Tecnología con empatía: el monzón que atrapó a Microsoft

En la India, el 25% del PIB y el 70% del empleo dependen del monzón. De su intensidad, de su furia y de su generosidad. El monzón de verano varía de año a año y existe toda una suerte de proyecciones en torno a qué tanta agua proveerá y si pasará de regar los cultivos a inundar las tierras. El monzón es “irregular e impredecible”, dicen algunas fuentes en la web, pero lo cierto es que gracias al monzón la dinámica económica y cultural del subcontinente es tan cambiante como los mercados mismos.

En el hemisferio norte y en occidente no suele tener mucha importancia la llegada del monzón. Sabemos de él si se presenta alguna catástrofe, pero el tema se olvida pronto. Grave error, piensan los indios, especialmente uno de ellos, Satya Nadella, el ingeniero que veintidós años después de ficharse en Microsoft llegó a convertirse en su CEO global.

Nadella es originario de una población en medio de la India y sabe de monzones, también de electrónica y de administración, pero con pasión especial le interesa el cricket y la poesía. Nadella es un hombre que transmite carisma, resulta amigable y tiene pinta de creer en un mejor futuro –al menos eso pudimos ver en los poco más de diez minutos que duró su intervención en el evento de presentación de los premios #ChangeMakers de la Cámara de Comercio y Microsoft–.

“La tecnología debe usarse para construir un mundo sostenible y generar crecimiento económico”, dijo el invitado de honor en la sesión abierta al público en la mañana y confío que lo haya tenido en mente en la sesión privada en Casa de Nariño en la tarde –con Vicepresidenta y Ministras de TIC y de Minas a bordo–.

Le puede interesar: Teletrabajo: ¿resuena pero no pega?

Nadella, quien convivió con los monzones, resulta ser buen vocero de la sostenibilidad. Pero la relación de Microsoft con estos temas no es de ahora, basta solo con ver el puente entre la tecnología y el desarrollo que ha jugado Bill Gates desde años atrás. Además, los mismos #ChangeMakers, convocatoria para impulsar iniciativas locales con alto impacto social apalancadas por lo digital, son reflejo del interés de la empresa por acompañar estos procesos.

Nadella también es buen vocero de lo cultural. De hecho, el gran éxito que se le acredita en sus gestiones al frente de la compañía durante los últimos cinco años, se asocia a cambios en la cultura organizacional, que como vuelven a decir las fuentes en línea “no tenía ninguna frase motivacional acuñada a su nombre”.

En 2017 Nadella publicó el libro ‘Hit refresh’, que en español se tradujo como ‘Oprime refrescar’ y en la práctica se refiere al bien conocido ‘reinicie’ ante cualquier problema técnico. El subtítulo reza ‘La aventura de redescubrir el alma de Microsoft y concebir un futuro mejor para todos’, donde presenta la necesidad de replantear y re-crear la cultura organizacional de compañías nacidas décadas atrás, que requieren de mucho más que ideas que fueron exitosas en el pasado para seguir siendo líderes.

Lea también: Mi USB es el cerebro de un pez

“El trabajo es una gran parte de lo que hacemos en la vida. Si solo se tratara de lograr algunas métricas de cuadros de mando, no creo que este sea lo suficientemente significativo para todos. La razón por la que hablo de empatía es que creo que este es el principal indicador de éxito. La innovación se produce solo cuando puede satisfacer necesidades no satisfechas y no articuladas, y esto se logra con un profundo sentimiento de empatía que todos podemos tener”, señaló Nadella para McKinsey en una entrevista a propósito del libro.

Microsoft sorprendió a la Bolsa de New York en noviembre de 2018 al repuntar como la compañía mejor cotizada, sobrepasando a los de la manzana. La escalada no se veía hace tiempo y el mundo bursátil y de la tecnología volvió la mirada hacia los vientos indios que tocaban las costas norteamericanas.

¿Qué es lo que está haciendo Nadella con Microsoft? Pensar en un futuro mejor para todos y hacer que esta visión apalanque el negocio. Tal vez la empatía sea un buen camino y para seguirlo tendremos que ser nuestro propio monzón, antes de que otros vientos nos arrasen.

Le sugerimos: ¿Es coherente nuestro Centro para la Cuarta Revolución?