GREGORIO GANDINI

Estados Unidos y China: más que el comercio

El conflicto comercial entre China y Estados Unidos ha estado sacudiendo los mercados por más de un año, pero estas tres últimas semanas ha llegado a un nuevo nivel ante más aumentos de aranceles por parte de los dos países e incluir a la compañía Huawei en una lista negra de la Casa Blanca. Por eso esta semana he decidido dedicarle un rato a analizar un poco más de las implicaciones de fondo de este hecho.

Gregorio Gandini, Gregorio Gandini
29 de mayo de 2019

En Estados Unidos la semana anterior varias compañías estadounidenses decidieron dejar de vender hardware o software a Huawei debido a ser ingresada en una lista negra por parte de la Casa Blanca. Esto es sin duda alguna un nuevo nivel de escalamiento en un conflicto que lleva más de un año creciendo pero que tiene mucho más de fondo que solo tarifas comerciales.

Si algo es claro con el presidente Donald Trump es que su modo de resolver los asuntos importantes es normalmente a través de la confrontación y uno de sus temas recurrentes es la percepción de relaciones comerciales desventajosas para Estados Unidos. Esto lo llevó a renegociar el NAFTA con México y Canadá sus dos vecinos e importantes socios comerciales, creando una tensión no existente previamente en sus relaciones.

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Gráfico 1. Elaboración Rogue Economist. Datos Bloomberg

Pero sin duda alguna el conflicto más sonado en este sentido ha sido con China a quien ha acusado repetidamente de fomentar condiciones de competencia desventajosa para Estados Unidos lo que llevó a un aumento de aranceles en algunos de sus productos por primera vez en marzo de 2018. Si vemos el grafico 1 muestra desde esa fecha una caída importante del índice de la bolsa Shenzhen hasta cierre de 2018. Comparando el índice con el S&P 500 se puede ver que las acciones en Estados Unidos si bien mostraron un crecimiento inicial, después de octubre se suman a la tendencia decreciente en China y a su posterior recuperación mostrando una correlación significativa entre el comportamiento de los dos mercados, debida entre otros factores al aumento de optimismo de los inversionistas ante el inicio de conversaciones entre los dos países.

Así que el golpe se siente en ese mismo optimismo ya que cuando finalmente parecía que esto veía la luz con las dos partes sentadas en la mesa de negociaciones, la Casa Blanca aumentó de nuevo las tarifas de 200 billones de bienes chinos del 10 % al 25 % en un anuncio el 5 de mayo por el medio favorito del presidente Trump, su cuenta de Twitter. La respuesta china no tomó mucho tiempo lo que llevó a un aumento de aranceles en bienes procedentes de Estados Unidos por 60 billones de dólares. (Una pequeña aclaración, aquí cuando hablo de billones me refiero a billones como los miden en Estados Unidos es decir miles de millones).

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En este conflicto vale la pena ver un poco del escenario global de fondo ya que una constante que se ha visto desde el año anterior es que Donald Trump ha utilizado el comercio internacional como un arma para renegociar acuerdos con sus vecinos, aliados y otros países, pero no es solo eso, sino que cada uno de estos conflictos se ha convertido en una declaración de fuerza de la Casa Blanca buscando redefinir las dinámicas de poder en el mundo. Si bien, esto le ha resultado en algunos casos, en el conflicto contra China podría haber encontrado la horma de su zapato, ya que el presidente Xi Jinping tiene una agenda que busca hacer de China un jugador importante en el escenario mundial, a partir de propuestas como recrear la ruta de la seda y la creación del Banco de Inversión en Infraestructura de Asia (Asia Infraestructure Investment Bank) el primer multilateral propuesto por China. Lo que definitivamente parece poner enfrentados a los dos países, que buscan aumentar su influencia en el escenario mundial, pero de formas muy diferentes.

Este nuevo escalamiento del conflicto podría ser una apuesta equivocada para el presidente Trump, que si bien mantiene la atención fija en sus acciones, lo que vale la pena es ver como se dará la respuesta china que es mucho menos mediática pero no menos importante. Esto podría darle más munición a China que en medio de una etapa de desaceleración económica podría tomar esta oportunidad para empezar a desarrollar nuevas empresas que permitan suspender la dependencia de proveedores de Estados Unidos, o inclusive apoyar estos sectores en otros países de Asia, llevando a un aumento de su influencia en la región, lo que terminaría alineándose con los objetivos del gobierno de Xi Jinping. Por eso es vital empezar a ver este conflicto comercial solo como una de las facetas de una lucha por la influencia de ambos países en un escenario global, para evaluar quien tiene el enfoque adecuado a la hora de la confrontación.

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@RogueEconomist1