Opinión online

Ni blanco ni negro

Las situaciones de conflicto son un aspecto relevante de la vida laboral y del ambiente de trabajo. Un conflicto es una situación en donde los intereses propios, necesidades o incluso metas y valores interfieren con los de otro individuo o colectividad.

Claudia Varela
1 de mayo de 2016

En el campo organizacional hablamos del Conflict Management y de hecho hay muchas publicaciones sobre el tema, por ejemplo “The Eight Essential Steps to conflict Resolution “ de Dudley Weeks. Sin embargo, no creo en recetas mágicas. Más bien tengo gran afinidad por el análisis del entorno y la adaptación de un buen método a la resolución de conflictos.

Hoy quisiera hablar de algunas de las técnicas más conocidas sobre el manejo de conflicto, para hacer una reflexión de cuál nos es más cercana y cuál nos cuesta más adaptar, no solo el estilo de liderazgo, sino la que conviene y se adapta  a la consecución de resultados. Veamos.

Estilo Forcing (forzado, a la fuerza). Conocido como de competencia. Este conlleva mantener el punto de vista a pesar de la resistencia de la contraparte, conlleva mucha insistencia, argumentación  y mantener una posición firme a pesar de las acciones de la otra persona. Este estilo no funciona para todos, es apropiado cuando hay alta tolerancia a la presión, cuando se es persistente y se buscan soluciones que sean efectivas. Este no va en contra de las personas sino persigue un objetivo o resultado puntual. Es una buena forma de confrontar y anticiparse a posibles crisis posteriores por no resolver a tiempo conflictos menores. Sin embargo, no todo el mundo lo entiende, pueden tomarlo personal y hasta dañar una relación de más largo plazo y definitivamente hay que tener claro que para salir ganador de una confrontación Forcing hay que tener altas dosis de energía. Lo que termina siendo agotador para muchos.

Estilo Colaborativo (gana-gana). Es conocido como solucionador o confrontador de problemas. Lo interesante es cómo se trata de llegar a un acuerdo que ayude a que las dos partes ganen o que quede resuelto el problema. Se requiere un nivel alto de madurez para tener buenos niveles de empatía. Puede ser muy bueno en casos de búsqueda de consenso, en un ambiente que normalmente es de colaboración o cuando no quieres tener toda la responsabilidad en una decisión. Normalmente ayuda, fortalece la confianza y la relación de equipo y hay un resultado donde ambas partes sienten que ganan. Se requiere sin embargo mucho tiempo, lo cual no lo hace eficiente en situaciones de crisis o urgentes.

Estilo de compromiso. Este estilo busca soluciones rápidas y de mutua aceptación que puedan satisfacer de manera parcial y seguramente temporal a las dos partes. Se trata de resolver conflictos cuando los objetivos tienen una importancia moderada y compleja y se requieran una toma de  decisiones acertada como parte de un proceso. Este estilo tiene el riesgo de no ser lo suficientemente profundo y tal vez que no deje realmente satisfechas  a las partes. Requiere muchísimo seguimiento para luego concluir.

Estilo Evitemos (avoiding). Permite resolver rápidamente ya que deja a la contraparte manejar la situación, tomar las decisiones, poner el ritmo a la discusión. Si los objetivos son triviales o no impactantes para la gestión es muy válido. El riesgo radica en que se asuma solo por evitar el la confrontación, lo cual a veces puede ser pertinente pero seguramente no siempre. Puede llevar a tomar decisiones equivocadas y unilaterales ya que no hay discusión en realidad.

Estilo de Acomodarse. Aquí importa más lo que piensen los demás que realmente lo que yo pienso. Este estilo va muy bien si no se está seguro del tema o no vale la pena alargar una discusión. También cuando siento que estoy equivocado o que el otro tiene la razón y me convence con sus argumentos. El tema es no abusar o no volverse un “acomodado” frente al grupo ya que se pierde credibilidad y capacidad de argumentación para un mejor resultado colectivo.

Sea cual sea el estilo, es importante que en el manejo de conflicto haya dosis de empatía y sobre todo objetivos comunes, eso siempre hará más fluida y fácil una solución, en donde todo el equipo gane.