JOSÉ MIGUEL SANTAMARÍA

Sin compromiso no hay gobernabilidad

La historia nos ha contado cómo desde tiempos remotos los pueblos han puesto y quitado a su antojo a sus líderes, muchas veces con justicia pero otras no tanto, si el mandamás no tiene la gobernabilidad suficiente es muy difícil liderar un país, un pueblo o hasta la familia.

Columnista , Columnista
10 de mayo de 2019

Una cosa es que un pueblo se le subleve a un líder y otra es que sus empleados no lo acompañen en sus propósitos, es por eso que generalmente cuando llega un nuevo presidente o gerente a una compañía cambia al segundo nivel, uno trabaja con las personas a las que se les tiene confianza y que están comprometidas.

Un ejemplo muy claro de cómo sacar un líder por cuenta de su equipo cercano es lo que pasa en el fútbol, cuantas veces no hemos visto cómo salen directores técnicos de equipos cuando el equipo no rinde o no da resultados, en la mayoría de los casos son los jugadores los que paran o juegan mal adrede para sacar al técnico, esta es una estrategia muy común en el deporte. Muchas veces también pasa que el equipo tiene un jugador tan sumamente relevante o importante que termina dando más órdenes que el mismo técnico, esto hace ingobernable el equipo, tema que se refleja en los resultados.

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En la vida política pasa lo mismo, por eso existen cargos de libre nombramiento y remoción, para que el nuevo mandatario pueda nombrar su equipo de gobierno más cercano a su imagen y semejanza, adicionalmente a los que sean ideológicamente parecidos y que defiendan las mismas causas. Muchas veces los gobernantes terminan haciendo un salpicón de ideas y de personas disímiles cuando quieren dar gusto a todas las vertientes, esto casi siempre sale mal, para gobernar bien se necesita un equipo compacto y una buena oposición que resalte los errores y haga control.

También pasa en los gobiernos como en los equipos de fútbol cuando hay una estrella que aprovecha su popularidad y reconocimiento para sí mismo y no para el equipo en general, estas personas así sean sobresalientes terminan haciendo más daño que bien.

Cuando yo hago un análisis de los primeros meses del gobierno de Iván Duque veo un poco de cada una de las cosas que trate anteriormente, al principio no hubo la celeridad suficiente en el nombramiento de su equipo cercano, sus votantes lo hicieron porque querían un cambio, adicionalmente reconfirmo personas del gobierno anterior que no están comprometidas con sus causas y propósitos.

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Ya es hora de hacer los primeros cambios de gabinete, hacer un análisis concienzudo de cada uno de su equipo cercano para mover ese ajedrez de manera que mejore la gobernabilidad y la capacidad de defensa, no es fácil ser ministro con un Congreso y unos medios de comunicación en contra, por eso se requieren personas con mas habilidades políticas que técnicas, pero sobre todo personas con identificación ideológica y programática.

No le tengamos susto al cambio si es para bien, para defender el Estado de derecho, la iniciativa privada y la democracia. La izquierda y los corruptos están en pie de lucha y arreciarán su ataque mientras no se muestre que se tienen las armas y personas necesarias para contrarrestarlos. Todos sabemos que sin gobernabilidad es imposible hacer los cambios que el país necesita prontamente.

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