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Leicester y Atlético: La fórmula detrás del milagro

“No trabajamos para ganarnos la vida, ninguno de nosotros lo está viviendo así. Si fuera así, nos levantaríamos cansados de la cama. Sólo si vives para trabajar le darás sentido a lo que haces”. - Claudio Ranieri.

Pablo Londoño
5 de mayo de 2016

“Para entender lo que pasa, hay que haber llorado dentro del Calderón, que es mi casa. O del Metropolitano, donde lloraba mi abuelo con mi papá de la mano".  –Joaquín Sabina

Deporte o religión, el fútbol es sin lugar a dudas la actividad humana que a lo largo de todo el globo mayores pasiones despierta. El amor por la camiseta de nuestro equipo se mezcla a diario con el cariño que sentimos por sus jugadores que nos demuestran permanentemente, como en casi ninguna otra actividad humana, que el talento y las disciplinas unidas obran milagros.

Son ídolos, de la cantera, de las entrañas del pueblo; muchachos humildes que como en la historia de la  cenicienta nos muestran que soñar es posible y que en lo colectivo son ejemplo vivo de las mejores virtudes del trabajo en equipo.

Cómo no soñar cuando esta semana, además, son  dos equipos humildes los que de la mano de su hinchada coronan sus sueños. Las dos historias, la del Leicester y el Atlético de Madrid, tienen mucho en común.

El del Leicester es simplemente un cuento de hadas: El equipo, que estuvo bordeando el descenso, es adquirido en el 2010 por Vichai Srivaddhanaprabha, millonario tailandes quien por US$58 millones y una deuda de US$135 millones para remodelar el estadio, invierte en una nómina que vale en total US$30 millones (menos que una pierna de Messi). Se trae a Claudio Ranieri, luchador de muchas batallas y el italiano obra el milagro.

La nómina del Leicester es simplemente irreal en el contexto de un deporte en donde los títulos hoy son muchas veces sinónimo de una gran chequera: Schmeichel, US$1,44 millones; Morgan, US$1,44 millones; Huth, US$4,3 millones; Fuchs, libre; Mahrez, US$577.000; Kanté, US$8 millones; Albrighton, libre; Okazaki, US$10 millones; Vardy, US$1,44 millones (lo sacó de una fábrica). 

Sería simplista reducir la fórmula de Ranieri a unas pocas frases, pero hay unas que no pueden pasar desapercibidas:

  • “Jugar malequivale a traicionar a tus compañeros”
  • “No he tenido que llamar la atención a ningún jugador en un entrenamiento por no esforzarse. Para ello es claveque se sientan relajados, no acosados. Quieren calma, respeto, no a una prima donna que les mande”
  • “A mis jugadores les digo siempreque busquen el fuego en su interior, que una ocasión como esta no la van a volver a tener en la vida”.
  • “No trabajamos para ganarnos la vida, ninguno de nosotros lo está viviendo así. Si fuera así, nos levantaríamos cansados de la cama. Sólo si vives para trabajar le darás sentido a lo que haces”.
  • “En un tiempo en el que el dinero lo es todo,damos esperanza a todo el mundo”
  • “El secreto es el trabajo en común y la unidad en el vestuario (…) estamos ante el mejor espíritu de equipo que recuerdo en toda mi carrera", dijo hace unos días.

La fórmula del Atlético no es muy lejana. De la mano de Simeone, un líder por quienes sus jugadores darían un ojo y que sólo le falta meterse a la cancha a jugar con ellos, los colchoneros han refrescado el fútbol mundial con su garra, su compromiso, su amor por la camiseta y por un modelo en donde el colectivo siempre pesa más que cualquier individualidad.

Simeone, perfeccionista y obsesivo, ha logrado imprimir un sello de sacrificio y entrega que no tiene ningún otro equipo del planeta. Contrario a los dictados de planeación de largo plazo, la fórmula de Simeone está siempre ligada al siguiente partido. La rotación de su gente, y la innovación (adaptación permanente dependiendo del rival) han hecho de su “partido a partido” un slogan que repite su hinchada en voz alta. En el Atlético prima el sistema no las individualidades.

Simeone entendió, al no tener la chequera de los grandes, que solo una fórmula diferenciada, basada en talento joven, de alta rotación, de total entrega y coaching individual, daría los resultados que hoy lo tienen peleando el máximo galardón del fútbol europeo.

Qué lindo es el fútbol. Hoy estos dos equipos como dice Ranieri le dan esperanza a todo el mundo, y nos ponen a todos a cantar el himno del Atlético: ¡Qué manera de aguantar, qué manera de crecer, qué manera de sentir, qué manera de soñar, qué manera de aprender, qué manera de sufrir, qué manera de palmar, qué manera de vencer, qué manera de vivir!.