JULIANA SÁNCHEZ TRUJILLO

El peligro de enamorarse

Cuando nos dejamos deslumbrar por las ideas o invenciones, perdemos de vista los objetivos que queremos alcanzar.

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
5 de septiembre de 2018

Enamorarse es algo que transforma, llena de felicidad, afición y entusiasmo, bien sea que se hable de una pareja, una mascota, un trabajo o una idea. Sin embargo, cuando se refiere a esta última, enamorarse puede ser una de las cosas más riesgosas que se pueden hacer en términos de innovación pues cuando nuestro foco no se encuentra en el problema, sino en la solución, las probabilidades de fracasar aumentan.

Enfocarse en la solución, significa dejarse cegar por lo maravillosa que se ve la idea, lo única que pueda parecer la invención o lo atractiva que sea la metodología, haciendo que se generen cierta terquedad que puede nublar la vista a la hora de hablar de resultados. Por eso lo principal que debemos tener claro es qué es lo que queremos lograr para nosotros mismos, para la organización e incluso para nuestros clientes.

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Un ejemplo concreto de esto se puede observar en el uso de las metodologías creativas en donde, con frecuencia, se ven equipos obsesionados por implementar procesos creativos con Lego o con Design Thinking, o con una gran variedad de juegos que se encuentran en el mercado, ignorando un poco el alcance que tiene cada uno de ellos para resolver problemáticas puntuales.

Es importante entender que, si bien éstos métodos brindan excelentes herramientas para estimular el pensamiento creativo, ninguno de ellos es un “cura todo”, por lo que se debe prestar atención a los objetivos deseados y ver qué tan alineados están con los potenciales resultados que puede brindar cada una de dichas metodologías.

Otro ejemplo que veo cada vez con mayor frecuencia se da frente al uso de la tecnología. Las nuevas tendencias tecnológicas brindan escenarios de ciencia ficción de los que muchas organizaciones quieren hacer parte: el internet de las cosas, la inteligencia artificial, computer vision, data analytics, entre otros, pintan una visión del futuro tan interesante, que hace que muchos se entusiasmen y se enamoren de la idea.

Pero cuando esto sucede, se asume que estamos en lo cierto y es aquí donde empiezan los problemas. No podemos permitir que el entusiasmo nos lleve por caminos equivocados que se traduzcan en grandes pérdidas para a organización.

La implementación de la tecnología, por la tecnología, puede no ser una respuesta a los retos que se tienen, haciendo que con el tiempo, exista una gran variedad de herramientas tecnológicas que no se conectan entre ellas, sino que multiplican información, generan reprocesos y falta de alineación organizacional.

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Recuerde que la tecnología es simplemente un medio, lo importante es el problema que se quiere resolver, el cual muy seguramente tiene más de un camino posible para ser resuelto.

Adicionalmente, vale la pena resaltar que los problemas muchas veces no se definen o analizan por falta de conocimiento, sino en la mayoría de los casos por falta de disposición.

Los egos inhiben la capacidad de ver los problemas, ya sea porque así siempre hemos hecho las cosas o porque no queremos admitir que otras ideas puedan dar mejores resultados que las propias.