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¿Por qué fracasan los negocios en Colombia?

Crear una empresa es el sueño de muchos,  pero el proyecto de pocos. Conozca las principales razones por las que fracasan los emprendimientos en Colombia y consejos para remediarlas.

Juliana Sánchez Trujillo
28 de junio de 2016

Son muchas las personas que quieren emprender, pero son pocas las que de verdad se arriesgan a hacerlo. ¿Por qué? La mayoría de las  veces se debe al miedo al fracaso a y a salirse de la zona de confort, pero muchas otras porque se cree que no hay dinero para emprender o por desconocimiento de cómo hacerlo.

El último reporte del Global Entrepreneurship Monitor, estudio que mide la actividad de emprendimiento a nivel mundial, demuestra que la población colombiana tiene un alto interés por emprender, sin embargo, muchos empresarios tienen problemas a la hora de establecer sus empresas.  Por su parte, estudios de la Cámara de Comercio de Bogotá estiman que después de un año, el 55% de las empresas sobreviven y solo un 23% logra cruzar el umbra de los 3 años. Esta discontinuidad en la actividad emprendedora está relacionada con la baja rentabilidad, problemas financieros y con otras oportunidades de empleo.

Estos argumentos son soportados por el Instituto del Fracaso (Failure Institute),que afirma que las razones por las que fracasan las empresas en Colombia son:

  1. Ingresos propios insuficientes para subsistir
  2. Problemas en la ejecución de lo planeado
  3. Problemas de financiamiento
  4. Punto de venta inadecuado
  5. Falta de desarrollo del personal

Las variables anteriores son trabajables, pero todo comienzan por  la misma motivación del emprendedor; cuando la empresa no se ve como un proyecto de vida, sino como una opción para conseguir dinero en el corto plazo, es muy probable que sus fundadores desistan al presentarse mejores oportunidades laborales. Así mismo, se debe buscar ideas de negocio que combine la pasión, las habilidades y las necesidades del mercado. Cuando existe una relación entre estas variables, las posibilidades de tener un negocio sostenible son mucho más amplias.

También tenga en cuenta que los grandes imperios se destruyen desde adentro, por esta razón es muy importante que se cuente con un excelente equipo de trabajo. Un emprendedor no puede hacerlo todo solo y por eso necesita de personas que complementen sus capacidades. Esto también aplica a la hora de buscar socios, pues muchas veces se opta por colegas o amigos que no generan mucho valor, cuando se deberían buscar personas que aporten otros puntos de vista y cuyas habilidades se complementen. Por su parte, a la hora de iniciar un negocio familiar, siempre es una buena idea tener un ente mediador, bien sea como fundador o en la junta directiva, que ayude a buscar una visión de largo plazo que no se encuentre viciada por las dinámicas familiares.

Finalmente, se deben revisar múltiples opciones a la hora de financiar la empresa. Comunmente, cuando las cosas están a nivel de idea, es bueno valerse de ahorros, amigos y familiares; cuando se está estructurando el modelo de negocio existen concursos y capital semilla; y finalmente cuando se entra en el proceso de establecimiento y aceleración de las mismas, se puede optar por capital de riesgo procedente de inversionistas ángeles o fondos de capital.

Lo anterior plantea un gran reto, pues los emprendedores creen que “no hay dinero” y los inversionistas consideran que “no hay emprendedores”, lo que demuestra el alto grado de desconocimiento que existe en el país sobre el ecosistema de emprendimiento y sobre los fondos y subsidios que existen dentro del mismo. Para subsanar esta problemática, es importante que exista una mayor cohesión entre la academia, el gobierno, las aceleradoras y los fondos de capital, a fin de tener un lenguaje unificado y un mayor alcance frente a emprendedores potenciales.  Solo así, se pueden evitar a tiempo las razones para el fracaso, pues se contarán con negocios mejor estructurados y con acceso al capital necesario para que puedan desarrollarse.