OPINIÓN ONLINE

Las que siguen después de Isagen

El Gobierno debe presentar su plan de enajenación de activos a más tardar el 29 de febrero.

Invitado
20 de febrero de 2016

Luego de la desafortunada venta de Isagen por la que se recibieron $6,4 billones en mitad de enero y que ya no serán para infraestructura de transporte únicamente, sino que financiarán infraestructura en general, es decir aulas, hospitales, acueductos, etc, según lo anunció el propio Ministro de Hacienda, queda como conclusión que la venta de la eléctrica será para financiar los objetivos de inversión del Gobierno no únicamente para las 4G como habían prometido.

Después de esto viene el plan de enajenación de activos que deberá ser presentado por el Gobierno al Congreso a más tardar el 29 de febrero próximo. Entre las empresas que estarían en capilla para ser enajenadas son las demás eléctricas regionales, la mayoría termoeléctricas ubicadas en Caquetá, Huila, Meta y Nariño, el Banco Agrario de Colombia, Fiduprevisora, ISA que es el mayor transportador de energía de Colombia, y claro otra porción de Ecopetrol.

A nivel distrital está el Grupo Energía Eléctrica de Bogotá, y la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá ETB, esta última ya fue puesta en el horizonte de venta por el actual Alcalde que no ve la empresa como un patrimonio de los bogotanos sino como un cheque de US$1.000 millones según su ligera valoración en el discurso de posesión, para financiar sus proyectos de una ciudad desarrollada con base en el pavimento y el concreto, como si Bogotá no contara con otras fuentes para financiar sus inversiones en desarrollo, y no necesitara conservar los espacios verdes y de recarga hídrica que empiezan a escasearle.

La posible venta de otros activos de la Nación abre la discusión sobre lo que es más conveniente para la economía nacional. Si ser un Estado pobre cuyos ingresos dependan exclusivamente de los impuestos que recaude de tal manera que para obtener más dinero tenga que subir impuestos, y su política fiscal sea rígida porque no podrá disminuirlos para impulsar la economía sopena de no tener cómo reemplazar esas fuentes de ingreso. O ser un Estado con inversiones en sectores estratégicos de la economía como la energía, los hidrocarburos, la minería y el agua, que se beneficie de esa actividad no sólo desde los impuestos y las regalías sino como un inversor que obtiene rentas de esos sectores vía dividendos.

Por ejemplo ser el principal accionista de Ecopetrol hizo que la Nación recibiera $40 billones en dividendos en los últimos cinco años, si no hubiera tenido participación habría recibido solamente cerca de $32 billones por impuesto a la renta, en cambio con impuesto y dividendos obtuvo $72 billones en ese lustro o un 225% más, eso sin contar las regalías que paga la empresa.

No se trata de tener un Estado planificador central dueño de todas las empresas y controlador de la economía y la libre empresa, se trata es de un Estado rico que se beneficie y partícipe de las ganancias de la economía, para que tenga con que dar bienestar a la sociedad, y no esté pidiendo dinero a los empresarios y ciudadanos cada dos años o menos. Se trata de que tenga inversiones bien manejadas, ejemplos como ISA, Isagen, EPM, Energía de Bogotá, ETB, Previsora, y la misma Ecopetrol son muestra de que es conveniente y no riñe con el mercado.

Por ese lado en el Congreso de la República cursa un proyecto de ley radicado por Sofia Gaviria, Jorge Robledo, Viviane Morales, e Ivan Duque todos defensores en su momento de Isagen, que busca que la enajenación de activos de la Nación sea aprobada por el Congreso y no simplemente notificada, para evaluar su pertinencia estratégica y si en verdad resulta ser más rentable que mantener la propiedad.

Por último habrá que analizar la empresa holding que desea tener el Gobierno para que administre los activos en que la Nación tiene participación, cómo funcionará y si tendrá participación accionaria privada o no y en qué porcentaje, porque una holding dueña de las demás propiedades que emita acciones sin restricción es la venta de todas las propiedades del Estado en una sola tacada de enajenación. Igual pasa con Ecopetrol y sus filiales Cenit y Propilco, la venta de estas puede significar la venta de los activos que están generando valor en medio de la coyuntura de precios por la que pasa el petróleo.