ALEJANDRA CARVAJAL

¿Lograremos una pronta recuperación económica?

A pesar de estar haciendo todos los esfuerzos posibles, dificultades de carácter estructural lo impiden. El rezago en materia digital es uno de los principales baches.

Alejandra Carvajal, Alejandra Carvajal
29 de septiembre de 2020

La digitalización de América Latina jugará un papel preponderante en la recuperación económica y social del periodo pospandemia. Sólo aquellos que cuenten con una mayor digitalización saldrán adelante más rápido. Estados Unidos, Japón y la Unión Europea lo harán primero que América Latina justamente por su superioridad en este aspecto.

En nuestra región el crecimiento del PIB se contraerá en alrededor de un 9% y las tasas de pobreza podrían aumentar 4,4 puntos según la OCDE. En Colombia casi el 50% de los trabajadores no tienen acceso a la seguridad social ni a ningún mecanismo de ayuda similar.  Unas 2,7 millones de empresas, se encuentran en peligro de cierre total o han cerrado, lo que implica la pérdida de 8,5 millones de puestos de trabajo.

Como consecuencia del virus, y muy especialmente de las largas cuarentenas, casi el 30% de las micro y pequeñas empresas de América Latina tendrían que cesar actividades definitivamente.

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El más reciente informe de la OCDE sobre América Latina titulado “Perspectivas económicas de América Latina 2020: transformación digital para una mejor reconstrucción” expone todas estas cifras y el oscuro panorama que asecha a esta parte del mundo; asimismo plantea alternativas para lograr una recuperación que pueda mantenerse y ser efectiva en el tiempo.  El documento contó con la colaboración de la CAF, de la Unión Europea (UE) y la Cepal, y es pilar del Fondo Regional para el Desarrollo en Transición para América Latina y el Caribe, iniciativa liderada por la UE y que será implementada por la OCDE y la Cepal.

El documento también expone que casi un 60% de los trabajadores de Colombia y de América Latina viven en la informalidad. Esta economía de subsistencia se ve profundamente amenazada por la pandemia, lo que genera unas dinámicas peligrosas en materia de pobreza.  

De acuerdo con el Centro Nacional de Consultoría, Colombia tiene una amplia brecha digital entre las zonas urbanas y rurales (cerca de un 30%), lo que inevitablemente tendrá fuertes repercusiones a la hora de la reactivación económica.

Con relación a esta grave realidad, la Cepal ha desarrollado el concepto de Canasta Básica Digital. Esta estaría integrada por una Tablet, un teléfono inteligente, un computador portátil y un plan de conexión para aquellos hogares que no cuentan con servicio de internet. Tendría un costo anual inferior al 1% del PIB y redundaría inevitablemente en una mayor productividad e inclusión social.

Asimismo, durante el último Foro Iberoamericano de Tribunales Constitucionales, el presidente de la Corte Constitucional de Colombia propuso que internet sea declarado como un servicio esencial al igual que el agua o la energía. De hecho, el derecho al acceso a internet ha sido avalado desde 2011 como un derecho básico de los seres humanos por parte de las Naciones Unidas.

El acceso universal a internet debe ser una prioridad de todos los Estados del mundo, mucho más en América Latina. De acuerdo con Angel Gurría, Secretario General de la OCDE, la tasa de población conectada a internet en América Latina fue de 68% en 2018, el doble que en 2010, pero todavía por debajo del 84% de la Organización de países. Pero además, la conexión a internet del quintil de mayores ingresos es 40% mayor que el quintil más pobre. Hay unas grandes diferencias”. Es clave entonces cerrar esa enorme brecha.

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En Colombia, el Centro para la Cuarta Revolución Industrial de Colombia, aliado del Foro Económico Mundial y de cuyo funcionamiento se encarga Ruta N en Medellín, es un ejemplo claro de cómo debe empezar a desarrollarse el tema en América Latina. La economía naranja, uno de los pilares del programa del actual gobierno, sólo podrá realizarse de manera efectiva si la mayoría de los habitantes del país cuentan con acceso a internet.

En este sentido, se expidió recientemente un Conpes que da lugar al “Proyecto Nacional Acceso Universal a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en Zonas Rurales o Apartadas”, que pretende dar acceso a 10 mil centros poblados en zonas rurales, con cobertura en los 32 departamentos, lo que significa un paso importante.

Este proyecto beneficiará a 1,3 millones de personas en las zonas rurales o apartadas y tendrá como prioridad instalar internet en más de 9.000 escuelas rurales antes de 2 años. Estrategias como esta deben replicarse en toda la región si se piensa en una reactivación más expedita y sostenible en el tiempo.

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La recuperación en América Latina se dará, pero por cuenta de la digitalización será más lenta. Solo una prelación del tema en las agendas de los gobiernos nacionales, departamentales y locales permitirá que esta suceda.