CAMILO DÍAZ

Exportaciones y producción

La producción local continuó estancada y la industria tan solo se expandió 1,5% en 2019 dejando las exportaciones ancladas al petróleo.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
7 de marzo de 2020

La industria nacional está prácticamente estancada y la producción manufacturera escasamente creció 1,5% durante todo 2019, aún cuando el tipo de cambio se mantuvo por encima de $3.300 la mayor parte del año. De la misma manera las exportaciones nacionales son fundamentalmente petróleo que contabiliza el 52% del comercio internacional, mientras que el café, el carbón, el ferroníquel y las esmeraldas suman otro 24%, todos estos materias primas cuyo precio está altamente expuesto al desempeño de las economías industrializadas y a la oferta desde otros productores que como en el caso del café se ve enormemente influenciada por los volúmenes de Vietnam y Brasil.

En la medida en que la industria ha perdido terreno las importaciones han ganado el espacio cedido por la producción nacional, confirmando que efectivamente el país sufrió enfermedad holandesa durante el ciclo de casi diez años que mantuvo los precios del petróleo y del carbón por encima de US$100 por barril y US$80 por tonelada, en ese lapso de tiempo las importaciones crecieron financiadas principalmente con los ingresos generados por las exportaciones de materias primas, lo que llevó a que por una parte el peso colombiano se apreciara artificialmente frente al dólar, y por otra la mayoría de la inversión extranjera directa se hubiera concentrado en el sector primario de la economía.

Quienes negaron la existencia de enfermedad holandesa en el país, entre ellos los diferentes Gobiernos –desde 2002 hasta 2014– y algunos centros de análisis económico, argumentaban que la desalineación del tipo de cambio obedecía a las tasas de interés internacionales cercanas a cero puestas por los bancos centrales de las principales economías para enfrentar los efectos de la crisis financiera internacional, que a la existencia de problemas en el aparato productivo nacional, y que los niveles de producción y la reducción de importaciones ocurriría una vez se corrigieran los efectos del tipo de cambio que hacía que las importaciones fueran más baratas. 

La corrección del tipo de cambio sí llegó una vez los precios de los commodities empezaron a derrapar desde la mitad de 2014, pero el empuje de la industria no llegó y pasados casi seis años desde que el dólar subió a cotas superiores a los $2.500 la industria no ha logrado tasas de crecimiento superiores al 2%, y las exportaciones diferentes a las mencionadas materias primas tampoco aumentaron. De hecho, en 2014 las exportaciones de manufacturas fueron US$9.390 millones y el año pasado US$8.290 es decir US$1.100 millones menos a pesar de que en teoría el mayor tipo de cambio aumenta la competitividad de las exportaciones locales.

Hoy con los efectos negativos que el coronavirus está imponiendo a la economía global las exportaciones del primer trimestre de este año van a sufrir una importante reducción, puesto que el petróleo ha perdido más del 30% del precio de inicio de año cerrando ayer en US$45,5, y China que es el principal destino de las ventas colombianas de crudo redujo dramáticamente las compras al punto de que en los primeros días de febrero no se reportaban pedidos para entrega en marzo ni abril de petróleo colombiano de conformidad con un reporte de Bloomberg sobre el asunto. 

De la misma manera los ingresos de Ecopetrol por lo menos del primer trimestre también se van a ver afectados, seguramente será de nuevo el segmento de transporte representado por la filial Cenit la que dará estabilidad a las utilidades de la empresa. Por otro lado, los ingresos fiscales de Colombia para el año 2021 estarán disminuidos conforme habrá menos utilidades para distribuir, menor impuesto pagado por las empresas petroleras que operan acá, y menor valor de las regalías que recibe el Estado. En la medida en que las exportaciones sigan vinculadas mayoritariamente al crudo la volatilidad de las cotizaciones internacionales va a continuar afectando al peso colombiano y llenando de incertidumbre las cuentas fiscales que el Gobierno hace con precios esperados del Brent de US$65 una cifra que a todas luces no se va a cumplir, aún cuando la situación de la economía mejore después del segundo semestre.