OPINIÓN ONLINE

Temámosle a la obsolescencia tecnológica

Que nuestra empresa se vuelva obsoleta es ahora un riesgo constante, sobre todo en lo referente a la tecnología. La clave para evitarlo está en la digitalización, en movernos como ahora se mueven nuestros negocios.

Cristian Onetto
24 de agosto de 2016

Las empresas y sus actividades de hoy no son lo mismo que hace unos años. Aspectos como el impacto de internet, la nube o las nuevas maneras de interactuar de los usuarios nos han obligado a plantear una nueva serie de estrategias corporativas. Ahora corremos contra el reloj para vencer una nueva amenaza: la obsolescencia tecnológica.

Ser obsoletos no cabe ahora en el panorama de ninguna compañía, por eso hallar la respuesta a este flamante dilema es una obligación para la que tenemos que prepararnos hoy día si queremos sacar a flote nuestra manera de hacer negocios y ser competitivos frente a nuestros competidores.

Por ese motivo, la mejor manera de hacerle frente es digitalizando nuestras compañías, o lo que es lo mismo: modificar tecnología, procesos, habilidades TI e incluso los modelos de negocio, para asegurarnos un puesto en la lista de empresas que están interesadas en seguir a la par con los avances de las industrias, la tecnología y el desarrollo de nuestros países.

Investigaciones como el Cisco/IMD Digital Vortex Research nos han mostrado, en especial en países como Colombia, cómo las innovaciones impulsan cambios en la sociedad y en la cultura laboral. Es más, se estima que en los próximos cinco años la disrupción digital desplazará un 40 % a las tecnologías ahora existentes.

Un panorama en el que las organizaciones deben comprender sus posibilidades para minimizar amenazas, aprovechar las oportunidades digitales y no caer en la obsolescencia.

La pregunta del millón sería, entonces, ¿qué significa la digitalización? Pues este tema se resume básicamente como la próxima evolución de la tecnología, que permitirá a cada una de nuestras empresas tener un diferenciador frente a las otras, con soluciones más rápidas y fáciles de implementar, junto a otros beneficios como menos costo y mayor seguridad.

Para lograrlo, debemos robustecer nuestra capacidad tecnológica desde adentro. Asegurar los recursos necesarios para transformar la tecnología, proteger nuestros procesos digitales durante todo su recorrido y garantizar nuestras respuestas ante ataques o posibles rescates.

Algunas empresas ya nacieron digitales, pero, por lo menos en Colombia, la mayoría de deben trabajar en estos aspectos para fortalecer ventajas como sus marcas fuertes, sus relaciones profundas en el sector y su mayor conocimiento del mercado en el que compiten.

Es por eso que no hay otro sentimiento que temor ante la obsolescencia tecnológica, que nos pone detrás de nuestros competidores, nos evita desarrollar las habilidades de cada una de nuestras ideas de negocio y limita nuestro accionar en adelante.

La clave, como hemos dicho, es arriesgarnos a la digitalización, con soluciones confiables que nos permitan lograr las metas sin quedar rezagados. La tecnología nos ha cambiado la manera en la que compramos, vivimos, consultamos información y, lo que es más importante, la forma en la que impulsamos nuestros negocios.