JOSÉ MIGUEL SANTAMARÍA

Futuro deportivo en riesgo

Desde que empezó la pandemia y, por ende, nuestra eterna cuarentena, ha habido una gran polémica acerca del decreto de excepciones al aislamiento, en el que dejaron por fuera a los mayores de 70 años y a los menores de 18 años.

31 de julio de 2020

El Gobierno considera que estos grupos tienen más riesgo de contagio y morbilidad que el resto de la población.

El grupo de los mayores ha trabajado jurídica y mediáticamente y logró tumbar la medida, sacó buenas fichas, reconocidas, pero en el caso de los menores no se ha hecho nada.

El deporte competitivo ya está abriendo, de hecho; la mayoría de las ligas de fútbol de Europa están activas; el golf en Estados Unidos también, y la semana pasada salió un contingente de deportistas colombianos para el viejo continente, donde estaban los ciclistas que también empiezan competencia.

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Hoy en día el deporte colombiano de élite y profesional es importante en el mundo entero: somos reconocidos internacionalmente en muchos deportes. La mayoría de estos deportistas lograron esto con mucho esfuerzo y dedicación desde muy jóvenes.

Eso es, precisamente, lo que me ha impactado de la actitud de los periodistas deportivos frente al hecho de que los menores de edad no puedan entrenar por cuenta de los decretos expedidos por el Gobierno: aquellos no se han manifestado, no han divulgado el problema tan grande que tiene para nuestro futuro deportivo esta determinación.

Jóvenes que venían entrenando consistentemente, buscando ser competitivos para, en el futuro, ser unos muy buenos profesionales o poder conseguir una beca universitaria en el exterior están parados hace cuatro meses y nadie les ha ayudado.

Si no ayudamos a que los jóvenes entrenen, no tendremos después a los profesionales del futuro en clubes europeos, jugando fútbol o a nuestros tenistas y golfistas compitiendo en las giras mundiales.

Ya tengo entendido que un grupo de profesionales y profesores de tenis entablaron una tutela para que los menores de 18 años puedan volver a las canchas; a ellos, obviamente, los mueve su subsistencia, pues sin los menores no tendrían trabajo cuando se empiecen a normalizar las actividades.

Tampoco he visto a las federaciones y ligas del país trabajando en el tema o, si lo están haciendo, no ha habido la suficiente difusión; es importante en estos temas lo mediático.

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En estos momentos de incertidumbre es cuando nos damos cuenta de qué estamos hechos: el periodismo deportivo debe entender que en la promoción y desarrollo de los jóvenes y promesas del deporte está la materia prima de su trabajo en el futuro y hoy, tristemente, no ha ayudado en la difusión de esta situación.

No tiene sentido que jóvenes entre los 12 y 18 años no puedan estar entrenando los deportes de no contacto ya autorizados por el Gobierno. De hecho, muchos de ellos están en riesgo de perder sus becas y su futuro.

Aunque en la gran mayoría del país ya se pueden realizar los deportes autorizados por el Gobierno, con limitaciones lógicas y protocolos para la pandemia, en Bogotá seguimos en las mismas: no ha sido posible que la administración distrital autorice los protocolos para empezar.

El deporte no solo es recreación, sino también salud mental, que con el encierro necesitamos tanto.