JOSÉ MIGUEL SANTAMARÍA

Nadando en subsidios

Sería injusto decir que se deben acabar todos los subsidios. El problema radica en saber cuáles cumplen su labor y cuáles no.

José Miguel Santamaría, José Miguel Santamaría
15 de febrero de 2019

Hace unos días hablando con un extranjero, ciudadano de un país europeo con gobierno de corte socialista me comentaba que Colombia tenía más subsidios que el normal de los países europeos, y cuando uno va a ver tiene razón, que esa era una de las razones de nuestros problemas fiscales.

Hay un conocido proverbio chino que dice ¨regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida¨, este proverbio cobra cada día más relevancia, los subsidios o regalos que le entregan a la población han, en muchos casos, aperezado y acostumbrado a que el Estado todopoderoso les dé todo.

Sería injusto decir que se deben acabar todos los subsidios, las clases menos favorecidas los necesitan para poder subsistir, el problema radica en saber qué subsidios cumplen su labor y cuáles no, muchos subsidios no llegan a las personas que verdaderamente los necesitan y se desperdician.

En Colombia se subsidia de todo, la energía eléctrica, el agua, el gas, la gasolina, al adulto mayor, al guardabosque, a la madre cabeza de hogar, a la vivienda VIP, a la producción de azúcar, al cafetero, a las exportaciones de determinados productos, la educación primaria, secundaria, universitaria entre otros. Adicionalmente al Estado, los municipios también crean subsidios, durante la administración Petro en Bogotá se crearon bastantes como el Bono Alimentario y el Bono Mi Vital que han sido muy difíciles de acabar por la nueva administración.

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Existe otra manera de entregar ayudas por parte del Estado como lo son las exenciones tributarias, estas representan un monto importante de menores recursos.

El PND que va a presentar en los próximos días el gobierno Duque al Congreso modifica los subsidios de la energía, a los estratos 1 y 2 se les disminuye y al estrato 3 se le quita, esto ha formado un gran revuelo político, es claro que dejar de regalar algo no es de buen recibo, pero tampoco el lógico subsidiar al estrato 3.

A mi personalmente me gusta mucho el subsidio al adulto mayor, son personas que ya están en el ocaso de su vida y es muy difícil que consigan empleo, aunque es un subsidio que difiere en valor dependiendo del municipio, por poco que sea les sirve para su manutención, para el adulto mayor en Colombia no hay mucha ayuda y se ve mucha indigencia de estos todavía.

A diferencia del anterior no me gusta el de las madres cabeza de familia, este se ha vuelto contraproducente, en algunos sectores de Bogotá la jovencitas se dejan embarazar para obtener el subsidio, hay casos de jovencitas de 22 años con 4 y 5 hijos. Fíjense como un subsidio que tenía una buena razón se convirtió en un problema social peor.

El subsidio a determinada producción agropecuaria también se debe revisar, es económicamente lógico que si no somos competitivos deberíamos dejar de producir ese producto y empezar a producir uno en el cual lo seamos, la globalización y la competencia nos ayuda a conseguir los mejores productos al mejor precio, no tiene sentido fomentar la ineficiencia.

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Otro tema importante y relevante es que los dirigentes de turno no utilicen los subsidios con criterios técnicos sino con criterios electorales, deben los órganos de control estar muy atentos a diferenciar esto. Adicionalmente cuando estos se entregan en especie se debe hacer un control muy fuerte al proceso de compra bien sea por licitación o directamente.

Desafortunadamente la juventud se echa a perder con los malos subsidios, y debemos enseñarle la pasión por el trabajo antes que recibir limosnas, en el tema educativo los subsidios son importantes pero también lo deben ser el seguimiento al estudiante, sus calificaciones, su comportamiento, que no terminemos dándole recursos a personajes que llevan estudiando muchísimos años y solo han aprendido a preparar bombas molotov, a pintar las paredes y a tirar piedras en las marchas.

Estoy convencido que si se hace un buen análisis de los subsidios que entrega el Estado y los racionaliza a niveles lógicos y coherentes podremos tapar el hueco fiscal que tratamos anualmente de cubrir con reformas tributarias, esperemos que en este gobierno sea la vencida.

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