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Líderes de buenos resultados con un mal clima, ¿qué hacer?

El clima laboral es, en su mayoría, responsabilidad de los jefes y uno de los principales factores para que la gente decida rechazar una oferta o salir corriendo hacia otra oportunidad.

Maria Gabriela García
17 de mayo de 2016

Cada vez se viene impulsando más dentro de las organizaciones tener un buen clima laboral, lo cual implica medirlo y monitorear la gestión para su mejoramiento. No obstante cuando esto pasa dentro de las empresas que ya se han montado en esta tendencia y obtienen unos resultados regulares, se comienza a ver una cierta incoherencia por parte de las directivas en el manejo de líderes con un mal clima pero buenos resultados en números y es entonces cuando las personas que dependen de esos líderes empiezan a mirar afuera, ya que si solo se le da peso a los resultados se corren varios riesgos, los cuales se deben disminuir teniendo en cuenta lo siguiente:

  1. Darle un plazo determinado al líder para mejorar los resultados: Se debe establecer un plan de las variables de clima a intervenir y generar unos acuerdos que el líder debe comprometerse a realizar con acciones en un plazo aproximadamente de seis meses. Una vez concluido el plan, se debe realizar el seguimiento y hacer una nueva medición que será el factor que determine si ese líder se debe quedar o no en la organización, ya que se esperaría que al implementar unas acciones determinadas en cada variable haya un cambio que muestre resultados mejores.
  1. Hacer responsable al líder de la rotación de su equipo: Tener un indicador numérico y responsabilizar al líder de la gestión del mismo en aras de la disminución, ayuda a que se tome conciencia sobre el efecto que está teniendo en su equipo al tener fuga de conocimiento y poca estabilidad, si bien obtiene los resultados el precio es alto y las personas empiezan a perder las ganas de esforzarse. Esta situación ocurre en empresas donde dejan que los líderes tengan un mal clima y se gestiona a medias, al final las personas empiezan a buscar y si no les sale un trabajo diferente se quedan haciendo lo mínimo, están más a la defensiva mirando como probar sus argumentos que en una postura constructiva para el bienestar del equipo.
  1. Que el líder determine sus áreas de mejora: Programar unas sesiones de coaching puede ayudar a que se construya un plan de posibilidades y el líder tome una verdadera conciencia del efecto que está teniendo con su equipo, y logre identificar dentro de sus comportamientos qué está obstaculizando el no logro de un buen ambiente, ya que si bien puede que alcance los resultados numéricos del negocio, la idea es encontrar las fallas y determinar si tiene por mejorar el liderazgo, la credibilidad, la equidad o el trabajo en equipo.

Una vez se tienen claras las variables de clima a intervenir, se establecen indicadores y el líder encuentra sus aspectos de mejora, los resultados de clima van a mejorar y la organización se verá coherente en su gestión.