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¿Integrar los sistemas de ciencia y de competitividad?

Se requiere adaptar a nuestra realidad un enfoque similar para la cadena de la investigación en las ciencias sociales. Por todo lo expuesto, puede existir sustentación para nominar la gobernanza del sistema como la de Ciencia, Tecnología, Innovación y Desarrollo.

Iván Montenegro
9 de febrero de 2017

Abordo, con base en el marco conceptual planteado en mi columna anterior, el diagnóstico de la gobernanza del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación, y del de competitividad; y comparto una reflexión sobre dicha integración en un único sistema para sustentar mi acuerdo con la propuesta general de unificación.

De entrada es conveniente resaltar, de una parte, que en nuestra realidad es aún precaria la dinámica de los actores y elementos en forma de sistemas de alcance nacional como tales, se trata más bien de algunos ámbitos activos o aglomeraciones multiactores –por ejemplo: plástico, caucho y afines; caña de azúcar, café; palma-, a lo sumo de carácter sub nacional o sub sectorial. En la ley 1753 de 2015, Plan nacional de desarrollo 2015-2018, artículo 186, se aprobó la integración de los dos “sistemas”, cuyo diseño institucional debe reglamentarse hasta el 31 de diciembre de este año. Se trata entonces de un proceso de implementación de un modelo mejorado de gobernanza a partir de subconjuntos de aglomeraciones, a veces incompletas, de actores en los ámbitos de ciencia y de la competitividad. De otra parte, se debe tener en cuenta el contexto de un muy bajo desarrollo institucional colombiano, que según el Foro Económico Mundial para 2016, ubica a Colombia en el puesto 112 entre 138 países, junto a Nigeria y Pakistán, postrado por la inmensa y muy velada corrupción. Centraré, por motivos de espacio, la reflexión en los niveles estratégico y de coordinación.  

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A nivel estratégico, en el ámbito de la competitividad e innovación actúa la Comisión Nacional como órgano asesor del Gobierno Nacional y de concertación entre éste, las entidades territoriales y la sociedad civil en temas relacionados con la productividad y competitividad del país y de sus regiones, con el fin de promover el desarrollo económico, -se trata de una instancia con una amplia participación de los sectores público y privado: Presidente de la República, Alto Consejero Presidencial para el sector privado y la Competitividad, Director del Departamento Nacional de Planeación, Director de Colciencias, 8 Ministerios, Director del SENA, y 17 representantes provenientes de las regiones, gremios del sector privado, sector laboral, universidades, de otras instituciones públicas y  personas designadas por el Presidente de la República.

En este nivel estratégico se debe considerar al Consejo Privado de Competitividad como un Centro de Pensamiento de carácter privado con un trabajo muy valioso en esta década, desde su creación, por su iniciativa en sustentar una moderna política de desarrollo productivo, el seguimiento a los indicadores de competitividad –Informe nacional de competitividad- y por presentar al país referentes internacionales clave.

En el nivel de coordinación actúan el Comité Ejecutivo y la Alta Consejería para el sector privado y la competitividad. Se cuenta con seis comités técnicos, uno de ellos en CTeI. La Alta Consejería aporta a la coordinación y el seguimiento a la Agenda Nacional de Competitividad, Ciencia, Tecnología e Innovación 2014-2018, compuesta por 9 ejes de trabajo, uno de ellos de CTeI, y 30 proyectos aprobados. Entre las funciones de la Alta Consejería están la asesoría a la Presidencia en materias de CTeI, y en las áreas y temas estratégicos que requieran de la formulación de las políticas públicas con la participación del sector privado.

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En el nivel estratégico de ciencia, tecnología e innovación, el Consejo Asesor de CTeI tiene la misión de asesorar al Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias- en el diseño de la política pública relativa a ciencia, tecnología e innovación. El Consejo está conformado por: el Director del Departamento, quien lo preside; los Ministros de Educación Nacional, Comercio, Industria y Turismo; Agricultura y Desarrollo Rural, Protección Social y el Director del Departamento Nacional de Planeación; el Director General del SENA; cuatro (4) personas con reconocida trayectoria en el sector académico y científico; cuatro (4) personas con reconocida trayectoria en el sector productivo. También hay que tener en cuenta a los Consejos de los Programas Nacionales de CTeI, que tienen la misión de orientar la política pública en su campo de interés –generalmente disciplinar. 

