OPINIÓN ONLINE

La competencia: clave para la creatividad y la innovación

La competencia genera beneficios para cada uno de nosotros, para los negocios, para los clientes y para la economía en general. La competencia y sus efectos siempre ha sido uno de los temas que más me ha gustado.

Beatriz Yemail
7 de agosto de 2016

La competencia es el proceso de rivalidad entre empresas. Esa rivalidad genera beneficios para cada uno de nosotros, para los negocios, para los clientes y para la economía en general.

Empecemos por el final y miremos uno de los mecanismos a través del cual la competencia tiene un impacto en la economía. La competencia hace que las firmas más costo-eficientes ganen más mercado. Esto sucede porque nos gusta comprar el mismo producto más barato.

En la medida en que la empresa más eficiente y con menores precios atraiga más consumidores, ganará más participación de mercado y sus rivales menos eficientes empezarán a cerrar sus puertas. Esto no es solo teoría. Por ejemplo, se ha encontrado evidencia que sugiere que el crecimiento de empresas eficientes y la salida de las menos eficientes podría explicar entre el 20% y el 40% del crecimiento de la productividad de 10 países miembros de la OCDE durante los 1980s y 1990s.

La rivalidad entre empresas también puede generar una mayor cantidad de productos y servicios únicos, diferentes, nuevos. De hecho, Kenneth Arrow consideraba que los monopolistas tienen muy bajos incentivos para innovar.

Si nadie me compite, ¿para qué pellizcarme e invertirle a desarrollar e introducir en el mercado un producto nuevo? Para Arrow, las firmas que están en mercados competidos tienen mayores incentivos para innovar. Sin embargo, Joseph Schumpeter planteó que la competencia no es buena para la innovación. Afirmaba el hombre que si las rentas monopólicas derivadas de la introducción de un producto innovador son eliminadas por la entrada de rivales, las empresas no tienen incentivos para invertir en innovación.

Más recientemente John Sutton (LSE) y otros han encontrado una solución salomónica a este debate, al platear que la relación entre la competencia y la innovación no es lineal sino que tiene la forma de una U invertida. Y eso, ¿qué significa? Que las empresas tienen pocos incentivos para innovar cuando no tienen competidores o cuando tienen demasiados. En mercados con altos costos hundidos, como los de telecomunicaciones, una estructura de mercado oligopólica es la que conduce a mayor innovación.

Estas relaciones entre la competencia, la eficiencia, la productividad y la innovación pueden parecer un poco abstractas y alejadas del diario devenir de nuestras vidas. Pero recientemente se ha encontrado evidencia que nos pone todo lo anterior más cerca.

Hay plataformas online que le permiten a las empresas encontrar diseñadores gráficos que elaboren sus logos y otros productos gráficos. Los diseñadores envían sus propuestas de acuerdo con las necesidades que expresa el cliente y compiten a través de varias rondas hasta que el interesado se decide por el diseño que más le gusta y se ajusta a su presupuesto.

En cada una de esas rondas los diseñadores reciben comentarios de la empresa y ajustan a sus propuestas. Esos ajustes pueden ser menores (es decir, el diseñador hace un cambio marginal a su propuesta), mayores (hace algo radicalmente diferente) o nulos (ningún cambio).

Con base en información de 122 de estas competencias digitales, Daniel Gross (Harvard) ha encontrado que, una vez un diseñador recibe comentarios positivos (le dan 5 estrellitas), generalmente deja de experimentar y empieza a hacer ajustes marginales a sus diseños—la falta de competencia le mata entonces la creatividad.

Pero cuando ese mismo tipo de diseñador se encuentra con uno o dos diseñadores top, en 70% de los casos empiezan a experimentar con ideas diferentes. Si la competencia es mucha, adiós de nuevo a la creatividad.

Así entonces, ¡el grado adecuado de rivalidad también estimula la creatividad!

Toda esta discusión tiene importantes implicaciones para cada uno de nosotros, los líderes de equipos de trabajo, las empresas y los hacedores de política. Si uno quiere obtener una solución innovadora a un problema puede ponerles el reto a varios miembros del equipo y después focalizar la competencia en las 2 o 3 personas con las mejores ideas. A nivel macro, para tener una economía más competitiva e innovadora es fundamental continuar implementando medidas ex ante y ex post que promuevan el sano funcionamiento de los mercados. A Juan Mario. Y, YALA!