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Si la moda impone, ¿por qué se van las empresas?... El caso Aéropostale

El modelo de franquicias de ropa y accesorios en Colombia ha tenido un crecimiento sostenible en los últimos 10 años; sin embargo, en las marcas extranjeras la situación presenta serios altibajos por la dinámica tasa de cambio, la alta inflación, las preferencias de consumo nacionales y los altibajos en las casas matrices a nivel mundial.

Raúl Ávila Forero
26 de agosto de 2016

Cada vez son más las franquicias de moda que abandonan el mercado nacional. En los últimos meses, marcas de ropa extranjeras como Banana Republic y GAP se han despedido del país por no lograr soportar una realidad económica y comercial tan distinta, a comparación de la que se vive en otros mercados internacionales, en donde se desenvuelven con mejores resultados.

Ahora se suma a esta tendencia Aéropostale. La famosa franquicia de ropa informal, que entró al mercado colombiano hacia finales del 2013, cesó operaciones en Colombia la semana pasada, dejando atrás su plan de apertura de 10 tiendas más para incursionar en regiones como Neiva y el Eje Cafetero. Sin embargo, este cierre no es sólo local, ay que se ha extendido a países como Estados Unidos y Canadá, clausurando 113 tiendas en el primero y 41 tiendas en el segundo, aproximadamente una quinta parte del total de sus locales a nivel orbital.

Para este caso, el inicio de una potencial bancarrota de Aéropostale ya se veía venir. A cierre del primer semestre de este año, la compañía llevaba 13 trimestres consecutivos con pérdidas y el valor de sus deudas, concebidas en US$390 millones, superaba el valor de sus activos correspondiente a un aproximado de US$354 millones. Tras esta presión financiera, que también impactó en Colombia, venía el acelerado crecimiento de firmas como Forever 21 y Zara quienes han logrado una mejor gestión en sus inventarios, y se adaptaron al negocio del fast fashion, respondiendo de manera más eficiente a los gustos, ingresos y dinámica del mercado colombiano.

En el ámbito nacional, la salida de varias de estas franquicias de moda se fundamenta actualmente en el efecto cambiario marcado por la devaluación, por la desaceleración del gasto de los consumidores, a las altas tasas de interés, a la inflación que superó la meta del Banco de la República, y a los altos costos de los arriendos de locales comerciales.

Sumado a todo esto, algunos factores limitaron la posibilidad de adaptación de Aéropostale en un marco internacional de moda cambiante y dinámico, y esto, se vio potenciado en el mercado nacional.  Expertos en investigación de mercados aseguran que la compañía no logró adaptarse a las preferencias de las nuevas generaciones marcadas por la personalización de los productos, no pudo despegar a sus compradores de las promociones de descuento, y no tuvo en cuenta el cambio en la forma de comprar, caracterizada, ahora, por el comercio electrónico.

Hoy día, la firma norteamericana Versa Capital ha trabajado en una oferta para la adquisición de Aéropostale Inc. en la próxima subasta, que incluiría la manutención de los empleos de varios empleados y directivos, la adquisición del inventario de Aéropostale y la toma de 500 contratos por concepto de arrendamiento de sus locales. Al parecer, Versa ve una oportunidad de negocio, luego de una reorganización de la cadena actual, y se vislumbra como el salvavidas de la bancarrota para la compañía.

Ante la salida del mercado de varias marcas de moda y accesorios, es claro que la coyuntura económica actual no ayuda. En este entorno nacional de alta inflación y bajos ingresos, los problemas de las franquicias se presentan por parte de agentes comerciales que no han sabido sortear plenamente el difícil entorno, y que en la mayoría de los casos corresponden a marcas de consumo de bienes de lujo (caso Bvlgari), no masivas, que se han visto afectadas por el fuerte aumento en precio de las importaciones debido a la devaluación.

Sin embargo, a pesar de la tensa situación económica nacional existen casos de reaperturas y recomposición comercial; MNG vuelve a abrir sus puertas en Colombia, luego de resolver sus percances con la firma colombiana Mercadeo y Moda (MM), inicialmente en Barranquilla y Bogotá.

A pesar de que se registre un aumento en el número de franquicias los últimos años, recientemente no se evidencia el mismo crecimiento en ventas sectoriales de este tipo de comercio de la moda. Los compradores nacionales no están dispuestos a pagar los altos precios que derivan de la inestabilidad del dólar; se ha hecho más evidente un comportamiento cauteloso en los procesos de compra, gracias a la erosión del precario poder adquisitivo, que apenas cubre los aumentos en los precios de productos básicos como los alimentos, pero que en bienes de semi lujo o lujo, como vestuario de marca o joyas y accesorios, la capacidad de compra no ha respondido en la misma velocidad que hace unos años.

Por lo pronto, los siguientes que se mantienen a la expectativa de entrada al mercado colombiano son, la multinacional sueca H&M que entraría al mercado nacional en 2017, la francesa de artículos deportivos Decathlon y Superior Brands Holding (SBH), dueños de Banana Republic y Gap, que reanudarían sus inversiones en el país, si las condiciones nacionales vuelven a una estabilidad sostenida.