GUILLERMO VALENCIA

Fuego y furia: ¿El fin de una república?

La democracia mundial como base está en peligro. Un mundo gobernado por dictaduras o regímenes semi autocráticos queriendo consolidarse buscan la confrontación a gran escala.

Gustavo Valencia Patiño, Gustavo Valencia Patiño
15 de agosto de 2017

“Un príncipe no debe tener otro objeto ni otro pensamiento (...) sino la guerra, sus instituciones y su disciplina; porque ese es el único arte que conviene a quien manda” - Nicolás Maquiavelo

Clima para autocracias

Kim Jong Un en Corea del Norte, Nicolás Maduro en Venezuela, Donald Trump en USA, Mohammad Bin Salman en Arabia Saudita, Vladimir Putin en Rusia, Recep Erdogan en Turquía, Xi Jinping en China, y Shinzo Abe en Japón. Todos, relevantes en el 2017.
Es obvio: estamos en el punto bisagra.

Emperadores, reyes, dictadores y populistas aparecen con la mejor solución en un mundo con miedo, poco crecimiento económico y con bajos niveles de productividad. La era de los autócratas coinciden con tiempos de golpes de estado, guerras y formaciones de nuevos imperios.

Alteración política y burbujas
¿Lo irónico?

En un mundo de altísima incertidumbre geopolítica también aparecen las burbujas financieras más colosales de la historia. En estos tiempos, la burbuja se concentra en los pesos pesados de internet: Facebook, Google, Apple, Amazon y Microsoft.

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Desde el 2013, Facebook se ha valorizado más de un 700%.

Pero contrario a lo que se podría pensar, vivimos en un mundo de muy pobre desarrollo tecnológico.

Facebook no es equiparable en cuanto a disrupción tecnológica a la penicilina, el transistor o los motores de combustión; sin embargo, es una creación potente que permite monetizar nuestras debilidades psicológicas colectivas.

La idea de las redes sociales ha creado una era de alta interconectividad de contenidos, dinámica que contrasta con la cruda realidad -en nuestro mundo análogo- de comunidades adictas a la dopamina fácil de los likes.

No se acepta socialmente el peso de esto: las herramientas de uso más común que se consideran novedosas/de moda son ensamblajes de invenciones pasadas.

Ese Iphone o Android que tiene en su bolsillo, ¿sabía que la unidad central, el microchip, fue creado como consecuencia de la necesidad de guiar misiles balísticos en los 1950s?

Y, la tecnología de fotografía y de almacenamiento de estado sólido que se usa para  tomar los selfies, ¡nacía al mismo tiempo que se hablaba de una crisis nuclear con Rusia (1969)!
No podemos olvidar tampoco que Internet fue un proyecto lateral de Arpanet, de la misma década. ¿Qué innovación real ocurre?

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Y no hablamos como moralistas: por desgracia los conflictos bélicos han sido el incentivo de supervivencia que ha impulsado el desarrollo tecnológico de gran escala. La tecnología bien desarrollada por otros incentivos es la única manera de cambiar un juego de suma cero a una juego donde toda la economía mundial gana.

Corea del Norte entra en escena

Y algo clave: un autócrata y su equipo saben que la agenda de política exterior es supremamente importante para debilitar la oposición interna. La tecnología es imperativa para garantizar esa hegemonía geopolítica en el mundo.

En el caso de un autócrata como Trump, tener asesores que saben todo esto le permite avanzar más rápido de lo teorizado. Sus enemigos están en las Cortes y el Senado: una guerra le permite a Trump facultades extraordinarias en el Ejecutivo y consolidar poder en las elecciones de Noviembre del 2018. También le permite asignar grandes recursos gubernamentales en el desarrollo de nuevas capacidades tecnológica en el ciberespacio.

Y Kim Jong Un sabe que gran parte de Asia miraría con beneplácito un derrocamiento. El escalamiento nuclear es solo un juego de señales que le ha funcionado a la familia Kim para chantajear a las grandes potencias mundiales.

Posibles estrategias de Estados Unidos:

Calculamos que se puede desarrollar de forma más efectiva esto logrando crear un ataque con precisión milimétrica mediante informática -tipo Stuxnet- que debilite la capacidad militar de Corea del Norte y aliados. Después vendría la intervención militar: todo o nada.

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La otra opción es activar el formato de guerra de desgaste donde un costoso escalamiento militar haría que el régimen de Kim Jong Un se quiebre o, por el afán del programa nuclear, suceda un tragedia tipo Chernobyl. A continuación compartimos todas la facilidades nucleares registradas en Corea del Norte; a mayor escalada, mayores posibilidades hay de un desastre nuclear.

Si Trump tiene la victoria con un arma que inhabilite los arsenales nucleares, viene un cambio estructural en el balance de poder en el mundo. ¿Será que así como en Roma, estamos cerca al fin de la república en USA y el nacimiento del Imperio?

@GMacrowise