MARIA ALEJANDRA GONZALEZ-PEREZ

La navidad no es mágica para todos

No puede generalizarse que, para todos, estas festividades representan armonía, magia, alegría, y nostalgia por buenos recuerdos de infancia.

Maria Alejandra Gonzalez-Perez, Maria Alejandra Gonzalez-Perez
23 de diciembre de 2018

En la mayoría de los países del mundo se celebra la navidad. Esta festividad representa el nacimiento o la llegada de Jesús al mundo, y por ende en los lugares en donde no se reconoce su existencia o importancia, la navidad tal y cómo la conocemos no se celebra. Países como China, Mongolia, Nepal, Marruecos, Tailandia, Vietnam, Catar, Afganistán, Túnez, Israel, Arabia Saudita, Mongolia, Emiratos Árabes Unidos, Corea del Norte, y por lo menos otra docena más no celebran la navidad. Sin embargo, esto no exime que tengan otras festividades que guarden adherencia a conmemoraciones de hechos históricos y tradiciones culturales milenarias que sea asocian con periodos para el disfrute. De hecho, en muchos lugares del mundo es en estas festividades que las instituciones penales conceden perdones y los gobiernos otorgan amnistías.  

A pesar de esto, no puede generalizarse que, para todos, estas festividades representan armonía, magia, alegría, y nostalgia por buenos recuerdos de infancia.  Sea navidad u otra festividad, por una diversidad de motivos estas representan dolor profundo, estrés, sentimientos de soledad y abandono, y reacciones negativas para muchas personas.

No es gratuito que la fábula infantil de 1957 llevada al cine en varias versiones, “El Grinch” escrita por Theodor Seuss Geisel, más conocido como Dr. Seuss, trate de explicar desde una postura empática otras perspectivas sobre quienes la navidad no está asociada con optimismo y esperanza.

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Las celebraciones colectivas cumplen muchos propósitos. Pero el hecho de reforzar la adherencia a las normas culturales y los roles sociales no tienen el mismo significado para todos. La presión social por tener un ánimo festivo, pasar tiempo en familia, expresar sentimientos con euforia, e intercambiar regalos materiales o espirituales pueden resultar ser una agresión psicológica y presión emocional para algunos.  En efecto, desde hace varias décadas, se ha documentado científicamente que la navidad puede ser un riesgo para la salud mental.

Adicionalmente a esto, las vacaciones en diciembre en general pueden ser estresantes para muchos. La Asociación Psicológica Americana encontró que cerca del 40% de las personas en los Estados Unidos sufren de estrés durante este periodo de celebraciones, y solamente menos de un 10% reportó que en la época decembrina están más felices.

Además de estos aspectos psicológicos, para muchos esta época es un periodo financieramente retador. No solamente por la compra de regalos y gastos asociados con las intensas actividades sociales y el periodo de vacaciones, sino por qué esta es el preámbulo de enero, un mes de bajos ingresos para muchos.

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La navidad tal y como se celebra en países como Colombia, Estados Unidos o Canadá tiene una duración prolongada de más de un mes. Por esto es por lo que para quienes este periodo no está asociado con emociones positivas o recuerdos alegres, resulta convertirse en la peor época del año.

Por esto y muchas cosas más, en esta época, llene sus corazones de amor, y sea solidario, empático, compasivo, y respetuoso con el espacio y necesidades todos los “Grinch”.

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