El nivel de coordinación en CTeI está parcialmente cubierto en el Comité técnico mixto de innovación, ya que hay ausencia de la academia y la ciencia.

La práctica actual de la gobernanza no tiene la capacidad de afrontar la inconsistencia dinámica en el campo de la CTeI; si lo hace en el campo de la infraestructura para la competitividad, y no con todo el conocimiento técnico de planeación requerido, y para el que se han comprometido vigencias presupuestales futuras de los próximos 7 periodos presidenciales.

Una renovada Comisión de CTeI y de Competitividad, CITIC, debe tener como misión liderar la concertación de una política de Estado de CTeI y Competitividad y su evaluación de impacto, -las funciones de coordinación gestora deben delegarse al Comité Ejecutivo. Para ello deberá apoyarse en un Centro público de Pensamiento en política de CTeI y Competitividad –institución nueva o una acondicionada para ello- que mediante investigación genere el conocimiento requerido, con la independencia suficiente, para la formulación y ajuste de la política de Estado que, con una visión nacional compartida, dé norte a la Ciencia para el Desarrollo. De esta manera se logra resolver la falla de la inconsistencia dinámica, mediante el conocimiento riguroso -ex ante y público- de los beneficios y costos de la política de Estado. El delicado asunto que la Ciencia no sólo tiene que ver con la competitividad, se resuelve, en este nivel, en el proceso de formulación de la política de Estado que debe enfocarse en un concepto de desarrollo que incluya un umbral de capacidades esenciales de la persona (Nussbaum, 2006), más aún cuando se debe reflexionar a fondo sobre el rol de la Ciencia en un proceso de construcción de Paz durante los próximos veinte años. La misión de la Comisión toma cuerpo en el momento en que se decida la formulación de la política de Estado, antes de ello su rol ha sido y es más de gestión de grandes proyectos. 

La Comisión debe estar conformada por miembros del gobierno respectivo, representantes de la academia, sector privado, sociedad civil, postulados por organizaciones reconocidas, seleccionados por meritocracia, y por periodos más amplios que los de gobierno. Este enfoque permite directamente superar el problema de la captura.

El nivel de coordinación intersectorial e inter nivel lo asume el Comité Ejecutivo, que podría implicar una mayor coordinación con la Alta Consejería presidencial para el sector privado y la Competitividad. Esto implica la descarga de la Comisión Nacional de CITIC de asuntos ejecutivos.    

El nivel ejecutor se proyecta de manera sectorial, de tal manera que los temas de ciencia serán asumidos por un Colciencias reestructurado con capacidad de coordinación en el ámbito de la ciencia y tecnología, -asunto que abordaré en la próxima columna. Los de innovación y emprendimiento por agencias dotadas de capacidades y recursos suficientes. La ejecución de la política de Estado a cargo de las agencias ejecutoras especializadas, supera el problema de agencia.

La política de Estado debe, asimismo, con la proyección de largo plazo, contribuir a superar, mediante el marco conceptual y de gestión de cadena de la investigación, la quimera de esperar emprendimientos innovadores sin suficiente inversión pública en investigación “aguas arriba”, el enfoque del “empuje del conocimiento” que supone que con la sola investigación se da por descontada la innovación, y la ingenua expectativa que el sector privado colombiano va a asumir a corto plazo el mayor porcentaje de la inversión en I&D. Y además se requiere adaptar a nuestra realidad un enfoque similar para la cadena de la investigación en las ciencias sociales. Por todo lo expuesto, puede existir sustentación para nominar la gobernanza del sistema como la de Ciencia, Tecnología, Innovación y Desarrollo. En la próxima columna compartiré reflexiones sobre alternativas para el fortalecimiento de la gobernanza de la CTeI.  

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