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Marco Fiscal de Mediano Plazo: Un saludo a la bandera

Por más objetivos que puedan realizarse los ejercicios de proyección a 10 años de la situación fiscal, lo que deja mucho que desear es la capacidad de los gobiernos de turno para verdaderamente comprometerse con la disciplina fiscal.

Germán Verdugo
22 de junio de 2016

La semana pasada, como todos los 15 de junio, el Ministerio de Hacienda publicó el documento denominado Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) cuyo valor agregado es presentar las estimaciones de la situación fiscal proyectada para los siguientes 10 años, a la luz de la situación macroeconómica esperada. Desafortunadamente, en esta columna se revisan las cifras de lo que ocurrió en la realidad frente a este mismo documento publicado hace 10 años, y esta importante “institución” fiscal parece haberse quedado en simples intenciones.

En 2006, Colombia veía los frutos de una sólida recuperación económica en pleno auge de la economía mundial y sin tener siquiera sospechas de la crisis económica que se avecinaba y que posteriormente se conocería como la Gran Recesión (2008 – 2009). El crecimiento económico superaba el 5%, la inversión sobre PIB era mayor al 22% del PIB, el déficit en la cuenta corriente era moderado (2,7% del PIB), la inflación era inferior a 5% y la inversión extranjera venía de un año récord.

Bajo este escenario, el balance fiscal del Sector Público Consolidado estaba equilibrado (0% del PIB), aunque el Gobierno Nacional Central (GNC) registraba un déficit de 4,0% del PIB y la deuda pública neta se mantenía en el 40% del PIB, por lo cual había mucho por mejorar en términos de la situación fiscal.

Dentro de los principales supuestos macroeconómicos que soportaban las estimaciones de reducción del déficit fiscal, así como de la disminución relativa (frente al PIB) de la deuda pública, para el periodo 2007 – 2017, se destacaban: Crecimiento económico promedio anual de 4%, devaluación nominal promedio anual de 0,8%, precio del petróleo promedio de US$61,5 por barril.

Hoy 10 años después de presentado el documento fiscal, es un hecho que la economía colombiana creció en promedio 4,34% entre 2007 y 2015 y podría alcanzar el 4% promedio anual proyectado con un crecimiento de solo 2,5% este año y el próximo. Entre tanto, la devaluación promedio anual se ubicó en 3,8% entre 2007 y 2015, mientras que con las expectativas de los analistas encuestados por Latinfocus, para 2016 y 2017, la devaluación promedio anual de todo el periodo se ubicaría en 3,3%. Por último, el precio promedio del barril de petróleo WTI fue de US$82,5 hasta 2015 y asumiendo un precio promedio similar hasta 2017 éste se ubicaría cerca de US$75.

Por lo tanto, entre 2007 y 2015 el escenario macroeconómico fue más favorable que el planteado en el MFMP versión 2006, hecho que contrasta con el resultado observado para la situación fiscal que quedó bastante corto frente a los objetivos planteados. En dicho documento se esperaba que la deuda pública (neta) sobre PIB se ubicara en 30% para 2015 y en 28% para 2017. De hecho, en el peor de cuatro escenarios “estresados” sobre la trayectoria esperada para este indicador, la deuda neta sobre PIB se ubicaría en 40,1% en 2015 y, de todas formas, se reduciría a 37,1% en 2017. No obstante, con cifras oficiales del Ministerio de Hacienda, la deuda neta como porcentaje del PIB se ubicó en 42,3% al cierre de 2015, siendo el nivel máximo observado desde 2003.

En el MFMP 2006 se planteaba que “el comportamiento de los ingresos de la Nación es estable, mientras que el gasto disminuye como proporción del PIB a partir de 2011”. Esto implicaba que los ingresos del GNC se mantuvieran en 14,7% del PIB, mientras que los gastos que eran 17.6% del PIB caerían alrededor de 1% del PIB entre 2007 y  2017. Sin embargo, dichos ingresos subieron hasta un tope cercano al 17% del PIB en 2013 para reducirse hasta 16% del PIB en 2015. Entre tanto, la caída proyectada del gasto público nunca se hizo realidad y al cierre de 2015 éste representaba más del 19% del PIB, lo cual significa que el desbalance fiscal persistió al mantenerse por encima de tres puntos del PIB.

Los gastos de funcionamiento tuvieron grandes saltos en 2009 cuando la economía registró su peor ritmo de crecimiento económico, pero se aceleraron de nuevo en 2013 y 2014, por fuertes repuntes en los servicios personales, las transferencias y las pensiones, (los sospechosos de siempre). En consecuencia, los logros fiscales alcanzados hasta 2012-2013 (deuda pública del 34% del PIB y déficit fiscal del GNC del 1,8% del PIB) se han desvanecido rápidamente con el agravante de no tener la certeza de una rápida recuperación en años venideros, todo por cuenta de no aplicar aquello de ahorrar en tiempo de “vacas gordas” con los ingresos provenientes del petróleo que por naturaleza son inestables.

En resumen, por más técnicos y objetivos que puedan realizarse los ejercicios de proyección a 10 años en el MFMP, lo que todavía está por verse es la capacidad de los gobiernos de turno para verdaderamente comprometerse con la disciplina fiscal prometida en este documento que a juzgar por lo mencionado en este breve análisis termina siendo un saludo a la bandera. Ojala no suceda lo mismo con la famosa Regla Fiscal.