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Homenaje a Dilia, una gran docente de Colombia

Este artículo dedicado a la docente Dilia Elena Mejía Rodríguez de la Normal Superior Montes de María del municipio de San Juan Nepomuceno, Bolívar, es un intento de homenaje, a través de ella, a los más de 500.000 docentes y directivos de la educación pública y privada de Colombia.

Ángel Pérez
12 de mayo de 2016

El día del maestro en Colombia se celebra el 15 de mayo. En el mundo, por recomendación de la UNESCO, ocurre el 5 de octubre.

Dilia es maestra, pedagoga, cultivadora de sueños y de esperanzas en los jóvenes de su región; ella trabaja en la Institución educativa Normal Superior Montes de María ubicada en el municipio de San Juan Nepomuceno. La normal cuenta con más de 1.200 estudiantes y ayuda a formar a los futuros docentes de esta zona de la Región del Caribe.

La profesora Dilia sostiene que la población a la cual está dedicada la Normal Montes de María, “la constituyen personas en condiciones de vulnerabilidad, con pocas oportunidades para su desarrollo socioeconómico, quienes en su gran mayoría se consagran al trabajo informal: madres dedicadas al servicio doméstico, padres agricultores, hombres y mujeres ligados a la economía del rebusque (moto-taxismo, venta de alimentos ambulante, venta de apuestas y lotería local).  La normal tiene tres sedes rurales: la Haya, la María y Botijuela a las cuales asisten hijos de la población rural campesina donde abunda la comunidad afro y campesinos desplazados por el conflicto.

La Normal está ubicada en una región atada al conflicto: los Montes de María. Allí, a finales de la década de los 90 y principios de este siglo incursionaron grupos violentos, los cuales se propusieron cerrar la Normal. Sus maestros se opusieron con un solo argumento: nuestros jóvenes no van a la guerra. La lucha heroica de estos maestros dejó víctimas, como los rectores Atilio Vásquez Suárez y Pura Álvarez De Bustillo. La Normal nunca se cerró.

En este contexto, la maestra Dilia desarrolló un proyecto educativo con sus estudiantes: Constructores de Democracia y Paz. La maestra Dilia sostiene que observaba en sus estudiantes mucha apatía, desesperanza, cultura del silencio e imaginarios violentos. Este es el origen del Proyecto.  

El proyecto educativo utiliza la didáctica viva, la cual según la profesora Dilia: “es un espacio donde se visibilizan los estudiantes, además, permite llegar a acuerdos con los alumnos, despertar emociones y construir confianza para poder construir tejido social. La didáctica viva apoya la humanización del conocimiento y lo hace más sensible, también, éste le sirve a los estudiantes para apropiarse de los conocimientos básicos de las ciencias sociales, a través de actividades como: la escucha activa, la palabra clave, la ensalada de textos, la olla de la fortuna y el almacenador de problemas, donde los estudiantes tienen la oportunidad de reflexionar y desarrollar competencias científicas, comunicativas y ciudadanas”

Dilia es un ejemplo de vida y de lucha por la paz de la región donde vive y trabaja. También de esperanza para sus estudiantes y para sus colegas maestros, ella demuestra que siempre es posible innovar en el aula. Dilia es licenciada en sociales, realizó una especialización y está en proceso de finalizar la maestría en educación en la Universidad Tecnológica de Bolívar en Cartagena, lugar a donde durante 2 años se ha desplazado cada fin de semana. Ella entiende que actualizar sus conocimientos es un deber moral del maestro con los estudiantes.

Dilia ya ha sido merecedora de premios nacionales y de nominaciones para premios internacionales por su aporte pedagógico a los procesos educativos para la paz, a la prevención de la violencia y por el aporte en el uso de la didáctica viva en el aula, en un contexto donde los jóvenes y la Normal Montes de María han luchado porque no haya más jóvenes para la guerra y lo ilegal en Colombia, al contrario, formando ciudadanos para la paz.

Conozco y admiro el trabajo educativo de Dilia. Con seguridad sus estudiantes son afortunados, ellos han contado con alguien que los incita a aprender, que los hace actuar y personificar roles en el aula, que les pregunta para problematizar y para que ellos sean críticos en sus respuestas, no para rajarlos. Ella hace fácil el conocimiento porque lo liga al entorno del estudiante y con ello les crea confianza y seguridad para aprender.

Los buenos maestros son ejemplo de vida, inspiran a seguirlos y a amarlos de manera elemental. En Colombia hay miles de docentes como Dilia.