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Pilas con el yen japonés y el riesgo de Asia

La noche del brexit el yen japonés se fortaleció 7% contra el dólar. El fortalecimiento del yen es un indicador de riesgo en los mercados emergentes, pero al mismo tiempo, un indicador de euforia en los mercados desarrollados. Esta columna muestra porqué.

Gustavo Valencia Patiño
11 de julio de 2016

“Si quieres ser el mejor en tu juego, debes estudiar el juego final antes que cualquier otra cosa ” Raúl Capablanca, Campeón mundial de Ajedrez

Entender el yen japonés es clave para entender el “juego” de coordinación entre los grandes bancos centrales del mundo. Desde la tragedia de Fukushima en el 2011, el gobierno de Shinzo Abe y el Banco Central japonés se vieron obligados a usar la opción “all in” de política monetaria. Es decir, debilitar su moneda para ganar el mercado de los países exportadores de bienes manufacturados (China, Alemania, Sur Corea, Taiwan, Singapur y Estados Unidos)

 El yen se devaluó en 3 años aproximadamente 50%. Es decir, los productos japoneses eran un 50% más baratos que sus equivalentes coreanos o americanos. Este movimiento tectónico en la volatilidad del yen tuvo repercusiones inmediatas en los precios de los activos financieros globales.

Gráfica 1. Cascada de riesgo después de la devaluación del yen en el 2012

 Análisis Macrowise

 La gráfica 1 muestra la transferencia de riesgo del yen japonés al resto de activos financieros. Con la devaluación del yen, las exportaciones de Asia colapsaron y con ellas, la demanda por las materias primas. En el 2013, el precio de los metales industriales colapsó, en el 2014, ocurrió lo mismo con el precio del petróleo, en el 2015 las monedas de los países exportadores de materias primas se devaluaron más de un 40% respecto a al dólar y los índices de acciones de estos países cayeron más de un 35%. 

 En Macrowise pensamos que este riesgo se está transfiriendo a las monedas de los países dependientes de las exportaciones de bienes manufacturados  (Corea del Sur, Singapur, Taiwán, China.) Una devaluación de las monedas asiáticas crearía un problema a las corporaciones altamente endeudadas en dólares.

 Dicho proceso de transferencia de riesgo también crea una oportunidad para los activos en Estados Unidos debido a que el producto interno de este país no es tan dependiente de las exportaciones.

 Si con la devaluación del yen empezó la transferencia de riesgo en el sistema financiero global, tiene sentido pensar que la fortaleza de esta moneda también es el indicador de que estamos en el “juego final”. 

 La gráfica 2 muestra el comportamiento del yen japonés año a año. Los niveles positivos indican devaluación, los niveles negativos indican fortaleza del yen contra el dólar.

Gráfica 2. JPY/USD YoY.

 Fuente: St Louis Federal Reserve.

 La gráfica muestra que estamos en un escenario parecido a 1998, donde hubo una profunda devaluación del yen. Ésta causó a su vez, de manera indirecta, una crisis en los mercados emergentes tanto en Asia, Rusia como Latinoamérica.

 Paradójicamente, cuando el yen se fortalece crea una oportunidad sin precedentes en los activos de tecnología de Estados Unidos. La gráfica 3 muestra que cuando el yen presentaba valorizaciones del 20% año a año el índice de tecnología Nasdaq se convierte en una burbuja.

 Gráfica 3. JPY/USD YoY y el índice de acciones de tecnología Nasdaq.

 Fuente: St Louis Federal Reserve.

El desempeño histórico no es garantía de que se repita el mismo escenario. No obstante, vemos que muchas de las fuerzas de liquidez que crearon este escenario en 1998 están ahí.

En conclusión, vemos una alta probabilidad de una devaluación en las monedas asiáticas. Esto crearía un problema de deuda corporativa en Asia. Una probable crisis en Asia también afectaría a Latinoamérica, ya que cualquier inversionista de mercados emergentes exigirá una prima por riesgo mucho más alta. Esto afectaría la tasa de interés tanto de los bonos soberanos como de los papeles de deuda corporativa. 

La oportunidad está en la  probabilidad de creación de un episodio de euforia en varios activos americanos, tales como los tesoros de EE.UU, así como las acciones de tecnología.