CAMILO DÍAZ

Que el aumento del mínimo no se quede en poco

El aumento del salario mínimo no debe quedarse en la discusión del ambiente de coyuntura económica, mejor verlo como una forma de impulsar la demanda.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
12 de diciembre de 2020

Los hogares fueron unos de los principales afectados por la crisis económica desatada por los efectos del coronavirus, el desempleo en el punto más difícil llegó a bordear el 25% lo que significó la perdida de 5 millones de empleos, la informalidad se trepó del 48% al 62%, y muchos de los empleos que se han recuperado no tienen las mismas condiciones que tenían los puestos destruidos.

En total, la perdida de empleos, la informalidad laboral, y el deterioro de las condiciones salariales han implicado una pérdida de ingresos para los hogares de alrededor de $27,9 billones de acuerdo con los cálculos de Anif.

Es un hecho que dos terceras partes del crecimiento económico es explicado por el consumo de los hogares, por eso a medida que se deterioró el mercado laboral, la demanda también cayó en picada, así como la confianza del consumidor. Para la recuperación es indispensable que el ingreso de los hogares, vía el mercado laboral se fortalezca, la manera de fortalecerlo es con políticas públicas que se enfoquen en crear nuevos empleos y mejorar los ingresos de los trabajadores.

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La discusión del aumento del salario mínimo no se puede quedar simplemente en los hechos coyunturales y en el desastroso desempeño económico observado este año por los efectos de la pandemia.

El aumento del salario debe verse también como una manera de impulsar la economía a través del gasto de los hogares. Por ejemplo, con el aumento del 6% que se llevó a cabo el año pasado, la economía tuvo un impulso desde el consumo en los primeros meses de este año, antes de la expansión del coronavirus. Los cálculos del Gobierno en ese momento eran que el crecimiento bordearía el 3,8% siendo de nuevo dos terceras partes explicadas por el consumo de las familias.

Tratar de dejar el ajuste del salario mínimo en el escaso crecimiento del IPC más la productividad total que fue muy golpeada por la crisis económica, es estancar el consumo, inclusive detenerlo, porque si las expectativas de los consumidores se mantienen en que su ingreso prácticamente no va a crecer, o que por el contrario se va a deteriorar ya que las señales que da el Gobierno sobre la reforma tributaria es extender el IVA del 19% a toda la canasta familiar, lo que va a suceder es que la única medida de ajuste que tendrán es contraer el gasto o inclusive empezar a desatender total o parcialmente sus obligaciones financieras. Ambas situaciones son un lastre para la recuperación.

El aumento del salario mínimo no puede quedarse en el escasísimo 2% que proponen los empresarios, tampoco valga decir la verdad en el 13% que piden los trabajadores. Ese ritual de tirar al suelo el ofrecimiento y de lanzar la vara al aire, lo único que hace es enredar la discusión dejándola al azar del ambiente político.

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Lo que se tiene que pensar es que el carro de la recuperación lo empuja la demanda, y esta es afectada, por lo menos desde el lado de los hogares, por los salarios que ganan, si es poco van a gastar poco, si es mucho van a comprar mucho. En este momento existe la oportunidad de hacer un aumento que mejore en términos reales los salarios sin afectar las expectativas de inflación, porque como hemos visto han sido bajas por la propia coyuntura y porque los días sin IVA han contribuido a la reducción de precios de varios artículos.

Una buena formula para aliviar la carga de los costos laborales en las empresas sin afectar el ingreso de los trabajadores es continuar con los subsidios a la nómina para empleados que devengan hasta dos salarios mínimos, y permitir que el pago de cesantías pueda diferirse en varias cuotas durante el año, así como ofrecer líneas de crédito con tasas de interés compensada para que las empresas que tengan dificultades con ese pago lo puedan financiar a bajo costo.

De la manera como crezca el ingreso de las familias y recuperen los ingresos perdidos va a depender en buena medida el ritmo de la recuperación.