GREGORIO GANDINI

¿Por qué importa el comercio?

En medio de la crisis que se ha desatado con la aplicación de aumentos de tarifas a bienes de China por parte de Estados Unidos y viceversa, me parece que es el momento de explicar algo de la economía detrás del comercio y entender por qué es importante para los países.

Gregorio Gandini, Gregorio Gandini
27 de junio de 2018

Hace un par de semanas Estados Unidos anunció la aplicación de un aumento en las tarifas comerciales de una serie de productos importados de China, buscando con esto que los precios se hagan más altos y los bienes locales ganen competitividad. Pero parece que lo que ha logrado con todo éxito es una respuesta igual de agresiva de China sobre productos importados de Estados Unidos, llevando al mundo a preguntarse si esto significa el inicio de una guerra comercial entre los dos países. En la columna de hoy he decidido tomarme un tiempo para analizar cuál es la importancia del comercio en la economía de los países y por qué es una fuerza fundamental en nuestras vidas.

El comercio mejora a todos los involucrados

He mencionado varias veces en otras columnas que el libro de principios de economía de Gregory Mankiw es una perfecta introducción a temas de economía, cuando en sus diez principios de la economía menciona en el puesto quinto que el comercio puede mejorar el bienestar de todo el mundo, es una frase perfecta para iniciar este análisis. Y esta frase siempre me ha llamado la atención porque, si bien suena simple, tiene un impacto inmenso en nuestras vidas.

Piensen, por ejemplo, la cantidad de productos a los que se tiene acceso gracias al comercio internacional, cómo se puede comprar vino español o fideos de arroz de Tailandia en un supermercado cerca a su casa y esto es solo el principio.

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Pero no es solo acceso a nuevos productos lo que trae el comercio, ya que es una fuerza transformadora de los países. Si vemos la teoría de David Ricardo en la cual los países tienen ventajas absolutas y comparativas en diferentes productos, las elecciones de producción y por lo tanto el crecimiento económico se ven profundamente afectadas por las fuerzas del comercio. Pensemos en un ejemplo, supongamos dos países A y B donde en ambos se produce únicamente carne y arroz, en el país A es más barato producir carne y arroz frente al país B lo que quiere decir que tiene una ventaja absoluta en la producción de estos bienes.

Gráfico 1. Elaboración Propia

 

Sin embargo, la clave de la teoría de Ricardo no radica en la ventaja absoluta sino en la comparativa y es en cuál de ellos es más productivo el país A, en este caso supongamos que el país A tiene ventaja comparativa en la producción de arroz, mientras el país B la tiene carnes, así en el gráfico 1 se puede ver que cada país se especializa en aquello que es más productivo el A en arroz y le vende al país B lo que le permite especializarse en carne que le vende al país A y generan un ciclo que les genera una mayor ganancia gracias al comercio.

No es solo la transferencia de bienes el único efecto del comercio, desde las caravanas en la antigüedad este ha venido acompañado de transferencia de conocimiento que ha tenido un impacto significativo sobre todos, un claro ejemplo es como la ruta de la seda impacto a China, Medio Oriente y Europa durante alrededor de 300 años.

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El escenario mundial

Volviendo al escenario actual, creo que en este momento existen tres grandes fuerzas que se pueden destacar en términos de comercio internacional en el mundo, Estados Unidos, China y Europa, cada una con su dinámica específica y características particulares. En Europa se está reescribiendo la relación comercial de la Unión Europea e Inglaterra donde todavía se está trazando el nuevo mapa comercial después del Brexit. Por su parte con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Estados Unidos también está redefiniendo sus relaciones comerciales, aumentando tarifas en importaciones no solo de China, sino de aliados como Canadá, México y la misma Unión Europea.

Pero China, antes de cerrarse está buscando abrirse cada vez más al mundo con proyectos como revivir la ruta de la seda para crear flujos comerciales en Asia y Europa, y el plan “Hecho en China 2025” que busca ubicar al país como una fuerza dominante en el sector de alta tecnología. Vale la pena que, aunque esta es su política general ya ha respondido con aumentos de tarifas de importaciones estadounidenses frente a las últimas medidas de la Casa Blanca que entraran en vigencia este 6 de julio lo que podría desencadenar otra respuesta por parte de Estados Unidos y llevar finalmente a una guerra comercial.

Si pensamos de nuevo en el modelo de Ricardo, es claro que Estados Unidos busca compensar vía aumento de precios la mayor productividad o el menor esquema de costos de productos no solo chinos sino de otros países que tiene una ventaja comparativa frente a sus productos locales. De igual manera en Europa, las fuerzas de negociación de los nuevos acuerdos comerciales con Inglaterra todavía están por definir como se afectarán los aranceles, pero esto también afectará al final los precios de los bienes a ambos lados del canal de la mancha. Es fácil darnos cuenta que el flujo del comercio no solo depende de qué país esté mejor equipado para producir y comercializar bienes sino también de aquel que sea más hábil negociando los acuerdos o que tenga el mayor mecanismo de presión vía precios, por lo que las tres fuerzas mencionadas antes tendrán un impacto clave en los flujos de comercio mundial.

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