GREGORIO GANDINI

Precios, desempleo y ventas minoristas

En mis columnas anteriores hablé sobre el comportamiento de los precios y también del desempleo. Esta vez analizo el dato de ventas al por menor del mes de mayo para ver qué añade a este panorama que se va formando para el segundo trimestre del año.

22 de julio de 2020

Después de la publicación del dato de inflación de junio, al cual le dediqué mi columna anterior y que mostró una reducción importante en su dinámica anual llegando a 2,19% -ubicándose bastante cerca al límite inferior del rango meta del Banco de la República- vale la pena revisar el comportamiento de las ventas minoristas de mayo para ver cómo se va armando el cuadro general.  

No hay que olvidar que el consumo es una de las grandes fuerzas que impulsan una economía, por eso la información de ventas al por menor, que se relaciona estrechamente con el consumo de los hogares, es muy importante tanto para seguir su dinámica como para evaluar qué tanto se ha modificado en esta coyuntura. 

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A partir de los datos publicados por el Dane en la Encuesta Mensual de Comercio se calculan los Índices de la Ventas. En el gráfico 1 se puede ver la comparación entre sus tasas anuales en valores reales, con y sin vehículos, y del IPC.

Si bien los precios muestran una tendencia decreciente desde marzo en adelante, el consumo minorista recupera algo de terreno al pasar de -42,8% en abril a -26,8%. Esto por supuesto sigue ubicándolo en altos niveles de contracción en dos de los tres meses del segundo trimestre del año, lo cual no augura un buen panorama para el crecimiento económico. 

 

En este mes también vale la pena ver que el consumo minorista -excluyendo vehículos- continúa contrayéndose con una tasa de -20,5%. Esta diferencia entre los dos índices muestra el impacto y deterioro que ha sufrido ese sector en particular y su impacto en el consumo.

Son precisamente las dinámicas en el consumo de los hogares las que se han visto afectadas por las medidas tomadas para controlar el contagio de la covid-19, un cambio que se refleja en los únicos cuatro grupos que presentaron variaciones positivas para mayo, con alimentos en 8,5%, bebidas alcohólicas con 2,8%, productos de aseo para el hogar con 20,2% y equipo de informática para uso personal o doméstico con 22,6%.

Por su parte, como era de esperarse, el sector de vehículos tuvo una contracción de 57%, solo superada por la que experimentó el grupo de calzado y artículos de cuero con -82%. 

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Si bien gran parte de la expectativa alrededor del comercio estará muy concentrada en los datos de junio, debido al posible impacto que tenga el Día sin IVA del 19 de junio pasado, así como su relación con el dato más bajo de IPC desde hace varios años, el resultado de mayo ha empezado a mostrar hechos muy relevantes sobre el cambio en dinámicas de consumo.

Un caso claro se da en el grupo de equipo de informática y telecomunicaciones para uso personal o doméstico, que después de contraerse en marzo y abril con -5,9% y -6,3%, presenta un fuerte cambio en su tendencia con 22,63%. Esto sin duda impulsado por la continuidad de la pandemia, que ha llevado a reforzar estrategias como la educación virtual en colegios y universidades y a las empresas a seguir en modalidades de trabajo remoto. 

Además, no hay que pasar por alto otra información importante que tiene este informe, y es el comportamiento de los índices de sueldo y salarios per cápita tanto reales como nominales, los cuales mostraron una reducción de 11,9% y 8,3%, respectivamente, continuando con la tendencia decreciente exhibida en abril. Vale la pena recordar que este dato se une a la tasa de 21,38% de desempleo de mayo para darnos un panorama completo del deterioro del mercado laboral.  

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Es claro que una fuerza importante detrás de la reducción en la tasa negativa del consumo minorista fue la compra de equipos informáticos, lo cual no es de esperar que ocurra cada mes de igual manera como pasó con los Días sin IVA de junio y julio.

Además, si a esto les sumamos la reducción en salarios per cápita, el aumento en la tasa de desempleo y la reducción en la dinámica de los precios, no se ven fuerzas estructurales que soporten un crecimiento sostenido del consumo en el futuro, por lo que debemos seguir muy de cerca estos indicadores ya que de su interacción dependerá en gran medida qué tan rápido se pueda reactivar la economía.