VÍCTOR RIVERA

La próxima generación europea

Esta semana el Consejo de la Unión Europea aprobó un paquete de rescate de 750 billones de euros para la pandemia (4,6 veces la deuda total de Colombia en 2021), el cual se financiará con nuevos ingresos provenientes de la nueva economía.

Víctor Rivera, Víctor Rivera
24 de julio de 2020

El Consejo Europeo, en una de las reuniones más largas en la historia, adoptó como conclusiones la definición del presupuesto para los próximos 7 años (2021-2027) por 1.074 billones de euros y un paquete adicional de rescate por la pandemia, denominado Next Generation EU (NGEU), por 750 billones de euros.

El uso de estos recursos tendrá tres principales objetivos, dentro de un total de 7 objetivos:

  • El desarrollo de la digitalización e innovación en la Unión Europea como un único mercado de 27 países.
  • La construcción de una identidad europea por medio del fortalecimiento de una cultura basada en la resiliencia y los valores.
  • La finalización de las iniciativas en recursos naturales y el medio ambiente para cumplir con los objetivos aprobados en París.

Estos tres objetivos van en línea con importantes medidas y normas actualmente en trámite en el seno de la Unión Europea. Para el primer objetivo se está tramitando una regulación para el desarrollo de la industria fintech, que facilita la financiación alternativa de emprendedores y pequeñas empresas, las cuales pueden desarrollar productos ajustados a las necesidades de estos clientes de forma eficiente y a tasas de interés competitivas.

Con lo anterior, la Unión Europea confirma la ineficiencia de los bancos en este nicho de mercado, dado que sus grandes estructuras y requerimientos de capital les impide suplir financiación que permita a estos clientes generar crecimiento y productividad.

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En contexto, la financiación alternativa es una industria global que, en 2018, financió US$304 billones, casi el mismo tamaño de la economía colombiana. La Unión Europea ha visto un gran crecimiento de esta industria (50%, -40% anual en los últimos tres años), alcanzando un tamaño nominal equivalente a US$18 billones financiados a través de fintechs, según el estudio desarrollado por el Centro de Financiación Alternativa de la Universidad de Cambridge.

La urgencia europea en fomentar el desarrollo de la industria fintech radica en que el 81% del total del mercado Europeo de Financiación Alternativa se encuentra en el Reino Unido, por lo cual, después del Brexit, la Unión Europea quiere fomentar la inversión de residentes europeos en este tipo de activos de financiación para impulsar el emprendimiento.

Muy ligado a lo anterior está el segundo objetivo, ya que con el Brexit se evidenció el riesgo que existe cuando un país de la Unión Europea se retira de la comunidad. Para mitigarlo, se vuelve crucial invertir en la cohesión comunitaria y el fortalecimiento de una cultura europea, de la cual todos y cada uno de sus ciudadanos se sientan orgullosos. Así, se resaltan los valores que por décadas han permitido a esta sociedad sobrellevar los impases que la historia le ha puesto en el camino.

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Adicionalmente, como lo he evidenciado en otros artículos, para Europa el medio ambiente es la base de su cultura: no es simplemente un tema de cumplimiento de normas o un tema que se pueda esconder en la agenda gubernamental. Con el tercer objetivo y el presupuesto destinado para este, se soportan iniciativas como apagar todas las plantas generadoras de energía a carbón en la región. También se les dará mayor impulso a iniciativas como Green eMotion, entre otras, las cuales buscan desarrollar la movilidad eléctrica en toda la región, con objetivos ambiciosos como permitir únicamente el tránsito de vehículos eléctricos a partir de 2030 en algunos países.

Lo más interesante es la forma en la cual se pretende financiar estos recursos. La Unión Europea promoverá el impuesto al plástico, con el cual puede generar hasta 6,6 billones de euros anuales de ingresos.

Adicionalmente, se amplificará el impuesto sobre las ventas por internet. En términos globales, las empresas de base tecnológica pagan un promedio de impuestos del 9,5%, frente al 23,2% promedio de las empresas tradicionales. Esta diferencia es creada por ventas de contenido y productos por internet fuera de la jurisdicción donde están constituidas. En nuestro caso, existe en el país un impuesto denominado “Netflix”, que estima cobrar un 13% sobre las ventas.

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Es evidente que Europa comienza esta semana una transformación. Tanto sus objetivos de construir una sociedad unida y amigable con el medio ambiente como su inversión en desarrollar la industria digital, que pueda producir nuevos ingresos fiscales para la región, definen los temas sobre los cuales se enfocarán las discusiones de política pública en la próxima década.

Aun cuando el discurso del presidente Duque el 20 de julio permitió entender que Colombia tiene una visión tímidamente similar al dar mayor relevancia a la economía digital, a las energías renovables e incluyendo subsidios en nutrición y educación, en la realidad no hay una evidencia contundente de cómo fomentar el desarrollo de los negocios, dado que la baja productividad laboral, las trabas en trámites y los altos costos financieros continúan siendo un problema que inhabilita la generación de valor de las empresas colombianas.