CARLOS CAMARGO ASSIS

Medidas saludables para enfrentar la crisis regional

La capacidad desarrollada para la construcción de consensos representa hoy un respaldo fundamental en el propósito de superar colectivamente la crisis.

Carlos Camargo, Carlos Camargo
21 de junio de 2020

Hasta el mes de mayo, los recaudos de los departamentos habían caído en más de $720.000 millones, cifra que representa un 46% en relación con los primeros cinco meses de 2019. Las afectaciones más grandes se presentaron en vehículos automotores, impuesto de registro, impuesto al consumo de cerveza y algunos otros ingresos no tributarios que representan las principales fuentes de las entidades territoriales.

Con base en la información aportada por las secretarías de Hacienda, la Federación Nacional de Departamentos preparó un análisis que revela, por ejemplo, que el promedio ponderado del impacto se sintió con especial dureza en el ámbito de los licores importados. Durante el lapso comprendido entre el 26 de abril y el 26 de mayo, la reducción allí fue del 73%. En cervezas importadas llegó al 72%.

En medio de ese complejo panorama han surgido, sin embargo, algunas medidas sustanciales para aliviar las finanzas territoriales y atenuar el impacto de la crisis. Se trata de decisiones en las que ha primado el consenso, fruto de una fluida interlocución entre el gobierno del presidente Iván Duque y los mandatarios territoriales. Bien vale analizar sus alcances.

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Los departamentos pidieron ser eximidos temporalmente de cumplir los límites señalados por ley para gastos de funcionamiento. El Gobierno nacional, consciente de la urgencia de la solicitud, tomó una decisión acertada. Dispuso  que aquellas entidades territoriales que durante las vigencias de 2020 y 2021 presentaran una reducción en sus ingresos corrientes y superaran los límites del gasto, quedarían libres de sanciones y medidas coercitivas de carácter administrativo.

Cuando la crisis se acentuaba, las entidades territoriales urgieron por medidas que les permitieran atender sus gastos corrientes y garantizar la solvencia y sostenibilidad para el pago de sus obligaciones. La Casa de Nariño respondió con un decreto que habilitó los créditos de tesorería, en condiciones especiales, para suplir la insuficiencia de caja para gastos tanto de funcionamiento como de inversión.

Mientras las gobernaciones buscaban alternativas para sanear cartera e incentivar a los contribuyentes, un decreto de alcance nacional dio vía libre a la posibilidad de diferir hasta por 12 meses el pago de los tributos, condonar parcialmente las obligaciones en mora y sus intereses, lo mismo que las sanciones, para facilitarles a las entidades territoriales la recuperación de cartera.

La efectiva interlocución dio paso a otras decisiones clave. Fue autorizado un desahorro del Fondo de Pensiones Territoriales para hacer más fluidos los recursos disponibles para la atención de la emergencia. Quedó habilitada la reorientación de rentas de destinación específica con el mismo propósito. De manera complementaria, fue cedida a los departamentos una mayor participación en los recursos de la sobretasa al ACPM que venían compartiendo con Invías.

Adicionalmente, han sido establecidas líneas de crédito para la reactivación económica y de inversión a largo plazo. Las reglas para contratarlos fuero flexibilizadas, como correspondía.

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Los avances para paliar la crisis han sido significativos, así no sean del todo suficientes ante el duro efecto de la pandemia. La realidad financiera de los departamentos aconseja ahora buscar otras fórmulas imaginativas. Entre ellas puede estar la de garantizar el crecimiento del Sistema General de Participaciones. También, la de buscar garantías de crecimiento de fuentes de financiamiento con cofinanciación de la Nación. No es descartable la posibilidad de equilibrar los presupuestos de los territorios con el aporte de rentas adicionales del Presupuesto General de la Nación.

En esa gama de soluciones cabría también la adopción de un mecanismo de garantía por parte de la Nación que facilite operaciones de manejo de deuda y contratación de nuevas operaciones de crédito público por parte de las administraciones regionales.

La capacidad desarrollada para la construcción de consensos representa hoy un respaldo fundamental en el propósito de superar colectivamente la crisis.

*Director Ejecutivo de la Federación Nacional de Departamentos