MARIA ALEJANDRA GONZALEZ-PEREZ

Para este país y las empresas, necesitamos lideres con compasión

Liderar con compasión implica darle amor y esperanza al desafortunado, promover la tolerancia, y dar segundas oportunidades de la vida a quienes se hayan equivocado.

Maria Alejandra Gonzalez-Perez, Maria Alejandra Gonzalez-Perez
27 de mayo de 2018

Jeff Weiner, CEO de LinkedIn, el 13 de mayo de 2018 en un discurso de graduación a los estudiantes de pregrado de su alma mater, Wharton Business School, usó la palabra compasión 23 veces. Comenzó su discurso respondiéndose la pregunta: “¿Qué consejo se daría a sí mismo si se mirara de 22 años? Ser compasivo”.

En su libro El Arte de la Felicidad, el líder espiritual del Tíbet y Premio Nobel de la paz, Dalai Lama, diferencia la empatía de la compasión, resaltando que la compasión implica reconocer que hay alguien sufriendo dolor y por ende hay que hacer todo lo posible por aliviar su sufrimiento. Es decir, empatía más acción. El Papa Francisco también ha sido un gran activista y defensor de los mensajes de compasión y del liderazgo con compasión.

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El CEO de LinkedIn afirma que para él y en la organización que lidera, y no solo para construir un equipo sino una empresa, “gerenciar compasivamente es convertirse en espectador de mis propios pensamientos. Entender sus esperanzas, sus miedos y sus debilidades”. Por tal razón -aunque según Weiner “el valor de largo plazo de una empresa es la velocidad y calidad de sus decisiones”- para crear una cultura correcta, un ethos compasivo, hay que “tomarse tiempo para entender la perspectiva del otro”, ya que “es difícil tomar decisiones rápidas cuando las personas de un equipo no confían entre ellos”.

Por tal razón y posición, la compasión está ahora incrustada en la visión de LinkedIn, dado que asumen la responsabilidad de promover oportunidades económicas para todas las personas que hacen parte de la fuerza laboral del mundo (3.000 de millones de personas).

La importancia de ser compasivo, y cómo puede cambiar la carrera y la vida

En la Dirección de LinkedIn existe la posición de Jefe de Impacto Social. Meg Garlinghouse, quien ocupa el cargo, comienza la descripción de su perfil refiriéndose a sí misma como “apasionada por conectar a las personas con oportunidades para usar sus habilidades y experiencias para transformar el mundo”. 

Jeff Weiner en su discurso en Wharton cuenta cómo Meg Garlinghouse cuestionó la sección de recomendaciones de LinkedIn considerándola como no incluyente para todo el mundo: “¿qué pasa con quienes no tienen las suficientes conexiones?, o ¿con alguien que no pudo ir a la universidad, pero que tiene las competencias adecuadas para ocupar un cargo?”.  Reflexión que quizás muchos nos hacemos, especialmente de la muy sobrevalorada afirmación derivada de los modelos de estratificación social existentes en el mundo, en donde de manera tergiversada se cree que nuestro valor depende en gran medida de las personas que conocemos y hemos dejado en segundo plano la importancia de quiénes somos.

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Debido a esta profunda observación, se dieron cuenta de la necesidad de reversar esa tendencia, al tomar consciencia de que las personas no necesitan folletos, necesitan una mano (la frase original en inglés permite un juego de palabras “we don’t need handouts, we need a hand”). De esta manera surge el programa de mentores de LinkedIn.

Es por esto que una invitación que nos hace Weiner es a dimensionar y tomar consciencia de “la importancia de pensar en las consecuencias sin intención de nuestras acciones”, pues al final quizás vale más “no lo que vas a conseguir, sino cómo lo vas a conseguir”.

Cuando se disminuye la compasión…

Mantener la compasión en el largo tiempo requiere de esfuerzos y consciencia. En algunas profesiones como la enfermería, la compasión es una característica fundamental y es considerada como la motivación y la inspiración para aliviar el sufrimiento de otros. Sin embargo, en un reciente estudio publicado en el Journal de Psychiatric Nursing se demuestra cómo la fatiga de la compasión existe y es un proceso gradual de disminución de la compasión en el tiempo.

La fatiga de la compasión afecta negativamente la salud mental y física de las personas que trabajan en el sector de la salud y, aunque es un resultado natural del cuidado a otros, afecta directamente al desempeño, a la seguridad y a la satisfacción de los pacientes, y es una de las causas principales de rotación de quienes se ocupan de la enfermería.

Tugba Oehlivan y Perihan Güner, autores de ese artículo, explican que existen instrumentos para medir la compasión o una descripción operacional para definir específicamente qué es y cómo evoluciona la fatiga de la compasión.

La satisfacción derivada de la compasión es lo opuesto a la fatiga derivada de la compasión. La compasión genera gratificación psicológica al cuidar de los demás y esta gratificación puede reducir las consecuencias negativas de la fatiga y el sentirse agotado de ser compasivo. Ver cómo siendo compasivo y actuando con compasión se alivia el sufrimiento, es lo que impulsa y regenera la energía de quienes se ocupan del cuidado de los enfermos.

Liderazgo con compasión

El liderazgo con compasión es un acto de amor que da a los seguidores un propósito y sentido en sus vidas. Es liderar con consciencia del sufrimiento del otro, interesarse por él y hacer todo para aliviar el sufrimiento. En un artículo, publicado en el año 2008 por Dr. Kevin Grant de Regent University, se encuentra que cuando los líderes practican la compasión, la autoeficacia del individuo aumenta, donde se vuelven más independientes y productivos. Encuentra que el darle amor y esperanza al desafortunado, la tolerancia y ofrecer una segunda oportunidad en la vida son actos de compasión. El autor encuentra que 1) los líderes se conmueven por el dolor y el sufrimiento de los demás, 2) los líderes son independientes y se vuelven altruistas y 3) los líderes son una luz brillante para los demás.

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