,99% de la matrícula oficial). En el sector privado más del 90% de la Matrícula (1.960.631 alumnos matriculados en 2016) asiste en jornada única.

También la Ley fijo que el calendario académico tendría 40 semanas en el año, como mínimo. El decreto 1850 de 2002, artículo 1º, estableció para los colegios oficiales 5 horas diarias en primaria y 6 en secundaria, dedicadas a la prestación directa del servicio público educativo. 1000 horas anuales en primaria y 1200 en secundaria, lo cual no es cierto porque supone 40 semanas perfectas, sin festivos y sin ningún contratiempo o celebraciones como el día del educador o declaraciones territoriales de días cívicos u otros.

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En Bogotá con un grupo de rectores encontramos que normalmente en la educación oficial se trabajaba menos de 180 días al año y los colegios privados estaban por encima de esta cifra, cerca de 185 días. Es decir, en Colombia los niños de primaria en colegios oficiales asisten 900 horas año y en secundaria 1080, mientras que los colegios privados alcanzan 1.450 horas año en promedio (40 horas a la semana).

Uno de los objetivos de la jornada única en Colombia es ampliar el tiempo escolar de los estudiantes, para acercar el tiempo de aprendizaje al que ofrecen a sus alumnos los colegios privados. El Ministerio de Educación Nacional sostiene que la “desigualdad empieza con el número de horas de clase que reciben nuestros estudiantes. Sin Jornada Única un estudiante a los 15 años tiene dos años menos de horas efectivas de clase que un estudiante con Jornada Única”.

El problema es que más tiempo de aprendizaje no significa mayor calidad y mejores resultados educativos. Los países de la OCDE donde los estudiantes dedican más tiempo al estudio no tienen mejores logros educativos que los pares, con menor intensidad horaria de aprendizaje.  

Además, las tareas y los trabajos extra escuela para los niños y adolescentes cada vez tienen más oposición, de hecho Francia Y Bélgica tienen prohibidas las tareas y en países como Chile se discute su utilidad; en Finlandia no están prohibidas, pero los maestros no se apoyan en ellas, en varios países (Inglaterra y España, entre otros) existe grupos anti tareas. La Ocde, también, encontró que cuando los estudiantes pasan más tiempo estudiando ciencias después de la escuela, los puntajes promedio de la ciencia son más bajos.

Por lo anterior, insisto que ampliar el tiempo de aprendizaje a través de la Jornada única es importante para la calidad de la educación y la permanencia, si se aumenta el tiempo escolar en los colegios oficiales en cultura, arte, deporte, recreación y, quizás, en un segundo idioma.

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Al sistema educativo le debe interesar las condiciones de aprendizaje de los estudiantes, la permanencia, la felicidad y el apoyo a quienes tienen problemas especiales. La OCDE muestra que los estudiantes con un fuerte sentido de pertenencia en la escuela tienen un mejor desempeño y están más satisfechos con su vida; también, las percepciones de los estudiantes sobre el apoyo que les brindan los profesores están asociadas con una mayor satisfacción con la vida y; los estudiantes que trabajan en una aula disciplinada tienen un mayor sentido de pertenencia y mayor satisfacción con la vida. La intimidación es más frecuente en las escuelas con escaso clima disciplinario.