JORGE IVÁN GÓMEZ

¿Por qué es tan difícil ser gerente general? ¿Qué debo hacer para triunfar?

Un directivo toda la vida sueña con llegar a lo más alto de la organización. Una vez lo logra, se enfrenta al peso y la carga que significa ser el CEO.

Jorge Gómez Pinilla, Jorge Gómez Pinilla
22 de febrero de 2018

Por un lado, descubre que tanto el éxito como el fracaso de la empresa dependen de él y, por otro lado, el directivo aprende a reconocer que muchos de los factores –de éxito y fracaso- no los controla. En este artículo veremos los principales factores que ayudan a un directivo a tener éxito y a mitigar los errores que lo pueden llevar al fracaso en la tarea de gerente general.

Muchas decisiones y poca información

Una de las principales limitaciones de un gerente general es el poco tiempo disponible para su tarea, así como los datos insuficientes con que cuenta a la hora de tomar decisiones. Muchas veces descubre que tiene que tomar decisiones basado en información incompleta y, algunas veces, sesgada o parcializada. Son estos momentos los que permiten al gerente general descubrir que –más allá del poder- la tarea de dirigir implica muchos sacrificios, esfuerzos adicionales y, sobre todo, mucha capacidad de aprendizaje e incluso de olvido de lo aprendido. Especialmente, debe formarse en tomar decisiones y resolver problemas, bajo unas circunstancias difíciles y en medio de la adversidad. Así y todo, hay momentos en que debe primar la determinación de alcanzar un objetivo.

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¿Qué debe hacer alguien para lograr convertirse en un buen gerente?

Debe descubrir que dirigir es una actividad que se aprende y perfecciona con el acto mismo de dirigir, es decir, con la experiencia. El estudio sobre la dirección nos ayuda a reconocer pautas útiles sobre lo que ha funcionado y lo que no, pero el aprendizaje proviene de la tarea misma de dirigir. Es lo más parecido a montar en bicicleta o nadar y por esto requiere reflexión y observación personal de los errores y las salidas de tono.

Un gerente debe aprender a ser consciente de que sus palabras, acciones y decisiones tienen que ser reflexionadas permanentemente con el fin de extraer aprendizajes y, en última instancia, ganar experiencia de sus propios errores. Por ejemplo, Benjamin Franklin aconsejaba llevar un cuaderno con el registro de la manera como una persona cumplía sus valores más elementales como el orden, la justicia, la determinación o la humildad. De esta manera, una buena recomendación para los gerentes es llevar un cuaderno tipo diario en el que registren sus objetivos, decisiones y avances en su actividad para evaluarse y, sobre todo, ver los problemas en perspectiva.

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¿Cuáles son los asuntos en los que hay que ganar experiencia para no fracasar como gerente general?

En primer lugar, debe aprender a jugar un doble papel, es decir, ser el Sr. Externo y el Sr. Interno, lo cual significa atender con tacto y prudencia a los actores externos a la empresa como clientes, accionistas, prensa, gremios y gobernantes y, por otro lado, atender a los actores internos como los miembros de junta y empleados. Este doble rol, generalmente, implica diversos tipos de intereses –muchas veces- contrapuestos. En consecuencia, el gerente debe aprender a ser sutil y firme, prudente y claro y, especialmente, ser un negociador con carácter y principios, porque estas habilidades políticas no significan “querer quedar bien con todos” sino, por el contrario, asegurar cumplir los objetivos de la empresa con integridad en medio de los intereses más diversos y antagónicos.

En segundo lugar, un buen gerente debe aprender a desprenderse de muchas responsabilidades y tareas. Es un error creer que un buen directivo es aquel que realiza muchas cosas; por el contrario, se reconoce porque utiliza la acción indirecta por encima de la directa. Es decir, es un “motor de motores” y por esta circunstancia, el mayor aprendizaje de un verdadero directivo es hacer que otros hagan. Para lograr este propósito el directivo debe “expandir el poder de la gente que lo rodea” y aprender a “confiar en otros para las decisiones importantes” (Porter, Lorsch, Nohria 2004).

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En tercer lugar, debe aprender a obtener información de la realidad. Uno de los aspectos más críticos a la hora de dirigir es enterarse de la realidad, porque un CEO recibe mucha información filtrada (voluntaria o involuntariamente) o innecesaria, lo que hace más complejo la toma de decisiones. Por esta razón se presentan problemas como el aislamiento y pérdida de contacto con la realidad de la empresa, a lo que se ha denominado síndrome penthouse. En este punto, recomendamos que el gerente aprenda a recibir información desde múltiples canales, tanto formales como informales. Por ejemplo, los CEOs de GE o Target frecuentemente realizan almuerzos informales con los empleados para conversar sobre la empresa y los problemas que ellos se enfrentan en su día a día (Porter, Lorsch y Nohria 2004).

Conclusión

Ser gerente general requiere de una condición especial: su disposición de aprendizaje personal. Debe crecer en el ser y no solo en el saber, porque dirigir no es un asunto solamente teórico, académico o técnico, sino una habilidad que se aprende en el ejercicio y la reflexión continuada de los propios yerros y las enmiendas.

Nada peor que un gerente que se siente muy importante, todopoderoso o sabelotodo. Dirigir es un derecho que se gana todos los días con la coherencia y la confianza que irradia el gerente.

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