ALEJANDRA CARVAJAL

La polarización debe frenarse: sus efectos pueden ser devastadores

El daño que la polarización genera a nuestra democracia podría ser peor que el mismo coronarivus. Es imperativo para nuestro país que se llegue a unos consensos en lo fundamental, pues, de lo contrario, tendremos un grave retroceso a nivel económico y social.

Alejandra Carvajal, Alejandra Carvajal
8 de septiembre de 2020

El Informe Global de Riesgos 2020, publicado conjuntamente por el Foro Económico Mundial y Zurich Seguros, advierte sobre las principales amenazas para el mundo. En los primeros lugares encontramos como una de las amenazas más importantes para el desarrollo del planeta el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, pues sin duda alguna esta es una preocupación que ocupa los primeros lugares de las agendas de empresas, gobiernos, organizaciones sin ánimo de lucro y empresarios.

Además del cambio climático, el informe califica como uno de los más destacados factores de riesgo para el mundo la polarización política. De hecho, la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales sobre la que se basa el informe, realizada a varios actores calificados, afirma que las confrontaciones económicas y la polarización política interna constituyen los riesgos más altos de 2020.

El problema, lejos de ser exclusivo de Colombia, es un fenómeno que se está dando en todas las latitudes del planeta. Casos como el de Alexei Navalni, uno de los principales opositores de Vladimir Putin que fuera envenenado la semana pasada en Berlín mediante el uso de armas químicas; el asesinato de Alberto Nisman, fiscal argentino encargado de investigar a Cristina Fernández de Kichner; la situación política de países como Estados Unidos donde la polarización está más álgida que nunca, al igual que en América Latina y buena parte de Europa. Todo esto preocupa enormemente.

El director de la Organización Mundial de la Salud ha llegado a afirmar que la división política está intensificando la pandemia del coronavirus y podría significar muchas más muertes que las ya producidas por la enfermedad. Incluso, afirmaría que “la derecha, la izquierda y el centro deben trabajar juntos para evitar peores consecuencias” y que “el problema político es el combustible que hace que la pandemia del coronavirus sea aún más grave. El virus se aprovecha de nuestras diferencias, de la diferencia de los partidos, y las personas”. La polarización, entonces, podría ser una enfermedad peor que la covid-19.

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En lo que a nuestro país respecta, el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, advertiría que la “inmensa polarización” que hay en Colombia retrasará el desarrollo del país y la recuperación tras la pandemia de la covid-19. También invitó a las empresas a dejar de ser meros espectadores de esta coyuntura política para convertirse en generadores de espacios de diálogo en los que puedan resolverse las diferencias. Y advertiría que “si nos vamos por un camino que divida más y anime más las propuestas populistas, nos vamos a enterrar más. Por eso, se requieren los mínimos acuerdos políticos para hacer ese conjunto de reformas que son más que necesarias para poder salir de esto”.

Los efectos de la covid-19, nefastos para la salud pública y la economía, podrían empeorar si continúa o empeora la polarización. La censura a los opinadores por parte de algunos usuarios de distintos medios de comunicación constituye una falta grave contra la libertad de prensa, uno de los preceptos fundamentales de cualquier democracia. Muchos opinadores nos hemos convertido en víctimas de las más despiadadas y crueles amenazas solo por expresar nuestro punto de vista. La guerra digital que se vive en Facebook, Twitter y Youtube solo empeora la crisis actual. Todo por cuenta de la polarización.

Pedro Vaca, director ejecutivo de la Fundación por la Libertad de Prensa (Flip), advertiría en su cuenta de Twitter que, por publicar libremente una opinión, “se activan recursos violentos y sincronizados para que quien opinó se arrepienta y para que quien tenga identidad vea la hoguera que le espera”. En lo personal, he sido víctima de esto que denuncia el señor Vaca, y he llegado incluso a oír por parte de algunos compañeros en medios que están pensando en comprar un seguro de vida.

La polarización, de no frenarse, constituirá uno de los problemas más graves para nuestra democracia. Preocupa muy especialmente este fenómeno en los jóvenes, que muchas veces no analizan, sino que simplemente reproducen contenidos y los dan por ciertos. El sector privado debe involucrarse más, el futuro del país y del mundo está en juego.

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