RAÚL ÁVILA FORERO

Ser influencer

Las prácticas publicitarias en el mundo de los negocios ya no se fijan simplemente en lo comercial. El factor entretenimiento puede ser adherido muy fácilmente, si la publicidad puede ligarse al mundo de las redes sociales, y las marcas más importantes del mundo han logrado sacarle provecho buscando aliados de alta influencia en estos medios.

Raúl Ávila Forero, Raúl Ávila Forero
14 de mayo de 2018

Diariamente, muchas son las marcas que se debutan el mayor número de pautas publicitarias en medios como la televisión. Sin embargo, y aunque sigue siendo una de las opciones más cotizadas, muchas personas pasan hoy en día gran parte de su tiempo en apps como Facebook, Instagram, Youtube, etc. Era de esperarse que las marcas también se pelearan por publicitar ahí.

Este nuevo fenómeno del marketing no solo ha evolucionado el concepto de la publicidad, sino que ha dado lugar a una nueva clase de categoría casi profesional: los influencers. Ídolos y referentes del mundo virtual que ganan al día cientos o miles de seguidores gracias a publicaciones que realizan sobre moda, belleza, viajes o hasta gastronomía. También era de esperarse que estas personas cobraran por sus fotos y mensajes, dada la gran influencia que ejercen en el medio.

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No obstante, cabe resaltar que las redes sociales no son las que tienden a realizar pagos a sus usuarios por la utilización de estas aplicaciones. Si fuera así, no sería buen negocio. Lo que monetiza realmente el uso de estas redes sociales son las marcas que están dispuestas a pagar bien sea por el uso de algún accesorio, la publicidad de un determinado lugar, publicaciones con prendas que varían de Gucci a Channel o de Nike a Jimmy Choo. En sí, las redes sociales funcionan más como un aliado para las marcas en el posicionamiento de sus productos.

Como buenos profesionales en el área, las tarifas que los influencers reclaman no son de carácter público. Están los que trabajan con agencias – que representan a personajes de éxito, por lo general jóvenes – y los que trabajan libremente. Están los contratos sumamente puntuales que se negocian bajo un solo post o una determinada imagen, pero cada vez impactan más las campañas, que contienen varias publicaciones, y el manejo de contratos de exclusividad.

Por otro lado, también pueden manejarse los pagos en especie. En una pequeña escala, hay marcas que optan por regalar costosos productos a los influencers para su posterior publicidad y recomendación en las redes sociales; estos casos suelen presentarse en empresas de moda y accesorios de lujo. Así, se percibe la infinidad de formas de negociación que se permean en el terreno. Pero, ¿cuál es la aplicación que mejor renta a los influencers?

Por ahora, el mejor postor que figura para hacer de las redes sociales una rentabilidad, viene siendo Instagram. Sí, la misma que Facebook compró en 2012 por US$1.000 millones al ver el potencial de esta startup que, para entonces, solo contaba con 18 meses de vida.

Ya son varias fuentes del sector que han realizado estudio de casos que concluyen que, en promedio, se paga entre US$140 y US$180 por foto para un perfil con 10.000 seguidores, US$ 600 en caso de tener 50.000 seguidores, y más de US$3.000 si el perfil tiene más de medio millón de seguidores. Por ende, Instagram se convierte en la red que mejor paga, con una mayor facilidad.

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Por su parte, redes como Twitter y Facebook, rondan los US$ 96 – US$120 por post publicado por una persona que cuenta con 10.000 fans, US$360 por 50.000 fans y más de US$3.000 por medio millón. Youtube, en contraste, es la red que paga una mayor suma de dinero con US$180 – US$360 por 10.000 seguidores, y más de US$ 12.000 si se supera el medio millón. Sin embargo, en este último caso, la calidad del material suele ser más demandante y requiere de un mayor esfuerzo, como han reconocido algunos youtubers.

Vale la pena resaltar que, en este último caso, el programa de socios de Youtube sí permite que los creadores moneticen su contenido, siempre y cuando asocien su cuenta personal a una de Adsense (publicidad en Google). Por ende, la rentabilidad no proviene, precisamente, de los tratos que los influencers hagan con las marcas.

Ello es lo que convierte a Youtube en una de las redes que mejor pagan, pero a costa de un trabajo duro, ya que se requiere de una interacción constante para convertirse en un personaje de influencia. En Colombia, por ejemplo, se ha concluido que no es un buen negocio gracias a que los pagos se realizan, generalmente por número de visitas a determinado contenido, logrando ganar cerca de $1.500.000 si se supera el millón de visitas. Y si bien para muchos es una suma considerable, alcanzar un gran número de visitas en esta plataforma puede tardar muchos días, o incluso meses.

Lo importante es reconocer que aquellos que se arriesguen a tomar el camino para ser influencers no siempre van a terminar siendo millonarios. Marvelcrowd, la red más grande de influencers a nivel internacional, ha afirmado que menos del 2% de los influencers obtienen ingresos mensuales superiores a los US$3.500. Por el contrario, el 32,8% no ingresa más de US$240 al mes y el 24,6% no logra recibir ningún tipo de ingreso.

Comprender la floreciente economía derivada de las capacidades tecnológicas que nos ofrece el mundo moderno tomará un tiempo. Siempre aparecerán nuevas técnicas para atraer más seguidores, focalizar un determinado nicho de mercado, divulgar una mayor diversidad de contenido y lograr una mayor influencia en las redes sociales que, a fin de cuentas, es lo que renta en esta nueva modalidad de hacer negocios.

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