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La ola anti-Trump: resistencia pasiva que toma cada vez más fuerza

Las acciones del Presidente Trump han desatado grandes movimientos de resistencia no solo sociales, sino también empresariales, que podrían poner en peligro a los Estados Unidos.

Juliana Sánchez Trujillo
31 de enero de 2017

Los equipos de alto desempeño, más allá de tener confianza y una excelente comunicación, deben además contar con un liderazgo aceptado. De lo contrario, la productividad baja a causa de la resistencia pasiva y la desmotivación se convierte en la norma; haciendo incluso que se pierdan talentos valiosos. Este factor tan clave, es lo que se evidencia fuertemente en los Estados Unidos con la llegada de Trump, fenómeno que llena al mundo de incertidumbre, pero que podría incluso enfatizar la crisis económica que vive este país del norte. Es increible ver que, en menos de dos semanas de posesión, las calles se llenen de protestantes, las grandes empresas opongan su resistencia y las fronteras se llenen de miedo al ver lo que sucede. Lo importante aquí es recordar que las dictaduras actuales no son precisamente ejemplos a seguir cuando la meta que se tiene es “hacer a América grande de nuevo”.

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Todo comenzó con las protestas pacíficas por el respeto de la dignidad de la mujer que se dieron la semana pasada y cuyo origen parte de las conductas misóginas de Trump que se evudenciaron a lo largo de la capaña y que se enfatizaron al observar su relación con su esposa Melania. Pero si por el lado social llueve, desde el punto de vista empresarial no escampa: grandes nombres de la industria de la tecnología y el retail han comenzado a gestionar sus campañas de resistencia. Entre ellas se cuenta a Starbucks, quien ha anunciado que creará 10.000 puestos de trabajo para refugiados en los próximos 5 años; Airbnb, que ofrece estadía gratuita para los refugiados que se vean afectados por la medida del cierre de la frontera; y Google, que afirma que apoyará a los cerca de 200 empleados de naciones musulmanas que se verán afectados con la medida. Así mismo, empresas como Facebook, Twitter, Toyota, Corona, Adobe, Amazon, Apple, Netflix, Dropbox, Linkedin y Microsoft, por mencionar algunas, se han pronunciado en contra de las nuevas medidas migratorias y muchas preparan fondos para proteger a sus empleados que residen tanto dentro como fuera de los Estados Unidos, al tiempo que resaltan el valor que los inmigrantes han traido en el desarrollo de éste país. De hecho, una investigación recientes de Fortune 500 demostró que el 40% de las empresas que componen este rankin fueron fundadas por hijos de inmigrantes.

Por su parte, las organizaciones pertenecientes al imperio Trump se han visto afectadas, por estas resistencias, promovidas desde el partído demócrata, quien ha creado la aplicación Boycott Trump, a través de la cual brindan una base de datos de más 250 negocios que tienen conexiones con el Presidente. Los resultados comienzan a notarse: Shoes.com anunció que ya no venderá productos de Ivanka Trump, mientras que la cadena Macy’s a cerrado sus puertas a las líneas de ropa masculina del magnate. Así mismo, miles de personas han eliminado sus cuentas de Uber al conocerse que Travis Kalanick, consejero delegado de la aplicación, hace parte de los asesores económicos del nuevo presidente.

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Todo lo anterior puede llegar a desencadenar una crisis económica sin precedentes e incluso la fuga de cerebros, ya que muchos nuevos emprendedores comenzarán a buscar a otros países para establecer sus imperios, por miedo a las represarias Estadounidenses. Lo anterior resulta muy preocupante pues estudios que analizan el impacto de la creación y destrucción de trabajos en Estados Unidos, posicionan a las Start-ups como la principal fuente de generación de nuevos empleos en esta nación.

En últimas, vemos que la nación norteamericana se encuentra sumida en un clima de miedo e incertidubre que seguramente no traerá nada bueno para el crecimiento de esta nación y la economía mundial. Se requieren hoy, más que nunca, soluciones creativas para superar estas contingencias.

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