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Narcisos: ¡Del mito a la realidad!

Una de las grandes enfermedades de nuestro tiempo es el narcisismo. De hecho líderes increíbles como el próximo presidente de Estados Unidos han obtenido algunos diagnósticos sicológicos desde la perspectiva de una patología narcisista.

Claudia Varela
13 de noviembre de 2016

De acuerdo con el mito, a lo largo de su vida, Narciso, va a provocar en hombres y mujeres, mortales y dioses, grandes pasiones a las cuales es incapaz de responder  por su negación  para amar y para reconocer al otro su amor. Recordemos que el mito afirma que  tentado por Afrodita, al contemplarse en el espejo de la superficie del agua, sintió una fascinación por su propia imagen de la que no pudo sustraerse. No podía tocar ni abrazar al ser que veía reflejado en el agua, pero tampoco podía apartar su vista de él.

Hoy en día la búsqueda de la felicidad y de la propia satisfacción es tan alta que a veces puede caerse en el narcisismo cuando lo único que prima es el bienestar propio. El riesgo es que se vuelva parte del “paisaje” y sea normal esta conducta.

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La personalidad narcisista se caracteriza por patrones de vida que se expresan en fantasías o modos de conducta que incapacitan al individuo para ver al otro. La visión de las cosas del narcisista es el modelo por el cual el mundo debe someterse. Para los narcisistas el universo se guía y debe obedecer a sus propios puntos de vista, los cuales considera irrebatibles, infalibles, autogenerados.

Esta necesidad infinita de reconocimiento y de encontrar solo cosas buenas en sí mismo y culpables en los demás no le permite tener reflexiones o análisis tranquilos que le lleven a decisiones objetivas... En resumen, las personas narcisistas, aunque tengan una gran inteligencia o conocimiento técnico, están tan centrados en esa visión grandiosa de sí mismas y tienen tal  afán de reconocimiento que no son eficaces y además son peligrosas para la organización.

¿Cuáles son los riesgos de tener un jefe narciso? El más grande es la posibilidad altísima de caer en errores que pueden ir desde cosas del día a dia hasta imprecisiones estratégicas en la toma de decisiones. Un líder narciso difícilmente se preocupará por el desarrollo de los demás, siempre creerá tener la razón y tenderá de manera natural a proteger a todos aquellos que no le generen riesgos en el mantenimiento de su status quo, es decir se va a rodear de mediocres y por tanto sus decisiones de negocio serán igualmente mediocres y poco objetivas.

También hay riesgos cuando el narciso es el subordinado o un colega. En medio de su ceguera y viviendo en un mundo bastante imaginario puede hacer mucho daño. Es muy complejo manejar este perfil ya que no escucha, siempre tiene la razón y en caso de malos resultados puede considerarse perseguido por los demás.

Entender que esta personalidad existe es importante para el management. Aprender a detectarla a tiempo es vital para evitar daños posteriores. Los buenos líderes son los que influencian de manera positiva y propenden por los resultados de equipo, no los que de manera testaruda y un tanto enferma pueden llevar a todos al abismo (incluso a la empresa) esperando reconocimiento y viviendo en las estrellas.

Busquemos la felicidad, la paz, el desarrollo pero no a costa de los demás. Más bien escuchando y entendiendo que los seres humanos (todos) somos de carne y hueso y que Narciso es un mito muy antiguo que hoy no debería caber en ningún grupo social.

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