JULIANA SÁNCHEZ

Las falsas creencias del confinamiento

Se acaba el confinamiento, ¿pero hasta qué punto nos quedamos atrapados en las creencias que se han gestado los últimos meses?

Juliana Sánchez, Juliana Sánchez
26 de agosto de 2020

Es común que en la vida nos dejemos llevar por estereotipos o falsas creencias limitantes que determinan nuestro actuar, pero que, como su nombre lo dice, limitan nuestro potencial. En esta cuarentena, muchas de esas creencias seguramente se han creado, otras se han legitimado y algunas quizá replanteado. ¿pero hasta qué punto están afectando nuestra forma de vivir y capacidad para adaptarnos a mejores circunstancias?

El coronavirus y, sobretodo, el confinamiento han traído dolores de cabeza pero también bendiciones; muchos han encontrado en el tiempo en el hogar una bendición por el tiempo compartido en familia, por el espacio para repensarse y reinventarse, por la salud y la vida. Pero también muchos nos hemos sentido perdidos, confundidos, desesperanzados e incluso invalidados por las restricciones, las dificultades y el miedo.

Lea también: La pandemia de la ansiedad

Incluso, muchos estereotipos de género se han hecho aún más fuertes, trayendo como consecuencia desbalances, inseguridades o resentimiento. ¿Pero cuáles son esas creencias que limitan nuestro potencial?

Algunos ejemplos pueden ser creer que no se puede hacer un cambio de carrera en esta época, o que toca vivir infelices en nuestro trabajo porque “el palo no está para cucharas”, o que el coronavirus solo le da a la gente pobre (¡Suena absurdo, pero ya lo he escuchado!), también pueden estarnos limitando las creencias de que seguramente nos quedaremos sin trabajo, o que nuestros negocios no saldrán adelante porque no son de primera necesidad, que a las mujeres les toca más duro porque ahora trabajan el doble o simplemente que es solo cuestión de tiempo contagiarnos porque a todos nos va a dar coronavirus.

Le puede interesar: No todo tiempo pasado fue mejor

Lo anterior no es una crítica, sino un llamado a la reflexión para que revisemos hasta qué punto aquello que creemos es real, o es un comportamiento aprendido o una respuesta al temor que genera no saber lo que va a pasar.

Quiero que quede claro algo y es que donde ponemos nuestra atención, ponemos nuestra energía. Por eso, si por un lado nos dejamos llevar por estas creencias y por el otro nos quejamos todo el día de lo difícil que está la situación, de lo peligrosa que es la calle, de lo mal que lo están haciendo nuestros dirigentes, lo único que estamos logrando es que vivamos profecías autocumplidas, pues si esa es la realidad que estamos creando constantemente en nuestra mente, no habrá espacio para nada diferente.

Lea también: ¿Cómo activar la creatividad en cuarentena?

Para vivir de una forma diferente debemos iniciar por revisar qué es lo que estamos creyendo que limita nuestro actuar y buscar transformar estas creencias a algo positivo, de lo contrario no habrá cambio posible y mucho menos sostenible, pues al momento de que llegue algo nuevo, nuestras creencias nos sabotearán de nuevo y volveremos al punto de inicio.

Estamos en un momento de reinvención y esto exige tanto despedir el confinamiento, como dar la bienvenida a una nueva vida, eso sí con mesura, que nos permita aprender cosas nuevas, desarrollar nuevos negocios, conocer nuevas personas, y experimentar nuestro potencial desde un nuevo punto de vista. Por eso, permítete el regalo de reflexionar y transformar desde adentro, para encontrar coherencia con el mundo que deseas afuera.