ALEJANDRA CARVAJAL

La falta de un protocolo de calidad de aire impacta directamente el PIB de Bogotá

Las medidas tomadas como consecuencia de la alerta amarilla de nuevo son improvisadas. Distintos sectores de la economía de la ciudad se ven seriamente perjudicados.

Alejandra Carvajal, Alejandra Carvajal
11 de febrero de 2020

En Bogotá y Medellín, nos encontramos de nuevo bajo alerta amarilla por la mala calidad del aire. Las alcaldías de ambas ciudades han tenido que tomar medidas impopulares para proteger a sus habitantes de los efectos asociados a esta problemática. En Bogotá se prohibió la entrada de vehículos de carga cuya antigüedad fuera superior a 10 años. El impacto económico de esta medida es importante, no solamente para los transportadores, sino para los ciudadanos, pues esto tiene una incidencia directa en los precios de los alimentos, haciendo más costosa la dieta de los bogotanos, entre otras variables.

Transportadores que se desplazan por la vía al Llano, por citar un ejemplo, advierten pérdidas millonarias, pues la comida literalmente se les está pudriendo. De nuevo se ven damnificados pues este importante corredor vial fue cerrado el año pasado durante más de tres meses. 

La alcaldía de Medellín por su parte, tuvo que adelantar el pico y placa ambiental que tenía previsto para la semana entrante, pues los incendios forestales del centro y sur del país generaron la alerta amarilla. 

Sopesar la salud pública vs la actividad industrial es un debate conocido de vieja data. Lo cierto es que la comunidad científica ha logrado constatar que cada año la polución ha cobrado la vida de más de 8,8 millones de personas en todo el mundo, siendo más mortífera que el tabaquismo, que ocasiona más de 7 millones al año de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

Un estudio del European Heart Journal publicado en 2019 advierte que entre 40% y 80% de los decesos se darán por cuenta de enfermedades cardiovasculares como ataques cardiacos y ACVs (Accidentes Cerebro Vasculares). De acuerdo el profesor Thomas Münzel del Departamento de Cardiología del Centro Médico Universitario de Mainz en Alemania "el número de muertes por enfermedades cardiovasculares que pueden atribuirse a la contaminación del aire es mucho mayor de lo esperado. Solo en Europa, el número excesivo de muertes es de casi 800.000 al año y cada una de estas muertes representa una reducción promedio en la esperanza de vida de más de dos años.".

De otro lado, otro estudio publicado este año en el JNCI Cancer Spectrum, que hizo seguimiento a 103.308 mujeres y hombres de diferentes etnias, residentes en el condado de Los Angeles entre 1993 y 2013  señala que el riesgo de cáncer cerebral en hombres aumentó en asociación con la exposición al benceno y PM10 (ambos se encuentran en cantidades importantes en Bogotá y Medellín). Los hombres latinos analizados fueron más propensos a desarrollar este tipo de cáncer, por lo que podría concluirse que en Bogotá, Medellín y demás urbes latinoamericanas las implicaciones para su población pueden ser nefastas.

De otro lado, la OCDE señala que los costos anuales de bienestar global asociados con las muertes prematuras por la contaminación del aire,  aumentará de US$3.000 millones en 2015 a entre US$18.000 millones y US$25.000 millones en 2060. 

Así las cosas, a pesar de lo impopular de las medidas de Bogotá y Medellín se hace necesaria la implementación de medidas que restrinjan la movilidad vehicular, pues la vida está por encima de las pérdidas económicas inmediatas que puedan ocasionarse. En cualquier caso, se hace urgente la implementación de protocolos más rigurosos, particularmente en Bogotá, pues la industria no tiene que soportar la falta de previsión por parte de los gobernantes locales.

Al momento de escribir esta columna la calidad del aire en sectores como la Sevillana en Bogotá era este:

Fuente. Aqicn. 2020

Las localidades más perjudicadas son Usaquén, San Cristóbal, La Sevillana, Puente Aranda, Kennedy y Fontibón, tal como puede apreciarse en la imagen anterior. De otro lado, ciudades como Beijing están bastante peor, tal como puede apreciarse en la siguiente imagen:

Fuente. Aqicn. 2020

El cuidar del aire de nuestras ciudades es responsabilidad de cada uno. Compartir el carro con amigos o compañeros de trabajo, disminuir el uso del agua caliente, así como de aerosoles, caminar o utilizar la bicicleta son pequeñas acciones que pueden mejorar la calidad de vida de todos. Es importante entonces implementarlas en nuestra vida cotidiana.