WILLIAM ARISTIZÁBAL

¿Existen soluciones para mejorar el presente de la salud en Colombia?

Es muy difícil encontrar EPS que inviertan y cuando quieren invertir se les restringe. Hoy en día, ningún negocio funciona sin inversión, si no se hace de esa manera, es inevitable el desastre. Un reflejo claro de esto, son casi el 80% de las EPS que tiene causales de liquidación.

13 de marzo de 2020

Como rumores, cuentos o conversaciones de asfalto se ha escuchado y se ha percibido por años infinidad de quejas acerca del sistema de salud colombiano, de su modelo de aseguramiento y sus servicios. No obstante, así como existen contradictores, también están los que lo aprueban.  La duda que surge siempre es, ¿tan malo es el sistema de salud actual colombiano? ¿Existen soluciones para mejorar el presente de la salud en Colombia? 

El aprieto de los servicios de salud no solo radica, como la mayoría vocifera: en la corrupción de las entidades, la crisis de legitimidad o el déficit de 11 billones de pesos generados por los -más o menos- 44 billones de recaudo y los 55 billones aproximadamente del costo de su funcionamiento. Sino que se presenta, como un cóctel entre la crisis regulatoria generalizada, la incapacidad de las aseguradoras de salud para responder por sus obligaciones, desconocimiento de los precios reales de los medicamentos, demoras en los servicios, ausencia de un responsable directo ante las fallas en el servicio, cantidad de personas aseguradas, EPS sin presupuesto ni servicios y problemas de agencia en la cadena de valor. Esto también, ha generado que se afecte las expectativas de garantía, goce efectivo al acceso, uso y calidad de los servicios de salud. 

Casos vigentes como Cafesalud, Medimas, Cruz Blanca entre otras EPS vuelven a formar un ambiente de inseguridad sobre todo el sistema. Por su lado, como paños de agua tibia, el Gobierno con la Ley de Punto Final ensaya a depurar las cuentas del sector, convirtiendo en deuda pública los pasivos que tiene el sistema, cegándose ante la posibilidad de que no será obligatoria otro desembolso para tapar por segunda vez el hueco. 

Mientras que el Estado colombiano trata de responder las 2,5 tutelas por minuto que se interponen para asegurar la prestación de los servicios de salud debido a malos funcionamientos, e intenta, por medio de experimentos -como la ley antes mencionada- resucitar a las EPS liquidadas; en países como Holanda, Estados Unidos e Inglaterra, muchas aseguradoras están aplicando un modelo de dirección estratégica y microeconómica denominado integración vertical. 

La integración vertical en salud ha permitido que algunas aseguradoras del sector sean dueñas de los hospitales y clínicas, lo que brinda resultados increíbles estableciendo ventajas competitivas, más control de costos, reducción de los costes de adquisición de los productos o materias primas en bruto, logrando asegurar que no se corte el suministro ya que reduce la dependencia de terceros. A su vez, expone mayores economías de alcance que se derivan de un mejor aprovechamiento de los recursos y la disminución de procesos intermedios como los de logística, proveedores, etc.

La aplicación de esto no es nuevo, ni una idea revolucionaria o innovadora. Distintas empresas en el sector salud aplicaron exitosamente este modelo generando eficiencia en los procesos. La Health Maintenance-Organizations (H.M.O) grupo de seguro médico que brinda servicios de salud y que representan una de las formas más fuertes de integración vertical, ostenta las tasas de hospitalización más bajas, y en caso de hospitalización, abastecen más el acceso a los procedimientos preventivos para sus afiliados.  Además, sus usuarios no suelen consultar prestadores o proveedores externos, aboliendo trámites inmensos, movilizaciones desgastantes y largas esperas, dejando a la empresa integrada como única responsable en todo el proceso de atención del paciente. 

Por otro lado, la Superintendencia de Industria y Comercio en sus resoluciones expone un listado de beneficios al que puede conducir una integración vertical, entre ellos está la reducción de los costos de transacción para el consumidor, al tener que negociar con una sola empresa. En este entendido, si no se cumple con lo descrito anteriormente por la superintendencia, esta no avalará la integración vertical. Acá el quid del asunto es que las EPS involucradas demuestren que podrán reducir costos, esto evidenciado en un precio más económico, calidad del servicio y variedad para el paciente. 

Ahora bien, si la integración vertical no cumple con lo determinado, se deben fortalecer las leyes acerca del tema. De esto, es importante entender que la regulación debe estar siempre enfocada a la satisfacción del consumidor final, en busca de los fines ideológicos del buen servicio de salud, de la libre competencia y de las buenas prácticas. En este sentido, esta deberá ser propositiva y no restrictiva de la operación.

En el panorama actual de la integración vertical en Colombia se exhibe que no ha podido llegar a su máximo esplendor y su completa aplicación en el sector de la salud, esto puede ser debido a cuestiones de choque de poderes, influencias, intereses empresariales y restricciones legales, entre otras. Estos obstáculos han impedido que el sector salud goce de los beneficios que promueve esta figura. De aquí, se reafirma la posición de que se debe promover regulación propositiva, que incentive la práctica de este tipo de integración y así gozar de su productividad.

Muchos son los aspectos a mejorar, pero vemos cómo insistentemente se reprocha la infraestructura de la salud en Colombia, mientras continuamos promoviendo barreras para figuras que promueven la inversión en el sector como la integración vertical. Es muy difícil encontrar EPS que inviertan y cuando quieren invertir se les restringe. Hoy en día, ningún negocio funciona sin inversión, si no se hace de esa manera, es inevitable el desastre. Un reflejo claro de esto, son casi el 80 % de las EPS que tienen causales de liquidación.

*Un análisis de William Aristizábal, gerente general de la Clínica Medical